sábado, 30 de marzo de 2024

LA PECOSA

 Es difícil explicar por qué escribo sobre una persona con la que nunca he hablado más allá de quince minutos en cada encuentro y muy a  pesar de ello, queda una profunda impresión, un mundo de connotaciones e incluso de interrogantes que resuelvo con imaginarios, por locos que sean, tienen algo de realidad, me dejan ver el otro que la habita, una  vida de círculos, unas veces concéntricos y otras como espirales de altos y bajos. 

La pecosa es bajita, con un cuerpo bien alineado a la geometría corpórea, proporcionado, las pecas elegantes que adornan una piel hermosa son un elemento estético que marca diferencias en un mundo donde todos son iguales para parecer diferentes. Es pelirroja, lo que se adiciona a una belleza absolutamente rara. Habla siempre de manera pausada, en un tono que no agrede, pero tampoco aburre. Escucha y dicta sentencias, siempre dejando la grata impresión que el interlocutor es importante.

Recordé una novela emblemática sobre una mujer extraordinaria: "Violeta" de Isabel Allende. Es la historia de Chile del siglo XX contada a través de éste personaje. Es poseedora de mucha pasión, determinación y un  sentido del humor inolvidable que le sirven para palear una vida turbulenta y difícil,

Berkeley el gran filósofo expresa que  solo existe lo que percibimos, después del registro, el objeto o la persona percibida parece no contar.  Esto para justificar este escrito que parte de lo que me deja esta hermosa mujer.

Podría agregar que cada uno de sus logros son batallas ganadas con esmero en un mundo cruel, excesivamente competitivo y cosificado,  que nos impone siempre metas más altas, con el único objetivo de ser reconocidos, lo que nunca pasa. Somos consumidores compulsivos, la pecosa parece huir de este  síndrome obsesivo y más bien como los buenos budistas, prefiera observar, dejarse alimentar por espacios y tiempos más pausados y sin presiones. No está sola, pero ama esa soledad que nos alimenta y nos ayuda a revelarnos, sabe que no solo somos personas, somos el otro, las estrellas, el mar, la penumbra y el ocaso, reconoce la multiplicidad del ser. Sus amores contrariados son cosa del pasado y las apuestas nuevas las hace como un buen jugador de póker, pensadas  más en el presente que en ilusiones que terminan siendo apuestas al vacío.

No puedo decir que su vida sea un libro abierto, pero no es mujer de imposturas, sincera hasta donde se puede y más que la felicidad busca la armonía en medio de una coherencia que la exalta. La pecosa nunca pasa desapercibida, eso está claro. Estar con ella siempre tiene el halo de lo que perdura y nunca se olvida.

Terminaré regalándole un poema de Alfonsina Storni.


FRENTE AL MAR 

Oh mar, enorme mar, corazón fiero 

de ritmo desigual, corazón malo,

 yo soy más blanda que ese pobre palo

 que se pudre en tus ondas prisionero. 


Oh mar, dame tu cólera tremenda,

 yo me pasé la vida perdonando,

 porque entendía, mar, yo me fui dando: 

“Piedad, piedad para el que más ofenda”. 


Vulgaridad, vulgaridad me acosa. 

Ah, me han comprado la ciudad y el hombre.

Hazme tener tu cólera sin nombre: 

ya me fatiga esta misión de rosa. 


¿Ves al vulgar? Ese vulgar me apena, 

me falta el aire y donde falta quedo,

quisiera no entender, pero no puedo: 

es la vulgaridad que me envenena.


 Me empobrecí porque entender abruma,

 me empobrecí porque entender sofoca, 

¡bendecida la fuerza de la roca! 

Yo tengo el corazón como la espuma

 

   

jueves, 28 de marzo de 2024

"VIVIMOS EN TIEMPOS FINALES" ENTREVISTA A PATRICIO PRON

Para mi Patricio Pron es un escritor de culto, no sé si las columnas publicada en el blog  de "El país "de España han sido editadas en formato de libro,  las considero muy valiosas, para no hablar de sus novelas. Está entrevista a propósito de su último libro me parece lúcida y esclarecedora para conocer a este excelente escritor. CESAR HERNANDO BUSTAMANTE.


Oscar Carduño Madera (Revista "Letras libres).


La naturaleza secreta de las cosas de este mundo (Anagrama, 2023) es literatura dentro de la literatura, tiempo dentro del tiempo, en una prosa que juega con lo poética y con la intertextualidad. La novela de Patricio Pron (Rosario, 1975) inicia con el recuerdo de un hombre antes de un accidente automovilístico. Eso es suficiente para desatar un camino sinuoso donde algunas claves están en la alquimia de aparecer y desaparecer y, por supuesto, contarse y sobrevivir a través de las historias.

