domingo, 3 de enero de 2021

DIVERTIMENTOS LITERARIOS

 


Cual será la obra de la literatura que nos contará la actual crisis por gracia del virus del COVA.    Aún no ha sido escrita.  Esta peste nos agobia y nos asedia implacablemente desde hace ocho meses, hay una tensa relación con este virus indescifrable e implacable.  No conozco aún la crónica que nos narre con lujo de detalles todo lo que hasta ahora hemos vivido, pese a su gravedad, los escritores y cronistas brillan por su ausencia, tal vez porque ellos tampoco han podido asimilar este infinito número de sucesos súbitos y extraños.

 Somos más vulnerables de lo que imaginamos, la ciencia, pese a todos sus avances, no logra tener la solución a los efectos de esta bacteria indomable. En los últimos ocho meses los epidemiólogos han ocupado todo el tiempo buscando una vacuna contra el COVI, la solución mágica, con toda la sabiduría y sapiensa que se requiere en materia científica. Los científicos fueron los primeros sorprendidos frente a lo complicado de la situación, es un hecho que el mundo de las bacterias es un universo que desconocemos, tan solo hoy palpamos sus alcances y el peligro que constituye cualquier desborde en esta materia. Darwin quien vivía asombrado por la naturaleza de las bacterias siempre supo que estamos integrados a su suerte y los efectos en esta materia poco son percibidos por el hombre.

Hay una incertidumbre total. Fue un año extraño en medio de los aislamientos obligatorios; la literatura fue un bálsamo, leer constituyó un refugio. En mi caso las relecturas fueron el acicate, la balsa y las tareas que me impuse con ciertos autores que estaban en el cuarto de San Alejo, me ocuparon la mayoría del tiempo.

Benito Pérez Galdós y Tomas Carrasquilla son autores que he vuelto a mirar, asumiendo lecturas de algunas obras que no había abordado, pues existen consideraciones sobre ciertos autores que no incitan a su lectura, la crítica en ocasiones es dañina, pues crea prejuicios.

Benites Pérez Galdós fue el escritor nacional y emblemático de España por mucho tiempo. Tomas Carrasquilla es el escritor insigne del costumbrismo colombiano. Del primero empecé la lectura de “Episodios nacionales” y del segundo “La Marquesa de Yolombo” y sus “Cuentos completos”.

Las apreciaciones de la crítica de la época con la de hoy contienen diferencias sustanciales. su lectura nos enfrenta a resaltar las diferencias, las apreciaciones hoy son otras, las herramientas son múltiples.

Galdós expresó algún día: ““creo que la literatura debe ser enseñanza, ejemplo [...]. Mis Episodios Nacionales indican un prurito histórico de enseñanza”. El eje lo constituye España, se narran los episodios nacionales en obras que determinan de antemano los temas cumbres, los que sirven de argumento para novelas de alguna manera épicas, bien escritas. “Galdós redactó la primera serie de los Episodios Nacionales, compuesta por diez narraciones, entre enero de 1873 y marzo de 1875. En ella se narran tanto grandes sucesos históricos (que abarcan desde el combate naval de Trafalgar en 1805, hasta la batalla de los Arapiles en 1812) como la vida de Gabriel Araceli, escrita en primera persona, a modo de memorias. En este personaje, Galdós personifica el ascenso imparable de la burguesía”[1]

Lo mismo pasa con Tomas Carrasquilla el escritor colombiano, nacido en el departamento de Antioquia, reconocido como el autor emblemático del costumbrismo, representa fiel de una literatura que marcó toda una época y una influencia notable. Fernando González un pensador colombiano expresó sobre este escritor: “Este Carrasquilla es tan mirón, tan escuchador, tan sastre de ropas y de almas, tan realista, tan semidiós que se nutre de las energías de su patria antioqueña, que a pesar de que soy cuarentón estéril, al leerlo y al oírlo, me empreña de este juicio: es único en Colombia; es orgullo colombiano, es el que puedo enviarle a M. Bréal, para que vea que somos iguales a los europeos; porque M. Bréal me pidió que le enviara libros y revistas colombianos, “para ver en dónde vive Monsieur Gonzáles”, y  nada encontré para remitirle sino un guarniel envigadeño y libros de Tomás Carrasquilla”[2]. Las similitudes y la influencia de Galdos en su obra está descontada. Fernando Categoriza: “Ahora bien, tengo para mí que el primer mérito de Tomás Carrasquilla consiste en ser, por sobre todos los artistas españoles y americanos de hoy, el observador e historiador de estas nociones-típicas de su pueblo. Paréceme que Antioquia, la única patria que ha habido en Suramérica, vivirá en el recuerdo por haber tenido a Tomás Carrasquilla para que le describiera su personalidad”. Estos autores son el plato de esta pandemia. Ahora lo que escribo pasa con muchos autores, que, marcando una época, después se dejan de leer y sólo la academia o la critica los estudia y mantiene vigente.

Siempre me pregunto en materia literaria, qué obras sobrevivirán en el tiempo, me refiero a los últimos cincuenta años y a Hispanoamérica concretamente. Del siglo 19 son pocas las obras españolas o colombianas que se lean con avidez. Entre el año 50 y el final del siglo XX no son más de tres en cada país.  Leer a Galdós y a Carrasquilla me dejaron un buen sabor, disfrute de su prosa y de hecho las consideraciones al respecto van más allá de la mordacidad de los críticos.

En ocasiones me pregunto, como se leerá “Rayuela” o "Cien años de soledad" “ de Gabriel García Márquez, "La muerte de Artemio Cruz” de Carlos Fuentes . El mismo interrogante tengo sobre la obra de Borges tan ponderada hoy. Otros serán los ojos.

Voy a leer dos autores colombianos: José Eustasio Rivera y Jorge Isaac.