domingo, 15 de septiembre de 2013

LITERATURA Y CIUDAD

Este es el tema de la feria del libro de Medellín Colombia que empezó esta semana.  Hace poco reseñe un texto del filósofo Mario Armando Valencia sobre literatura urbana en Colombia, referido a una novelas puntuales, pero con la hondura de un académico serio. El referente de la feria es un tema paralelo al que evoca Mario en su libro “La dimensión crítica de la novela urbana contemporánea en Colombia”. Nadie como Borges conoce el entramado de esta relación.  Luis García Jambrina en un hermoso texto escribe en su preámbulo una nota que sirve de abrebocas a esta reseña ferial: “Como es bien sabido, la ciudad —cualquier ciudad— no es tan sólo un lugar geográfico, un territorio urbano. Es también un espacio literario, un ámbito en el que se funden el mito, la invención y la realidad. No en vano las ciudades las construyen también los escritores, los novelistas, los dramaturgos y, desde luego, los poetas. Son ellos los que las crean, configuran y remodelan, libro tras libro y siglo tras siglo, en el imaginario colectivo de las gentes". Cita a María Zambrano:

Una ciudad sin escritores queda vaciada de su esencia de ciudad, y aparece como un complejo aglomerado, como algo que puede cambiarse, transmutarse o desaparecer sin que su vacío se note. Una ciudad sin escritor —añade— es un templo vacío, una plaza sin centro, o quizá con el centro desplazado y puesto al margen, esquinado, para dejar su lugar, todo el lugar, a algo cuyo nombre no está siquiera bien catalogado, algo para lo que, en realidad, no hay palabra”.