En La naturaleza secreta de las cosas de este mundo señalas que la literatura permite reconstruir el sentido de lo perdido. Es casi obligada la referencia a Marcel Proust. ¿Qué sigue una vez que reconstruyes el sentido de lo perdido a través de tus mecanismos literarios?

Creo que necesitamos de la literatura para darle orden y sentido a un mundo que parece carecer de ambos. Sin embargo, la tarea de otorgarle sentido siempre arroja resultados provisorios, nunca definitivos, en cuanto a que las cosas parecen haberse fijado conforme se desplazan. Se desplazan, a la vez, nuestras motivaciones, nuestro modo de verlas. Durante un breve momento hemos sido capaces de comprenderlas, a continuación posiblemente ya no podamos hacerlo, de eso se trata. Lo que señalas de Marcel Proust es muy relevante porque en realidad La naturaleza secreta de las cosas de este mundo es acerca del tiempo, y no solo del tiempo perdido, sino también del modo en que representamos el tiempo, en que lo concebimos. 

Ese tiempo es insistente y variable en la novela.

Frank Kermode, el ensayista británico, sostiene, en un libro muy hermoso, El sentido del final (Gedisa, 2000), que necesitamos de la literatura para evitar el tiempo, ya que este se nos presenta como algo que no podemos comprender, que nos resulta intolerable. Pasaron cosas antes de que naciéramos, y pasarán cosas después de muertos. Esto es insoportable para muchas personas.

 tiene el tiempo algún sentido –al menos literario– para ti?

Dice Frank Kermode que cuando escuchamos un golpe no prestamos atención; cuando escuchamos dos, esperamos el tercero. Se trata de que ordenamos el tiempo a través de estructuras, como el tic-tac, donde tic es un prometedor amanecer y tac es un melancólico apocalipsis.

Aunque en La naturaleza secreta de las cosas de este mundo tú propones distintos tipos de estructuras.

Porque necesitamos de estructuras más complejas, y para crearlas confiamos en los escritores y en las escritoras. Son ellos los que nos permiten, a través de sus relatos, aplicar el tiempo, darle un sentido, en especial al presente, que es el tiempo histórico del que es más difícil hablar. Los hechos del pasado parecen agotados en su sentido. Para el futuro, más vale inventarlo todo. Pero el presente, ¿cómo habitas el presente? Esa es una de mis preguntas como escritor, pero también es una pregunta que se hace Edward en la novela: los personajes habitan un presente que les resulta de alguna manera intolerable. Y al mismo tiempo se sienten al final de algo. Sienten que están al final de su recorrido como personas.

Se produce cierto sentido de pertenencia…

¡Claro!, hay una pertenencia tipo presente. Al mismo tiempo hay una convicción de que ese tiempo presente es insoportable. Están atrapados entre un pasado intolerable y un futuro inimaginable y desean escapar, huir, marcharse, como el resto de nosotros, creo, y lo hacen de diferentes maneras, pero su historia es que, aunque se creían al final de algo, estaban simplemente al comienzo.

En ese sentido, me parece que es una novela que plantea que nada tiene un final definitivo.

Sí, claro, es una novela que refuta la idea, como señalas, de que algo termine. Casi lo que dice es: nada termina nunca. De alguna manera es lo que sostiene Emma ahí donde realiza instalaciones artísticas en lugares atroces.  La naturaleza secreta de las cosas de este mundo es una novela que niega los finales. O mejor aún: que postula la idea de que los finales es el nombre que damos a empezar de nuevo. Y tal vez esa manera sea la forma en que podemos habitar el presente. Vivimos un tiempo de finales. Decenas de cosas parecen desaparecer a nuestro alrededor. Una cierta forma de comprender el estado de derecho. Un cierto modo de concebir el tipo de derecho y obligaciones que tenemos todos en nuestro carácter de ciudadanos. Una relación específica con el trabajo. La idea de la naturaleza como un refugio y no como el origen de terribles catástrofes de las que nosotros somos la causa. La promesa misma expresada en la carta de los derechos del hombre parece estar agotándose en decenas de lugares.

¿La naturaleza secreta de las cosas de este mundo señala el fin de la modernidad?

