Estoy releyendo la biografía de Gabriel García Márquez escrita
por el colombiano Dasso Saldivar para mitigar la nostalgia que me produce su
muerte, ahora que se cumple un año. En esta lectura me he concentrado en
descifrar las claves genealógicas de su obra a partir de sus vivencias, pues
los datos relevantes de sus novelas y cuentos se encuentran en el universo de sus experiencias. Gabo abrevó en
todos los relatos de sus abuelos, en la multiplicidad de mitos que sus tías mantuvieron vivos en su mente, donde la magia,
los fantasmas, eran parte de su mundo, sin ningún sobre-salto, como sí hiciesen parte
de la cotidianidad más trivial, en su propia realidad y por su puesto en sus
lecturas realizadas con una voracidad inquebrantable, sustentada en la
aceptación de su vocación en medio de muchas carencias, factores que al final
le permitieron articular el vasto universo creativo que hoy constituye un
aporte inigualable para las letras.
El itinerario descriptivo
del proceso de creación de cada obra de Gabo da para una novela y con este
material se han hecho documentales hermosos y didácticos de sobremanera.
Recordé la frase magistral de Gabo: Ya tengo
todo listo para mi novela, solo me falta escribirla. Hay siempre un
proceso de construcción mental en cualquier ficción, que se va dando en la
intimidad del autor y que constituye la
materia prima para su posterior escritura. Cuando la tenemos facturada, se
empieza a escribirla, los resultados después son imprevisibles.
Me he puesto en la tarea de
ordenar lentamente el material existente en lo que tiene que ver con el proceso
creativo. Empezare con un vídeo, que no siendo tan popular es absolutamente didáctico.
Habla de la experiencia de Gabo en París hasta su llegada a México. Después empezare a entregar novela por novela, la experiencia creativa que tuvo Gabo en el proceso de escritura.