La relación es mucho más compleja. En la Biblia, cuando se habla de “Ur de caldea”, en el génesis, el cristianismo cita parábolas que reconocen un espacio urbano, ejemplo, antiquísimo, de una relación viva, real de la ciudad y la literatura. Páscale Casanova en su memorable ensayo “la república mundial de las letras” nos recuerda: "El crítico debe descubrir el objeto encubierto en cada obra". Creo que la ciudad es uno de ellos, la plataforma imaginaria sobre la que se desenvuelven los personajes en argumentos trajinados en medio de calles y  monumentos, con grandezas y miseria como en algunas novelas de Dickens, quien creó una idea propia de Londres, denunciando sus injusticias, como lo hicieron escritores con otras urbes.
Luis García establece que:“La ciudad es en sí un gran relato, una novela de novelas, una tupida red de narraciones que se entrecruzan y se bifurcan, un gran símbolo, una creación autónoma de la imaginación, un hipertexto al que se vinculan infinitos textos, como el famoso libro de arena de Borges, un palimpsesto sobre el que escribimos una y otra vez las mismas historias y metáforas, siempre renovadas y distintas. En el subsuelo de toda ciudad hay, además, una ciudad oculta y sumergida, una ciudad onírica y subconsciente, en espera de que un escritor la redescubra y la haga aflorar”.
Borges habló de los escritores que representan a una nación, se refirió  a una relación cuya ecuación literaria aún no está resuelta. También hay ciudades con sus creadores insignes. Existe el Bogotá de Silva en “sobremesa”. El Paris de Cortázar en “Rayuela”, el Medellín de Vallejo en “La virgen de los sicarios”, “hay escritores que han logrado una simbiosis tan perfecta con su ciudad natal o de adopción que ya no es posible mencionar a uno sin evocar inmediatamente a la otra. Baudelaire y París, Kafka y Praga, Joyce y Dublín, Pessoa y Lisboa, Cavafis y Alejandría”.  Pablo Montoya, un escritor joven de Medellín, con una cultura rara para estos tiempos de conocimientos líquidos y fracturados, absolutamente riguroso y con obra conocida y bien recibida que, será tema de otra entrega, dio una conferencia sobre el tema en Riosucio Caldas, magistral.  Cita el suceso de Babel,   argumento bíblico que originó la multiplicidad de lenguas: Estamos aquí ante un rasgo moderno de la ciudad. Babel representa un grupo humano reunido para materializar una ilusión. En Babilonia, que significa “Puerta de Dios”, los hombres edificaron una escalera al cielo. Y ya conocemos el fracaso acarreado por tal pretensión. Quiero agregar en las ciudades que la literatura ha creado, aquellas que existen por sobre las reales., paralelas, concomitantes, con influencias marcadas entre una y otra. Dice Pablo, después de señalar la emigración como fenómeno latente de la conformación de las ciudades: “Pensar lo contrario, una ciudad desprovista de inmigrantes, es tocar uno de los perfiles de las ciudades utópicas. Estas, recuérdese, no existen. Sólo se levantan en los libros y respiran en sus páginas con una sospechosa pretensión de permanencia. Como lector, es lo que siento cada vez que entro a Amauroto, la capital de Utopía, la isla creada por Tomás Moro”. Sobre estas ciudades cerradas, tendientes al fracaso, distantes. Recordemos a propósito, que Platon expulsó a los poetas de la ciudad en “La república”.  "Existen las ciudades abandonadas, fangosas, reflejo de inequidad, que la literatura en el siglo XIX hizo famosas, están citadas en esta conferencia dentro del contexto de la charla. El autor remata en un aparte: "Toda ciudad es una geografía. En esta perspectiva, va adquiriendo los relieves de una aparente metamorfosis caprichosa. Tales caprichos, sin embargo, se van instalando en los terrenos baldíos, en las sabanas, en los valles, en las faldas de las montañas, en los desiertos, en enclaves hondonados, en deltas y bahías, en ásperos altiplanos, hasta configurar los diversos semblantes que posee la ciudad. Algunos de ellos han sido atrapados de una forma inolvidable por la escritura poética. En realidad, yo creo, que es ésta y no otra la que tiene la virtud de rozar los secretos de las ciudades. Quizás exagere, pero creo que hay una Praga más vigente, más plena de belleza y melancolía en algunos cuentos de Franz Kafka, que no superan la página y parecen ser más bien prosas poéticas, que en sus grandes narraciones donde se describe una ciudad interminable, llena de oscuras trampas, de leyes incomprensibles pero que nos definen, tramadas de procesos judiciales de los cuales no es posible escapar". "Dublín se dibuja mejor en dos o tres frases inolvidables de James Joyce en sus primeros cuentos que en el monumental recorrido hecho por Stephen Dedalus en el Ulises. Creo que los poemas de José Manuel Arango, acaso los más breves, nos revelan mejor el enigma terrible y encantador de Medellín que todas las novelas que se han escrito para descifrar la vertiginosa urbe habitada por nosotros". Agrega Pablo en un aparte que refleja mejor esta relación: “Toda ciudad es una geografía. En esta perspectiva, va adquiriendo los relieves de una aparente metamorfosis caprichosa. Creo, que es ésta y no otra la que tiene la virtud de rozar los secretos de las ciudades.   Casi en el remata escribe con gran acierto: La ciudad de Fervor de Buenos Aires, más que un reflejo del tedio, más que una encontrada heredad, más que el verso olvidado y de repente presente en nuestros labios, es un sueño. Apoyado en conjeturas de filósofos metafísicos como Schopenhauer y Berkeley, la ciudad en Borges es una mera actividad de la mente”. Los escritores han creado su propia geografía, el entramado urbano con calles solitarias, el Buenos Aires en los versos memorables, que leemos, las calles sombrías y de luto  de Silva. Zenda Liendivit,  en un texto denominado: “Borges el barrio y la eternidad”, hace una radiografía más minuciosa sobre un escrito que crea una ciudad desde la forja de la literatura y del autor.  Establece el autor: El tema del barrio fue fundamental en la idea de un nuevo tipo de ciudad burguesa que vendría a suplantar al fallido esquema de ciudad liberal de Roca y Alvear. El barrio, como espacio relegado en relación al centro –espacio donde se mide el verdadero potencial de una metrópolis-, funciona como partícipe necesario de aquel desarrollo tecnológico, una especie de patio de atrás donde la sociedad queda estratificada de acuerdo al grado del nivel comunicacional y de infraestructuras así como por las características topográficas y las actividades predominantes de cada zona. Ese barrio que detesta Arlt, por considerarlo mediocre y falto de expectativas, donde todos se conocen, habitado por modistillas, comerciantes envidiosos del éxito ajeno y demás, surge en Borges tanto como espacio simbólico y primigenio de una identidad y de una lengua, así como estrategia de conservación de un privilegio que se perdía en el anonimato metropolitano”.
Hay ciudades imaginarias con más peso específico que las reales. Quien negaría a Macondo, a Comala, para citar mis preferidas. El tema de la feria no es menor, esperamos no cansarlos.