Sí, sin embargo, en la medida en que todos creemos estar habitando una especie de lento apocalipsis, el cual no se produce nunca, ese fin del mundo tampoco se produce, habitar ese fin del mundo es imposible, es intolerable para los personajes del libroPero lo es también para el resto de nosotros. Es un mundo que parece enfrentarse con el acabamiento del arte, como se señala en la novela. Para miles de personas, el arte, sobre todo las artes visuales, que es en las que se ocupan Edward y Emma, no producen ya sentido. Y en ese contexto, en ese marco, los personajes procuran responder a la pregunta de cómo continuar, que para mí también es la pregunta clave del presente.

Tú te haces la misma pregunta que Emma y Edward.

Claro, es la pregunta que yo me hago. Y la forma en que me contesto es del modo en que puedo hacerlo, que es escribiendo libros, de modo que, digamos, estos me permitan habitar el tiempo, hacerlo habitable a las lectoras y a los lectores.

Si escribes libros, lo haces porque también hay un acto de fe en la literatura. ¿Crees en una salvación a través de la escritura?

Sí, yo creo que la literatura tiene una potencia salvífica, digámoslo así, pero naturalmente mis convicciones acerca de ello varían con el tiempo y a menudo se debilitan. Cuando hablamos de literatura, hablamos de una abstracción tal vez excesiva y hablamos de distintos tipos de textos. Los que me interesan a mí como lector, pero también como escritor son aquellos en los que se manifiesta esa potencia salvífica, que en palabras de alguien consiste en la interrupción de la interrupción. Es decir, nuestro modo de vida nos hace daño y hace daño a otros, y tal vez podamos encontrar, en el enorme ejercicio de la inteligencia colectiva que es la literatura y la posibilidad de ser otros, la posibilidad de interrumpir ese modo de vida que nos destruye. La posibilidad de destruir lo que nos destruye. Ahí radica la potencia salvífica de la literatura.

¿Esa sería una de las funciones de la literatura?

Si me obligas a ello yo siempre responderé que la literatura no tiene ninguna función, no debe tenerla, aunque no estoy ciego a la enorme potencia que tiene. No puedo expresarlo de otra manera, sin embargo, esa potencia es perceptible para cualquier lector. Algo sucede cuando lees. Y por supuesto cuando escribes. Algo se desplaza. Algo cambia en ti y en los demás. Incluso aunque parezca imperceptible. Lo que era por completo imaginario se integra a lo real. Los libros que son relevantes continúan viviendo en ti del mismo modo que tú continúas viviendo en ellos. No eres del todo el mismo. Eso es lo que produce el arte en general. Una transformación radical de tus ideas acerca del mundo y acerca de quien eres. ~

domingo, 14 de enero de 2024

LYDIA DAVIS (ENSAYOS I)

 La literatura de los Estados Unidos siempre ha sido un referente de suma importancia para mi. De hecho para la literatura universal y especialmente para Latinoamérica. El Boom es un ejemplo relevante. Escritores como Gabriel García Márquez, Onetti, Vargas Llosa, Fuentes, Cortázar y Borges son ejemplo de creadores que abrevaron en los grandes escritores americanos entre los treinta y cincuenta del siglo XX. Lo mismo pasa con la crítica y la poesía. Para nadie es un misterio, la pasión que despertaba Whitnman en Neruda y Octavio Paz.  "A Sangre fría" de Truman Capote y "El viejo y el mar" de Hemingway son libros capitales en el marco de mi formación literaria. Igual pasó con la "Uvas de la ira" de John Steimbeck y "El guardián en el Centeno" de Salinger.

Lydia Davis, es una escritora Norteamericana muy connotada, sobre todo, en círculos académicos, la crítica y aficionados a la literatura. Es una autora de culto. Nunca me había acercado a sus textos por el orden de prioridades que me he impuesto y por mis relecturas que son muchas.

Dentro de las novedades que aconsejaba la biblioteca "Virgilio Barco" de Bogotá se encontraba este libro de ensayos suyo. Siempre he dicho que hay autores y libros que lo buscan a uno. O bien por que en las librerías se le aparecen como recomendados, o por estar siempre aludidos en la mejores revistas de literatura en español.

