La última novela de
Santiago Gamboa el escritor Colombiano se llama “Volver al oscuro valle”. Esta
fue una de las experiencias como lector más gratas: varias historias
entretejidas que tienen un factor común: La venganza, una mirada al pasado de
personas que, por alguna razón tienen un eje que las une al final en tal propósito por esos azares del destino, que no son tan casuales. El autor desde cada
personaje va tratando los temas que hoy agobian a la humanidad: El terrorismo,
la migración, la xenofobia, la saturación de la información y por su puesto la
soledad. El drama del regreso constituye el vértice desde donde gravitan estas
historias. El punto que agrupa a varios de sus personajes es la vuelta al pasado, cada uno busca resolverlo. Entre
capítulos va narrando las vicisitudes más del mundo creativo
del poeta Rimbaud. Amerita su lectura, de verdad que es una muy buena novela.
Me encontré el año pasado en la biblioteca
pública la floresta en Medellín una
antología de ensayos sobre Gabriel García Márquez excelente, uno supone que sobre Gabo se
ha escrito todo y se sorprende de escrutaciones de este talante por lo novedoso, el texto se
llama: “Gaborio artes de releer a Gabriel García Márquez”, no queda más que
aconsejar su lectura, realmente hay un aporte valioso en el conocimiento de la obra de nuestro nobel.
Volví a leer al Marvel
Moreno, la escritora Barranquillera, no solo su novela: “En diciembre llegan
las brisas”, sino algunos relatos: “Algo tan feo en la vida de una señora bien,
1980 y El encuentro y otros relatos, 1992”, sus re-ediciones fueron un regalo
para los que hemos valorado su obra, que como todo en este país se olvida.
Hablando de mujeres
lúcidas, leí un texto que no conocía y que aún sigo trabajando, estoy hablando
de Susan Sontag, los libros son: “Cuestión de énfasis” y “Estética del
silencio”, volví a disfrutar su prosa exquisita, rigurosa, de una factura
llevada casi a la perfección, cuando se trata de ensayos de literatura, toma
posiciones y realiza análisis profundos y puntuales, focaliza desde una esclerótica
particular en donde siempre aporta, desmenuza los textos sin caer en la
dispersión.
Encontré las memorias
de Marguerite Yourcenar, en un solo tomo. Publicadas por
la editorial Alfagura resultan ser un bocado de cardenal. Está compuesta por “Recordatorios” “Archivos
del norte” y “Que la eternidad”. Es una escritora a la que siempre vuelvo, me
deleita su prosa excepcional, perfecta, su obsesión por lo clásico, en general
la excelencia de sus textos, su escritura alcanza niveles inigualables, su vida
y por lo tanto su biografía es a todas luces atractiva, fue una trotamundo,
recibió una herencia cultural muy rica, la pasión desmedida por la lectura,
su existencia definitivamente fue
diferente a todo lo que he visto, más siendo una mujer que se enfrentó a las
imposturas de una sociedad ortodoxa e iconoclasta.
Sebastián Pinedo
Buitrago, publicó, texto que ubiqué también oteando en bibliotecas públicas: “Breve
historia de la narrativa Colombiana”. Una amplia gama de libros, con un trabajo
riguroso, con mucho peso intelectual y de una profundidad sin parangón, estos libros producidos en los centros de investigación de
la mayoría de nuestras universidades no tienen la divulgación que amerita.
Sebastián Pinedo Buitrago es un escritor e investigador de muchos quilates, que
a favor de la literatura colombiana, nos entrega un trabajo formidable sobre la
historia de la literatura desde sus autores más emblemáticos. Esta lectura fue
de lo exquisito del año pasado.
Hay libros que nos han
esperado por años. Editorial “La carreta” de Medellín, publicó hace unos años
un texto llamado “Grandes pensadores de la política” cuyos compiladores son
José Lopera Builes y Raúl Alberto Botero Torres. La virtud del texto lo
representa la calidad de los pensadores, constituyen el eje del pensamiento
político contemporáneo: Pierre Bourdieu, Norberto Bobbio, Nicolás Maquiavelo,
John Rawls, Durkheim, Marx, Marx Weber, Gerardo Molina, Nicos Poutlanzas,
Richard Rorty, Thomas Hobbes. Sus autores, los ensayistas de cada uno de estos
textos, son académicos cuya trayectoria y lucidez no tiene duda, Per se, es
sorprendente la perspectiva en que ha sido tratado cada pensador, las
articulaciones con el momento y las variables que son ejes y conectores para
instrumentar análisis puntuales.
Los relatos contenidos
“En los mares del sur” de Louis Stevenson, sobre las experiencias y
observaciones efectuadas en las islas Marquesas, Pomotu y Gilbert, escrito
desde la perspectiva de un antropólogo (Este señalamiento es muy personal, ha
sido señalado por otros de igual manera) al que se le adicionan cualidades
literarias sin parangón, de una calidad indiscutible, con una prosa alucinante,
e donde el autor, sorprendido por la capacidad de usurpación de la humanidad,
que siempre suele tomarse lo que no le es propio, desconociendo a los otros,
eso que llamamos civilización, que en este caso, como en toda conquista es un
acto de rapiña. Estos viajes furtivos, en busca de una cura para la
tuberculosis, resultan ser una crónica que desde la esclerótica de un hombre
Europeo, sin ninguna pretensión, quien se
sorprende ante la inconmensurable riqueza de estos pueblos del pacifico
frente al entramado que significa la conquista e invasión de quienes se abrogan
un derecho, desconociendo a los nativos, sus ancestros y por su puesto
tradición. Estas crónicas, son de una factura perfecta, se dejan leer con tal
agrado, que al final parecemos estar leyendo una novela de aventuras. Volver por estos libros es abrevar en la
fuente, en aquellos escritores que resultan ser precursores de generaciones
enteras. Stevenson definitivamente es un
maestro.
En la próxima entrega
terminaré este periplo que espero no canse a mis escasos lectores.