viernes, 13 de septiembre de 2013

FERIA DEL LIBRO DE MEDELLÍN 2013



Se inaugura la fiesta del libro de Medellín, un evento que todos los años gana más adeptos y que se caracteriza por hacer más énfasis  en la lectura que en libro.  La ciudad, todos los años cumple rigurosamente con este encuentro de la cultura y cada vez sus invitados son de más calidad.
La Fiesta del Libro y la Cultura es un referente para Medellín. En ella se festejan las artes y las letras en un espacio abierto como el Jardín Botánico. Este evento se realizará del 13 al 22 de septiembre, con entrada gratuita para el disfrute de la ciudadanía.
 La zona norte de Medellín será una vez más el escenario para la construcción de dinámicas alrededor de la lectura, donde más de 300 escritores de 17 nacionalidades que llegarán como invitados, serán el eje central.
Del 13 al 22 de septiembre habrá talleres, conferencias, lanzamientos, actividades académicas, artísticas y exposiciones en la séptima versión del festival del libro y la Cultura, que este año tendrá como temática central, las ciudades y los escritores.
“La fiesta es importante y está presente en las personas no solo como espacio para la promoción de lectura sino para el encuentro. Este es un activo de la ciudad que supera cualquier otro evento promocional de lectura con su modelo diferente al de una feria, con una programación que trasciende el mero acto de leer”, dice María del Rosario, secretaria de Cultura.
Este año los escritores no solo serán invitados, sino también actores de la Fiesta. Juan Manuel Roca, por ejemplo, será el organizador de un encuentro de poesía en el marco del Festival, y en el Parque Explora habrá una exposición sobre la vida y obra de Julio Verne.
Además, estos serán adoptados por diferentes colegios de Medellín, donde leerán sus obras y los estudiantes tendrán la oportunidad de conversar con ellos.
“Hemos creado un evento magno. Lo que hacemos es intentar aproximar la lectura como una necesidad, no como un deber”, expresa Juan Diego Medía, escritor y director de la Fiesta del Libro.
Algunos de los invitados al encuentro
Wendy Guerra y Amir Valle (Cuba), Martín Caparrós y Pablo Ramos (Argentina), Jon Lee Anderson (Estados Unidos), Jean-Francois Fogel (Francia), Gabriela Alemán (Ecuador), Santiago Roncagliolo (Perú), Sergio Ramírez (Nicaragua) y Manuel Gutiérrez Aragón (España).
Por Colombia estarán Juan Gabriel Vásquez, Laura Restrepo, Mario Mendoza, Héctor Abad Facionlinca, Óscar Collazos, William Ospina, Gonzalo Mallarino, Tomás González y Roberto Burgos.
Algunos de suma importancia y en el mejor momento como escritores. Tomas González, por ejemplo acaba de publicar su último libro de cuentos, es una opción de lectura absolutamente deliciosa, buena factura, historias bien armadas, son historias de amor,  sus protagonistas siempre luchan contra un destino impasible en medio de conflictos personales profundos y crisis insuperables.
Laura Restrepo es una escritora mayor, madura, con una prosa bien hilvanada, comprometida con la historia social nuestra y con la suficiente aceptación de unos lectores cautivos que siempre esperan por sus publicaciones.
Mario Mendoza, es un escritor profesional que nació desde la academia,  se ha consolidado con historias urbanas, crueles, delatoras de crímenes y asesinos. Su primera novela, “La ciudad de los umbrales”, fue publicada en 1992. Tan sólo dos años más tarde fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura de Colombia por “La travesía del vidente”. Con una de sus últimas obras, Satanás, se hizo con el Premio Biblioteca Breve de la editorial Seix Barral en 2002. Después de “Satanás”, ha publicado novelas e historias excelentes, centradas en sus temas preferidos: El asesinato, personajes fuera del canon, asesinatos, detectives misteriosos…… En fin. Algunas de estas publicaciones son: Cobro de Sangre (2004), Escalera al cielo (2004),Los hombres invisibles (2007),Buda Blues (2009),La Locura de nuestro tiempo (2010),Apocalipsis (2011),La importancia de morir a tiempo (2012),Mi extraño viaje al mundo de Shambala (2013),La colonia de Altair ( 2013),Lady masacre (2013).