Tomé con cierta prevención el texto, no por su calidad, sino por las lecturas que estaba teniendo a la fecha. Algún amigo lector me había hablado de los relatos cortos de esta autora, de su concisión narrativa y el manejo directo y simple de la sintaxis y la construcción narrativa. Los dos primeros ensayos del libro son una construcción de su itinerario creativo en los primeros años de formación. La verdad, se aprende mucho y parecemos asistiendo a un taller creativo, desde la perspectiva de una gran narradora. Algunos consejos suyos aludiendo a lo que tomó de Beckett,  aplicables a nuestro idioma:

a.- El uso preciso y sonoro del léxico Anglosajón. En particular, como este ejemplo, cómo le dan a una palabra tan conocida  como dint (Fuerza).

b.- La aliteración como recurso literario.

c.-El empleo de la sintaxis compleja, intricada al extremo de lo imposible, pero correcta, empleada por puro placer, como una reflexión sobre el proceso de composición.

d.- El dominio de la imagen y del humor.

e.- El equilibrio entre el ritmo, la sonoridad y la aliteración.

f.- El factor psicológico en el relato, por corto que sea. 

La comparación entre las formas tradicionales y de composición narrativa y las experimentales. Es un capitulo excelente, Lo mismo el tratamiento dado a la lectura de los diarios de Kafka desde la perspectiva creativa. 

También realiza ensayo sobre el orden y los finales en una narración con mucha agudeza en un capitulo denominado la practica creativa. De sus traducciones y este ejercicio creativo, existen artículos y ensayos muy lúcidos. Tradujo al ingles a Proust y Rimbaud. 

Realmente este texto da para mucho y es necesario en otra entrada ampliarlo. He aquí dos relatos cortos:

Amigos aburridos

Sólo conocemos a cuatro personas aburridas. El resto de nuestros amigos nos parecen muy interesantes. A pesar de eso, la mayoría de nuestros amigos interesantes creen que somos aburridos: para los más interesantes somos los más aburridos. Los pocos que andan en algún  lugar intermedio, con quienes tenemos un interés recíproco, nos provocan desconfianza: en cualquier momento, sentimos, pueden pasar a ser demasiado interesantes para nosotros o nosotros demasiado interesantes para ellos.

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Hombres

También hay hombres en el mundo. A veces se nos olvida, y pensamos que solo hay mujeres –colinas y llanos interminables de mujeres sumisas. Hacemos pequeñas bromas y nos consolamos entre nosotras y nuestras vidas pasan rápidamente. Pero de vez en cuando, es cierto, un hombre se eleva inesperadamente entre nosotras como un pino y nos mira de manera salvaje y hace que cojeemos de vuelta entre pantanos para escondernos en nuestras cuevas y barrancos hasta que él se haya ido.

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martes, 9 de enero de 2024

GUILLERMO ALVAREZ (MEMO)

 La familia Alvarez de Manizales es emblemática para mí, especial, no solo por el hecho de venir esta relación, de mi esposa Ana Isabel, sino por la singularidad de sus miembros. En este blog hay varios escritos al respecto, todos nacidos del corazón  y  siempre tienen una pretensión narrativa con cierta universalidad. Ante ayer partió Memo, tío de mi esposa, lo conocí incluso antes de ella. El fue un personaje de la ciudad de Manizales, hablo de ciertos círculos intelectuales. Fue un hombre reconocido en ellos, conversador excelso y de verdad que, sus puntos de vista constituían ejes diferenciados del comun, como agujas, puntuales y acertados. Buen lector, como nadie conocía esa fase relevante de la vida de algunos escritores de la ciudad, de poetas y narraba con lujo de detalles sobre algunos mitos cotidianos. La visita de Ernesto Sábato o Pablo Neruda al festival de teatro de Manizales, festival que entre otras cosas es de suma importancia en Latinoamérica.  Gracias a él leí "Risaralda" la novela de Bernardo Jaramillo, ella, es una obra maestra de la literatura Colombiana, escrita por un personaje excepcional de Caldas en 1935. 

Memo era mucho más que eso. Con Hugo su hermano, de una sensibilidad mayor para la música y la poesía, constituían la garantía para tertulias interminables y gozosas. Pero Guillermo apostó por su familia y fue un padre a carta cabal. Se entregó a ella con una devoción absoluta, a su esposa y esta fue su prioridad a la que nunca renunció.

Memo tenía una admiración y fue lector privilegiado de Juan Rulfo, de Cortázar por encima de Borges, de Gabo. Esto no le impedía ser crítico mordaz. Su lecturas se centraron en algunos escritores de su predilección. Admire siempre su perspectiva, su locuocidad para los conceptos y la firmeza en ellos. Hace tiempo no le veía y de hecho su partida me duele mucho. Asumir la muerte en la conciencia no significa tomar nota de la muerte, es pensar quienes somos, cuales son las virtudes de la vida que ameritan ser reconocidas, estar dispuestos a afrontarlas con el claro conocimiento de lo bello. Lo sabía Memo sin duda. En cada partida de alguien importante, pienso en lo que legamos y está claro que este hombre dejó sentencias que perdurarán. Acompaño de corazón a su familia en este evento



sábado, 6 de enero de 2024

BORGES LECTOR ( CARLOS GAMERRO)

