lunes, 12 de octubre de 2020

LA POESÍA TIENE LA PALABRA

 

“Para el mexicano Octavio Paz, la poesía es la perpetua tensión del poeta hacia un absoluto del lenguaje, en la esperanza de cautivar la realidad, lo efímero, eso mismo que se desvanece en el momento en que uno lo piensa, da un paso, con palabras que no se esperan y milagrosamente se ordenan, gracias a la cadencia que el mismo artista vacila en considerar como el fruto de su paciente trabajo”[1].

El nobel de literatura vuelve a caer en manos de un poeta. Hace mucho tiempo no sucedía esto. La poeta americana.  Louise Glück fue la favorecida. La Academia sueca le otorgó el Premio Nobel de Literatura 2020 quien ha publicado doce colecciones de poesía y algunos volúmenes de ensayos sobre el género. “Glück fue premiada por su “inconfundible voz poética, que, con una belleza austera, torna la existencia individual universal”, dijo la Academia Sueca al comunicar su decisión. El presidente del Comité del Nobel, dijo que Glück es “una poetisa del cambio radical y del renacimiento. No solo está comprometida con los errores y las condiciones cambiantes de la vida, sino que también es una poeta del cambio radical y el renacimiento, donde el salto adelante se da desde un profundo sentimiento de pérdida. En una de sus colecciones más elogiadas, The Wild Iris (1992), por la que recibió el premio Pulitzer, describe el milagroso regreso de la vida después del invierno en el poema “Campanilla de las nieves”[2].

El ensayista colombiano Juan Gustavo Cobo Borda en un ensayo esto dijo sobre la creación poética : “Son los escritores los que han creado nuestras ciudades, palabras sobre palabras”. Diría que la relación del sujeto con su entorno y los otros sólo es descrita en esencia por la poesía, donde el idioma adquiere su vital fortaleza. También el idioma es confesión. Octavio Paz dice: “Todas las sociedades han cultivado esta o aquella forma de poesía, de los encantamientos mágicos a las canciones eróticas, de las plegarias a los himnos funerarios, de los cantos que ritman los trabajos de los labradores a las baladas y poemas narrativos. Cantos en la plaza y en el templo, en el surco y el taller, en la batalla y en el festín, en el harem y en la celda del monje. No todos los pueblos tienen novelas, tratados de filosofía, dramas o comedias; todos tienen poemas. No menos asombrosa que la universalidad de la poesía es su antigüedad”[3].

Borges afirmó con una elegancia la siguiente sentencia: “El panteísta irlandés Escoto Erígena dijo que la Sagrada Escritura encierra un número infinito de sentidos y la comparó con el plumaje tornasolado del pavo real. Siglos después un cabalista español dijo que Dios hizo la Escri­tura para cada uno de los hombres de Israel y por consi­guiente hay tantas Biblias como lectores de la Biblia. Esto es la poesía, lo esencial, las palabras en su conexión con la realidad más próxima.

 

Ezra Pound y T. S. Eliot fueron quizá los más influyentes poetas en lengua inglesa de la primera mitad del siglo. La poesía americana es más urbana, comprometida con los avatares de ciudades abarrotadas de gentes, sometidas a presiones insondables. Wallace Stevens fue el poeta más importante de la últimas tres décadas en los Estados Unidos. De igual importancia es Louise Glück. Leamos este poema, por fortuna la mayoría de su obra está traducida al español:

 

LA DECISIÓN DE ODISEO

El gran hombre le da la espalda a la isla.

Su muerte no sucederá ya en el paraíso

ni volverá a oír

los laudes del paraíso entre los olivos,

junto a las charcas cristalinas bajo los cipreses.

 

Da comienzo ahora el tiempo en el que oye otra vez

ese latido que es la narración

del mar, al alba cuando su atracción es más fuerte.

Lo que nos trajo hasta aquí

nos sacará de aquí; nuestra nave

se mece en el agua teñida del puerto.

 

Ahora el hechizo ha concluido.

Devuélvele su vida,

mar que sólo sabes avanzar.

 

 

Las editoriales han abandonado la poesía, poco publican de este género siendo de suma importancia para la literatura y para la relación del hombre con la palabra. Heidegger citado por William Ospina escribe con gran sabiduría: "Lo que más merece pensarse en nuestro tiempo problemático es el hecho de que no pensamos. Y no pensamos porque lo que merece pensarse se aparta de nuestro pensamiento. No vemos lo que merece ser pensado”[4]. Esta es la labor del poema. De ahí la importancia del nobel en cabeza de esta excelente poeta. Es un hecho, como lo establece Octavio Paz: “La poesía es la perpetua tensión del poeta hacia un absoluto del lenguaje, en la esperanza de cautivar la realidad, lo efímero, eso mismo que se desvanece en el momento en que uno lo piensa, da un paso, con palabras que no se esperan y milagrosamente se ordenan, gracias a la cadencia que el mismo artista vacila en considerar como el fruto de su paciente trabajo. Nos congratulamos con este premio y de hecho la academia acierta en la adjudicación.