martes, 26 de julio de 2022

GRACIAS ADRIANA

 Con "Orgullo y Prejuicio" aprendí que cualquier suceso social por pequeño que sea puede ser tema universal y conmover  a cualquier lector anodino. No se cómo fue la  relación de Simón y Adriana, era claro para todos los amigos de los Alcazares que llevaban mucho tiempo juntos y lo era por el hecho notorio que nunca vimos del todo feliz a Simón, algo le mantenía con una expectativa cercana a la catástrofe. Recuerdo la frase de Standhal que llega como anillo al dedo: "El amor es como la fiebre: Brota y aumenta contra nuestra voluntad". Cualquier día nos dieron la noticia, Simón y Adriana terminaron, los rumores apuntan a que fue ella quien tomo la iniciativa. Algunos amigos muy acuciosos presentían que esto iba a suceder. No por las razones comunes por las que se termina una relación amorosa, que es el cumulo de intereses contrapuestos, de tensiones permanentes y con el tiempo la mata del aburrimiento, pues es definitivamente imposible hallar la felicidad eterna en una pareja, el amor es más poesía que realidad, sobre todo cuando la voluntad de cada uno es tan diferente y disímil. En todo caso al final decimos como consuelo que todos encontramos la pareja ideal. En este caso estaba comprobado que no eran ni la pareja ideal y  en este intercambio de favores y entregas, de locura y pasión, de prospectivas y planes, Simón recibía la peor parte o el trueque era muy cargado hacía un lado. De esto nadie tiene la culpa, muchas veces persistimos en el error de una manera perversa.

Ahora todos le agradecemos a Adriana la decisión sí es cierto que ella la tomó unilateralmente, si fue conjunta, confirmamos que el azar le ayudo considerablemente a esta desvariada pareja a enderezar su vida sentimental. Simón volverá a creer en todas sus virtudes sin necesidad que nadie las confirme, viajará y sustentará otra vez su vida en el trabajo, los amigos y las amigas entrañables que nunca faltan. Adriana le deseamos lo mejor, los dos son jóvenes y arrogantes, impetuosos y llenos de futuro. En ocasiones pienso que no existe amor sino pruebas de amor, difícilmente sabemos amar en plena libertad, sin ataduras y dejando ser al otro. Después de estos hechos aprendimos que la amistad es un baluarte y que siempre estaremos para los amigos, no importa si la novia nos manda para el carajo.