  Son muchos los libros sobre la obra de Borges o la recopilación de textos suyos entorno a temas específicos. Una cosa está clara, la importancia del escritor Argentino como lector e interprete inigualable de textos y temas que, ahora, se conocen como Borgianos, gracias a sus ensayos lúcidos y absolutamente diferentes, que lo han hecho uno de los hombres más leídos del mundo y mas estudiados y referenciados. Público este prologo del libro "Borges Lector" sobre algunas conferencias del autor de este libro en Buenos Aires, de absoluta coherencia y que son un radiografía perfecta del lector a que nos enfrentamos cada vez que lo leemos a Borges y el cual cambió en mucho sentido la idea general sobre estos autores clásicos a que se refiere. Espero mis lectores lo disfruten.

CESAR HERNANDO BUSTAMANTE.


PROLOGO


 Es posible que Borges no haya sido el escritor más importante del siglo XX. Hay candidatos más fuertes, como Joyce, Kafka o Proust, por mencionar apenas a las tres personas de la Trinidad. Sin embargo, pocos se atreverían a discutir que Borges fue el lector más intenso e interesante del siglo  XX. Ahora, ¿qué queremos decir cuando decimos «un gran lector»? En primer lugar, un gran lector es quien logra transformar nuestra experiencia de los libros que ha leído y que nosotros leemos después de él. Es bastante evidente, a esta altura del partido, que Borges ha cambiado la manera en que nosotros podemos leer a Homero, a Dante, a Shakespeare o a Cervantes, para mencionar solamente a cuatro de los autores que trataremos. Pero en el caso de Borges ese «nosotros» va más allá de los argentinos o sudamericanos. Que Borges modifique la lectura de Homero o de Dante para los lectores argentinos no es una hazaña tan, por lo menos, inédita. Sí lo es que Borges haya modificado la tradición literaria italiana de los italianos, como ha hecho con sus lecturas del Dante y como han reconocido, entre otros, Ítalo Calvino;[1] o que haya cambiado la relación de los ingleses con su propia literatura, notablemente en sus reescrituras de la antigua literatura anglosajona. Y esto tiene una decidida importancia no solo estética sino también política: la teoría de la dependencia, hoy bastante desvirtuada en el terreno económico, sigue teniendo vigencia en el cultural: si un profesor inglés o estadounidense escribe sobre nuestra literatura o nuestra historia, nos sentimos obligados a leerlo, consideramos su saber no solo válido sino imprescindible. Ahora, si un profesor argentino escribe sobre historia inglesa o literatura inglesa, no genera ninguna obligación condigna —salvo si se trata de Borges—. Borges es un autor sudamericano que ningún escritor, crítico, profesor o lector culto del país que sea puede ignorar, no solo cuando habla de la gauchesca, el tango o el peronismo, sino cuando se ocupa de Homero, la Biblia o el gnosticismo. Un gran lector no se agota en los placeres de la lectura solitaria; debe comunicar sus lecturas. Y esto es algo que hace de diversas maneras: escribiéndolas, sea en ensayos críticos, sea en la creación literaria; enseñándolas, como puede hacer un profesor, o traduciéndolas. Borges descolló en todos estos campos. Un gran lector no solo cambia nuestra manera de leer y de entender a los clásicos ya establecidos; también reorganiza y reestructura el canon literario, sacando y poniendo: el prestigio de autores como R. L. Stevenson o G. K. Chesterton entre nosotros, y también en Inglaterra, le debe mucho a las lecturas y reescrituras que Borges hizo de sus obras; la influencia de Las palmeras salvajes de Faulkner en la literatura del boom latinoamericano se debió en gran medida a su traducción.

El crítico estadounidense Harold Bloom define al canon literario de manera muy sencilla en su libro El canon occidental: [2] son los libros que todo lector culto debería leer en el transcurso de su vida. La medida del canon, la cantidad de libros que pueden entrar en él, está determinada por la extensión de la vida lectora, que es algo más breve que la ya de por sí breve vida humana. Y si bien este tiempo se ha ido extendiendo —gracias a los avances de la medicina, no de las técnicas de lectura, por cierto, ya que seguimos leyendo ahora con tanta rapidez o lentitud que cuando se inventó el alfabeto— sigue siendo un tiempo acotado, y el canon acumula clásicos a mayor ritmo que nosotros acumulamos años. En una imagen a la vez sugerente y precisa, Bloom imagina el canon como un barco en el cual los libros viajan hacia la inmortalidad; como el tamaño de ese barco es limitado, a medida que se agregan libros nuevos, clásicos modernos, otros deben ser arrojados por la borda.