Juan Gabriel Vásquez, es en este momento el escritor más premiado en de Colombia, lo que confirma su calidad. La obra ganadora del Premio Alfaguara de novela 2011, El ruido de las cosas al caer, de Juan Gabriel Vásquez, ha sido finalista de los premios Médici y Femina, y del Independent Foreign Fiction Prize de este año, un galardón que concede el diario británico The Independent y el Consejo de las Artes delReino Unido. Además, en el 2012 Juan Gabriel Vásquez fue galardonado con el premio Roger Caillois en su XXI edición, distinción que otorga la Casa de América Latina en colaboración con la Sociedad de Amigos y Lectores de Roger Caillois y el Pen Club Francés.
Hector Abad Facio Lince, es ya un escritor de culto, con lectores cautivos, propios, no solo en el país sino en todo hispanoamerica, con libros absolutamente exitosos, con una prosa fresca, que se deja leer, historias hermosas y de una factura impecable. Ha recibido un Premio Nacional de Cuento (1981), una Beca Nacional de Novela (1994) y un Premio Simón Bolívar de Periodismo de Opinión (1998). Obtuvo en España el primer Premio Casa de América de Narrativa Innovadora en el año 2000, y en abril de 2005 le fue conferido en China el premio a la mejor novela extranjera del año por Angosta. En septiembre del año 2010 le fue otorgado el premio Casa de América Latina de Portugal por el libro "El olvido que seremos", como mejor obra latinoamericana.
Oscar Collazos,  pertenece a una generación emblemática,  creció y se consolidó en medio del auge del Boom latinoamericano, batalla des-igual, como Gardel, cada vez escribe mejor, no solo lo ha demostrado en sus novelas, sino en sus columnas y ensayos. Tiene una virtud, sus conversaciones son agradables, son didácticas por excelencia.
Willian Ospina, es el escritor y conferencista más solicitado y exitoso del país en la última década. Sus ensayos son rigurosos, documentados, escritos con una prosa impecable, el texto: “Las auroras de la sangre”, es un libro excepcional, el mejor ensayo de los últimos cincuenta años, en mi modesta apreciación. La trilogía de novelas sobre la conquista esta descontada su calidad y su poesía solo me queda recomendarla. Sus artículos sobre literatura son un verdadero bocado.
Roberto Burgos, es un escritor de mil batallas, divulgador de nuestra literatura como el que nadie, con mucha elegancia y el rigor de los creadores costeños, quienes además de escribir muy bien, tienen esa frescura que hace de sus textos una buena compañía y un ábrete sésamo a nuevos autores y lecturas. En un escritor que deja ver ese dejo costeño para contar lo impredecible como si nada. Es un excelente conversador en otras palabras.  Ha publicado: Lo Amador (cuentos) 1980. El patio de los vientos perdidos (novela) 1984. De gozos y desvelos(cuentos) 1987. El vuelo de la paloma (novela) 1992. Pavana del ángel (novela) 1995. Quiero es cantar (cuentos) 1998. Juegos de niños (cuentos) 1999. Señas particulares (testimonio) 2001. La ceiba de la memoria. 2007, (novela, premio José María Arguedas de narrativa, Casa de las Américas 2009).
En la próxima entrega hablaré de los invitados internacionales y de los lanzamientos de feria, sobre todo haciendo énfasis en lo local.