lunes, 28 de enero de 2013

LA CRÍTICA DE ARTE


No es fácil seguir el arte, la mirada no es capaz de detenerse en el amplísimo espectro que la avasalla y adormece. Ni siquiera es posible detenerse para hacer una reflexión, otear de manera exhaustiva, tener algún proceso de compenetración y descubrimiento, emprender  esa hermenéutica propia de quien quiere redescubrir. Asaltar ya no es posible.  La reflexión sobre el arte que se inició con Platón se ha diluido entre infinitos tics.  Paola de Fraticola señala: “Su importante contribución a este estudio (Se refiere a Platón) fue precedida y preparada por ciertas exploraciones realizadas durante los dos siglos anteriores; exploraciones de las que apenas podemos rastrear algunos indicios. Así, el famoso juicio estético, si es que lo fue, sobre lo grabado por Hefesto en el escudo de Aquiles, "que constituía una obra maravillosa"', nos traslada al origen mismo del asombro en presencia de una imitación, es decir, de la relación entre representación y objeto, entre apariencia y realidad. Platón pone de manifiesto las consecuencias estéticas de la reflexión llevada a cabo por Demócrito y Parménides en torno a este problema”.  A partir de Baudelaire la crítica moderna, aquella que el nuevo criticismo, santificó como esencial para la misma obra, en los años recientes termina siendo gaseosa, híbrida. Sólo  la academia, entiende la opacidad del momento y su discurso  asumió el reto, desde la interpretación de su propio papel crítico, redefinir, re-ordenar, saber desde donde se mira y por su puesto quien habla.
Baudelaire refriéndose a un cuadro: es una maquina donde todos los conceptos son inteligibles para un ojo ejercitado, esto se podría pensar de cualquier expresión artística. A este crítico le crispaba cuando el pensamiento se sobre-ponía a la forma, la paradoja es qué, pensaría frente al arte conceptual. Como asumiría la crítica hoy, siendo el creador de los fundamentos de la misma, cuál sería la mirada. Todas estas especulaciones a propósito de reto que significa distinguir, en la era pos-industrial, frente a la tecnología de la información y el conocimiento, todas aquellas formas de expresión, inclusive las más gaseosas en medio de la imposición de la técnica y el diseño que responde a un standar en productos de consumo masivo.
Como Braudillard, es preciso decir que no soy un crítico de arte ni me le parezco, que por mucho tiempo seguí a mis artistas preferidos y que desde hace cinco años me he dedicado en lo absoluto a la literatura. Pero al igual que este autor preguntaría cuales son las líneas del destino del arte en general y de la crítica en especial. Causa preocupación las escazas revistas especializadas. En algún aparte este autor se preguntó: “Me parece que su conferencia de ayer estaba más bajo la sombra de Nietzsche, mientras la de hoy se vincula más a consideraciones hegelianas sobre el fin del arte, el cual ya no tiene a su cargo el absoluto y que hoy por tanto está relegado a una tarea subalterna, a esa «gestión de los desechos» del arte contemporáneo”.
El tema viene colación porque esta semana me encontré súbitamente y por aquellas coincidencias de la vida,  con uno de los críticos más lúcidos de este país (Colombia) en materia de arte.  Ha hecho un trabajo juicioso, desde la academia, pero de manera muy independiente y con una mirada por fuera del canon. Publica constantemente sobre lo que sucede con el arte, se han editado algunos ensayos que ameritan un comentario aparte y desarrolla una verdadera labor pedagógica desde el rigor que le brindan tantos años de enfrentamientos con la crítica acartonada.

Mario Armando Valencia, filósofo de la universidad de Caldas y actual profesor de la Universidad del Cauca en Popayán, desde donde continua con su excelente labor, que espero sea por mucho tiempo, Le doy un saludo desde este blog y de seguro iremos ahondando en su obra crítica, que merece ser  divulgada.






viernes, 25 de enero de 2013

LA VIDA ES UNA LUCHA CONTRA EL MAL


El cineasta Español Alex De La Iglesia, en el “Hay Festival” expreso con sorna:Yo me siento atacado. Hay pocos momentos en que la realidad no es áspera. Y tenemos dos opciones: salir corriendo o luchar. ¿Y cuál fue la que tomé? Salir corriendo. O hacer humor", ratificó  en el conservatorio con el Periodista Colombiano Roberto Pombo. Esta es la más Hobbesiana sentencia sobre  la sociedad moderna.
Este director y productor español, con un humor ácido le contó al periódico el espectador una anécdota ocurrida en el hotel al encontrarse con el Nobel Mario Vargas Llosa: “He visto la última película que hiciste y me ha parecido una maravilla, muy divertida”. Se despiden y Álex de la Iglesia ahora tiene la cara de un crío. “Es que a Borges y a Cortázar los leíste sabiendo que no los podías conocer; a Vargas Llosa lo leíste queriendo conocerlo, pero sabiendo que era casi imposible, y ahora me lo conozco y ha visto mis películas... con lo vanidoso que soy, me ha dejado feliz para todo el día”, dice y se despacha en risas. La frase más certera fue:
“De hecho, -De la Iglesia admitió- que la razón por la que siguió haciendo cine es porque siempre hay un error, y nunca ha podido producir la obra perfecta. El cine no es una secuencia de planos, es una manera de hacer que las ideas se parezcan a la realidad.
El problema es que tienes una idea, pero lo que te imaginas es muy distinto al resultado final". Y en ese sentido, su vida también sería una obra inacabada. "No somos lo que pensamos ni lo que soñamos. Somos lo que hacemos"[1].
Realmente es un filósofo haciendo cine, lo que en principio resulta un exabrupto comercial,  pese a esta paradoja, ha sido exitoso. “Álex de la Iglesia fue elegido presidente de la Academia de cine el 21 de junio de 2009 tras presentarse como único candidato -junto a Ilciar Bollaín y Emilio A. Pina- para sustituir a Ángeles González-Sinde tras su nombramiento como ministra de Cultura. Sus intenciones como cabeza visible de la industria nacional aspiraban a "reunir en la Academia a todos los artistas que se fueron de España o están lejos de la institución[2]
Hay que ver la película “Balada triste de trompeta”. Excesivo y violento, intensó, refleja un poco las tensiones que nos someten, que siempre están anidadas en un pasado no resuelto, poco descifrado, mentiroso, que heredamos inexorablemente. Es cierto, la única salida es el humor y la ironía, lo que no quiere decir que sigamos luchando.
En el día de hoy estará en el “Hay festival” Philipp Blom. Leí hace dos años “Enclopedíe”.  Es un texto sobre el proyecto de la ilustración, de Diderot y el itinerario de esta  empresa intelectual. Su última publicación, “Gente Peligrosa”, trata sobre el fracaso de la ilustración precisamente,  casa muy bien con la temática de Alex, con el desvelamiento de la sociedad moderna, del sufrimiento del sujeto avasallado entre poderes, descifrar esta impostara es tarea del arte y de los pensadores por fuera del poder establecido. Qué bien por este evento en Cartagena.