lunes, 3 de octubre de 2011

LA LIEBRE EN LA LUNA DE GERMAN ESPINOSA


El Primer tomo de ensayos completos publicados por la universidad Eafit de Medellín tiene este libro del fallecido escritor Cartagenero. Recoge textos publicados de 1968 a 1988, en diferentes medios. Hace años lo había leído en la edición de tercer mundo y su relectura la disfrute de nuevo, por su calidad y la versatilidad del texto. Sorprende que este ingratamente olvidado por la crítica. Germán fue un autor erudito, serio, con una pluma exquisita, muy barroca, pero con una claridad absoluta cuando se trata de tocar temas literarios. Es el último de esos escritores enciclopédicos en Colombia, pero con la diferencia que, cada texto mantiene siempre un carácter pedagógico, que le da al lector todo tipo de información, son una incitación a la lectura.

Paradojamente siempre ha sido tratado con indiferencia por la crítica, tanto en vida, como después de su muerte. Su autobiografía es un extenso reclamo a la clase intelectual Bogotana que lo trató con mucho desdén. En este libro se condensa la sabiduría de un hombre que ha trasegado mucho por las letras universales y quien las ha indagado como creador. Un escritor nunca será un lector desprevenido. Desatornilla lo que lee.

Cada ensayo corresponde a una preferencia. El libro abre con un texto sobre el arte de fabular. Habla del origen de las fabulas apologéticas y masales a través de una genealogía exhaustiva de los libros bíblicos. Este es el principio de la metáfora en esencia.

Renglón seguido hay un texto sobre “El ocioso trabajo de escribir”. Abre con una frase lapidaria: Uno de los males de la literatura parecía radicar en que los sabios suelen tener poco ingenio y que los hombres ingeniosos no suelen ser sabios”. Dice Espinosa: El escritor ha dejado de ser personaje en la sociedad contemporánea, a la manera que lo eran hace algunos años, Bernard Shaw, Jean Paul Sartre, André Marlrux, cuyas opiniones interesaban a un vasto conglomerado”. Este es un texto muy autobiográfico, hay claves de su propia actividad como creador, con relevaciones extraordinarias que son alimento para los curiosos.

Hay un ensayo magistral sobre la historia y la literatura, otro sobre el modernismo y un de antología sobre Rulfo para solo citar algunos. Hay que leer este libro definitivamente y sería bueno transcribirlo para ponerlo en la red, pues es absolutamente didáctico.

Aconsejo otro texto que ratifica su erudición, se llama: Vigencia o caducidad del vanguardismo. De igual manera hay retratos de sus escritores favoritos: Recordando a Tristán Tazará. En este libro se encuentras también artículos sobre poesía: “El poeta entre la soledad y el universo”.

Definitivamente muchas veces es mejor releer que aventurarse en autores nuevos.

martes, 27 de septiembre de 2011

“LA VOLUNTAD Y LA FORTUNA” DE CARLOS FUENTES


La mejor descripción de la violencia descarnada que somete a México la encontré en esta excelente novela. Me recordó su obra “la muerte de Artemio Cruz”, por el recurso utilizado para narrar la historia y de hecho, en este texto se confirman las dotes de un escritor absolutamente consagrado. Es cierto que sus dos últimas novelas, en el caso mío, me dejaron cierto desencanto, es muy difícil hacer dé cada novela una obra inmortal, por no decir que imposible. Los buenos autores se deben a una o dos obras. Fuentes, García Marques y Vargas Llosa, Cortázar son una excepción, difícil que se repita una pléyade como esta en la literatura universal.

La voluntad y la fortuna es el relato de la cabeza decapitada a los 27 años de Josué Nadal, huérfano crecido al amparo de un desconocido poderoso. En la escuela conoce a Jericó, algo mayor pero tan huérfano como él, con quien sellará amistad, alianza y destino. Juntos trazarán un plan de conquista de su futuro, se buscarán mentores, compartirán encuentros carnales, tratarán de descifrar el fin de la existencia y terminarán encuadrados en los dos polos de poder opuestos de México: El político y el económico. Gemelos como Cástor y Pólux que terminarán convertidos en Abel y Caín, más por un odio endogámico y sanguíneo que por un reparto maniqueo de virtudes (Paolo Fava “Blog papel en Blanco”).

A fuentes le duele México. La guerra y la violencia del narcotráfico, la decadencia moral a la que han llegado sus dirigentes y la complicidad de una sociedad frente al dinero fácil constituyen el trípode sobre los cuales gravita la historia. “Para entender este mundo de corrupción y sacrificio, de afán de libertad y deseo de sojuzgar, es la voz de Maquiavelo la que se abre paso entre el tráfico gargantuesco de México D.F., los rascacielos de Santa Fé y la Plaza del Zócalo. Josué cree preparar su tesis de derecho sobre el pensador florentino y el fundamento del Estado; en realidad, él es la cobaya y a su alrededor se teje el experimento”( Paolo Fava “Blog papel en Blanco”).

La historia que cuenta la cabeza de Josué, lamida por mansas olas nocturnas, transcurre en la ciudad de México, descrita como una urbe ciclópea que posee un protagonismo propio en la obra. Es allí donde sucede todo, es en sus calles, en sus colegios y en sus cárceles o despachos donde se urde la trama. Es la ciudad donde los personajes intrigan, planean, y mueven pieza el presidente de la nación, Valentín Pedro Carrera, y el magnate de las finanzas, el opaco Max Monroy. La cabeza de Josué sabe que es la número mil en lo que va del año y que el país no puede darle trabajo, comida y educación a la mitad de sus pobladores ni sabe preservar bosques, enriquecer campos, levantar fábricas; por eso la delincuencia (traficante o corporativa) es quien realmente gobierna, y con tal cinismo, además, que incluso se celebra el mal como si fuera el gran bien de la voluntad y la fortuna. En México no hay tragedia: todo se vuelve telenovela. Esta es una novela de 552 páginas. Describe La realidad inexplicable de una sociedad que ha visto los peores crímenes cometido por las mafias, que parecen no tienen quien los contenga. La sociedad y el estado Mexicano están al garete. La novela se cierra con un sorprendente final. Los distintos actores se aproximan cada vez más entre sí, y a medida que la leemos descubrimos que la frontera que separa el bien del mal a menudo es una mera ilusión, y que la ambición es un arma traicionera que precipita al abismo lo mejor que llevamos dentro.

Cuando un lector hedónico se encuentra con un monumento de estos, de una factura casi perfecta, un rio verbal incontenible, que somete en su discurso una realidad que avasalla a una sociedad y lo describe tomado prestados los recursos de la tragedia Griega, confirmamos de nuevo, que la novela es un recurso excepcional y que a través de ella comprendemos mejor la intrincada naturaleza humana, mucho más certera que otros discursos.