Porque el canon no es algo que nos llegue ya prefijado, y que debamos aceptar sin más. Se define siempre en el presente. Que un libro se haya convertido en clásico en un determinado momento, y lo haya sido a lo largo de varios siglos, no garantiza que lo siga siendo para siempre. Pareciera que algunos están para quedarse: la Ilíada, la Odisea, la Divina comedia, la Eneida. Pero otros con parecida vocación de inmortalidad, como el Orlando furioso, y a pesar de los denodados esfuerzos del mismo Borges por salvarlo, ya viajan rumbo al olvido, salvo quizás en su país de origen. El canon no es algo que el pasado nos lega y nos impone, sino todo lo contrario: es lo que nosotros, en el presente, decidimos que vale la pena leer. El canon es, de alguna manera, la memoria de la literatura. Y la memoria, tengamos en cuenta, transcurre en tiempo presente. El acto de recordar es un acto que sucede ahora.

La pregunta del millón, cuando de cánones y canonizaciones se trata, es la de quién decide o fija qué libros componen el canon. Harold Bloom, al final de El canon occidental, tuvo el atrevimiento de proponer una lista de libros canónicos y casi al punto el mundo puso el grito en el cielo, porque había incluido a tal y había dejado afuera a cual, o viceversa. Merecido castigo por no haber seguido sus propias reglas: tanto en La angustia de las influencias como en El canon occidental Bloom afirma que quienes deciden, en cada momento, y revisan constantemente, la composición del canon no son ni los profesores, ni los críticos, ni los lectores, sino los escritores decisivos del presente; y que no lo hacen dando su opinión o haciendo sus propias listas, sino simplemente escribiendo. Es en su propia escritura y reescrituras que mantienen con vida a estos textos del pasado, o les dan vida nueva.

Cuando Joyce, por dar un ejemplo, decide basar su Ulises, episodio por episodio, en los de la Odisea, no solo está diciendo que la Odisea sigue siendo un texto que está vivo, que debemos leer: está haciendo que lo sea. No porque la Odisea esté viva yo escribo Ulises, sino más bien al revés: porque yo escribo mi Ulises, la Odisea está viva. Está viva porque yo estoy dándole vida nueva. Y lo mismo puede pensarse en relación a las puestas teatrales. Shakespeare está más vivo que Lope de Vega porque todo el tiempo lo estamos actualizando en versiones nuevas, en escrituras nuevas, en nuevas traducciones y puestas teatrales. Es en este sentido que vamos a leer estos ensayos, estos poemas y estos cuentos de Borges que toman como base, como punto de partida, como tema, los textos de Homero, de Dante, de Shakespeare y de Cervantes, y los convierten en textos actuales en lugar de exhibirlos como monumentos del pasado.

En «Kafka y sus precursores», un ensayo de Otras inquisiciones, Borges toma nota de una serie de autores anteriores a Kafka, de distintas épocas, geografías y lenguas, en los cuales percibe cierto aire kafkiano, todos ellos, aclara, autores que Kafka probablemente no leyó. Es decir, no son precursores de Kafka en el sentido estricto del término. Y sin embargo solo podemos asignarles esa cualidad de kafkianos una vez que Kafka escribió su obra y que esa obra se convirtió en una obra profusamente leída, fundamental, necesaria. Borges establece que no solo esos autores no se parecían a Kafka antes de que Kafka escribiera (cosa obvia), sino que tampoco se parecían entre sí. No es que Kafka descubrió el parecido o nosotros descubrimos el parecido gracias a Kafka. Ese parecido no existía porque esos textos, antes de que Kafka escribiera, eran distintos:

"Si no me equivoco, las heterogéneas piezas que he enumerado se parecen a Kafka; si no me equivoco, no todas se parecen entre sí. Este último hecho es el más significativo. En cada uno de esos textos está la idiosincrasia de Kafka, en grado mayor o menor, pero si Kafka no hubiera escrito, no la percibiríamos; vale decir, no existiría. El hecho es que cada escritor crea a sus precursores. Su labor modifica nuestra concepción del pasado, como ha de modificar el futuro".

De manera análoga, nosotros leeremos a Borges y su trabajo de modificación de estos grandes autores del pasado, comenzando por Homero.

lunes, 1 de enero de 2024

LA SOLEDAD ENCANTADORA DE ANA

Cuando la vi estaba como siempre, impecable, su sonrisa intempestiva y contagiosa, su figura hermosa me recuerda a Hannah Arendt, vestida con orden y colores que le dan a su rostro una vivacidad exuberante, como aquellos personajes que solo el cine crea con sus majestuosos artificios. Oculta una recóndita tristeza convertida en la mejor carta para navegar en el próximo futuro, en cada expresión delata un optimismo rampante, más aferrada a sus hijos y amigos que nunca. Ana es una mujer especial y diferente, directa, paisa de sobremanera, hasta las groserías le suenan bien, son guturales.

La conocí en el parque de los iconoclastas en el barrio los Alcázares de Medellín. Siempre camina por uno de sus andenes, el del costado, por la esquina de Cesar, muy apurada hacía la tienda de don Joaquín por cigarrillos. Tiene gemelas hermosas y un hijo entregado a Dios con un amor inconmensurable y lúcido, guarda disciplinas que pocos entienden. Ahora hablo con Ana con verdadero fervor que solo la amistad aporta. Ama a su madre y es muy condescendiente con su hermano.

Su niñez fue hermosa. Conserva la mayoría de sus amigos de esta época. Su cerebro es muy masculino, realmente poco se entiende con las mujeres, el conocimiento de su propia naturaleza le basta para saber cómo son las féminas y por qué es preciso ciertas distancias con ellas.

La escritora francesa, ganadora del nobel de literatura, Annie Ernaux, es el personaje central de sus propias novelas. La vida de sus padres, las crisis familiares, su adolescencia, sus primeras experiencias sexuales, su embarazo, son temas de sus novelas. Ana daría para todo esto, en pequeñas novelas cortas de una hondura y profundidad que expresaría temas muy universales. 

Los amores contrariados de Ana se podrían narrar desde la tragedia que implicó sus vivencias con cada pareja, desde una naturaleza femenina muy rebelde y absolutamente iconoclasta. Su vida sexual, por fuera de los matices de la sociedad patriarcal antioqueña que le tocó inevitablemente, debe ser rebelde y por fuera de los imperiosos dictados de una sociedad clerical. Cómo sí la mujer tuviera que manejar el deseo con guante de seda, lleno de protocolos y por fuera de la locura que solo la pasión despierta, tema exclusivo de los machos hasta hace poco. Definitivamente las cosas han cambiado y la vida es para gastarla.

Igual pasa con su niñez y adolescencia, más cercana a los amigos que a los conciabulos de mujeres, al aquelarre habitual. Su adolescencia y los primeros amores constituyen un bello recuerdo entre parques, arroyuelos de barrio y juegos inolvidables. La vida alrededor de padres y de sus hijos la marcó, bien sea para rebelarse o para tomar lo mejor. Ella es experta en toda la protocolización, venta y escrituras de bienes inmuebles. Se mueve como pez en el agua y de seguro en esta materia su futuro es alentador.

La conocí cuando estaba con su última pareja. Todo giraba en torno al hogar, ese era el proyecto vital, la razón de su hacer diario y, con dos inteligencias de ese talante lo previsible era un futuro halagador. Pero todo combate en el amor está condenado al fracaso o a la simulación en pro de intereses mutuos, al consumo de los días en propósitos solo para sobrevivir, horas banales de mierda. La pasión pasa y quedan las rutinas, o lo peor, los celos mutuos agrietan cualquier relación, son como llagas incurables y cualquier confianza se pierde, sin ella nada prospera en materia de amor y convivencia. Nada es lo que parece entonces. Al final, para ella, la soledad es de las mejores compañías. Cero engaños.

Ahora, Ana es Ana. Expresiva, suelta, locuaz, inteligente, sin imposturas y con los riesgos de volverse a enamorar. Está claro que en el fondo es una mujer de hogar, antioqueña neta. Me agradó verla, oírla cantar, dicharachera y siempre alegre. Sé de antemano que saldrá adelante, viajará mucho y en cualquier recodo del azaroso destino encontrará todo lo que la hace feliz. Verla me recordó a muchos personajes literarios y una alegría que habla del cariño que siento por ella.



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jueves, 14 de diciembre de 2023

LOS LIBROS Y LAS LECTURAS DEL 2023

 La lectura es un universo infinito de sabiduría, compañía, grandes encuentros. Un bálsamo para la vida entre incertidumbres, alegrías y tragedias. Leer ha sido la constante en mi vida y el eje de mi existencia en un país de mil violencias y desesperanza. Quiero hablar de mis libros en este año, de mis lecturas. Empezaré por aquellos sitios donde abrevo cotidianamente. "Letras libres" es un revista mexicana excelente, mensual, con páginas y textos de literatura, sociología, escrutando siempre en la dinámica social de nuestros pueblos, para descifrarla y entenderla entre los marcos de una globalización asfixiante. El portal de revistas de la UNAM de México está lleno de revista científicas de toda índole, siempre con el toque académico e investigativo con absoluto rigor.  EZLN, es un revista dirigida al análisis de las comunidades desde una perspectiva histórica, tiene los grupos sociales como eje, en sus cohesiones o  rupturas, las problematizaciones desde ópticas múltiples en contraste con las visiones académicas que  las interpretan. Son muchas las revistas de este portal: De historia, humanidades, arte.....Igual pasa con el portal de revistas de la universidad nacional de Colombia, algunas como "El jardín de Freud" son de mis lecturas predilectas, para no citar el suplemento "Babelia" del periódico "El país" de España, o "Ñ" del periódico "Clarín" de Buenos Aires.

Antes de hablar de algunas novelas quiero hacerlo con algunos libros científicos que ameritan leerse. De Sergio Torres Arzayusus, el libro "El Big Bang" Aproximación al universo y la sociedad. Es la descripción del origen del hombre y su paulatina relación con los astros, con el universo, desde la aparición de  Ardipitecus ramidus, el primer simio que bajó de los arboles. Volví a leer "El hombre y sus demonios" de Carl Sagan, artículos o pequeños ensayos, para ser entendidos por los no legos, texto cautivante de sobremanera, cada tema es auscultado desde una perspectiva académica y pedagógica. De historia, releo el primer tomo de "Historia de la vida Privada", de Fillippe Ariés y Georges Duby, desde el imperio Romano hasta el año 1000 de nuestra era. Cada capitulo me asombra, infinidad de cosas que no conocemos y que tienen que ver con lo más cotidiano, lo que no obsta su importancia. Empieza con la familia, su entorno, siempre con lujo de detalles. Muchas de las figuras legales de hoy, costumbres y modas están descritas al detalle en sus genealogías más importantes. Leí el primer tomo de "Historia doble de la Costa" del sociólogo colombiano Fals Borda, rescata  nuestro caribe tan olvidado por años por la academia y ahora, tal vez, gracias a este pensador, están hoy en pleno estudio por una generación importante de investigadores costeños.

Novelas. Aconsejaría leer la última del escritor norteamericano Jonathan Franzen, "Encrucijadas", toma  una familia para describir la caótica sociedad americana: La historia de los Hildebrandt, ellos buscan la libertad, cada uno de sus miembros parece coartar la del otro y en este galimatías parecen perderse. Igualmente me pareció cautivante "Las voces de Adriana" de Julia Navarro. Cómo enfrentamos una muerte, en el proceso de catarsis  como se reordena el mundo, sobre todo quienes precedieron al evento, el universo del pasado expresado en el presente. Adriana, la protagonista enfrentas varios duelos mientras cuida a su padre enfermo. Es la voraz espectadora y analista de la vida de los demás. La mezcla entre lo que fuimos y somos genera un panorama extraordinario que dice que la vida es más que presente. 

"Cartas abiertas" de Juan Esteban Constain realmente es una novela corta extraordinaria. Empieza con el encuentro de Jünger y Graves en polos opuestos en una batalla, quienes hacen una tregua para compartir un cigarrillo. Tiene como eje, el armisticio entre el estado de Tunja que le declaró la guerra a Bélgica, a través de un personaje italiano, historia y ficción, receta que le sirve para narrar hechos con absoluta inteligencia, en una prosa depurada, lejos de cualquier exceso, con una economía narrativa propia de este gran escritor colombiano.   

Leí y aconsejo hacerlo, un texto singular: "Los Simpson y la filosofía", muy serio y riguroso, contrario a lo que en principio pensé. Las actitudes excéntricas de los personajes de la serie las contrapone a filósofos y escuelas con rigor y mucha seriedad conceptual. La compilación la hacen tres editores con lujo de temas que develan en gran medida la crisis del mundo moderno desde la perspectiva filosófica de esta serie americana, que denosta de todos y todo.  

Antes del 31 de diciembre de este año, escribiré sobre el excepcional escritor colombiano Mario Mendoza.

Estoy leyendo y releyendo algunas novelas de Mario Mendoza, para realizar un ensayo alrededor de este excepcional escritor colombiano. Espero en una nueva entrada ahondar en este trabajo. En otro artículo me referiré a otros libros.