Debido a una asesoría prestada
a un estudiante en una tesis de doctorado, sobre la obra y el pensamiento de
este pensador colombiano, he tenido que volver a la totalidad de su obra.
Zuleta fue un hombre su generis, un intelectual
a carta cabal, quien forjo una camada de lectores y escritores gracias a
sus magistrales conferencias y al papel que le dio a la lectura como ejercicio
de elucidación y aprendizaje en una sociedad abierta.
Aún no aparece el biógrafo
de Zuleta, hace tres años se editó un texto sobre su vida, que realmente nunca me
convenció: “La rebelión de un burgués”, apenas fue una tenue mirada de su
itinerario intelectual, creo que su vida da para una excelente novela, está
llena de capítulos trágicos, pero siempre rodeada del texto, del libro como compañía
imprescindible de su vida.
Se podrá decir, que Zuleta es
el mejor lector que ha tenido este país, con connotadísimas excepciones: Gómez Dávila,
Alfonso Palacio Rudas, Fernando González, Gutiérrez Girardot, Cruz Vélez, para
solo citar algunos, pero a diferencia de
todos ellos, el pensador antioqueño recabo siempre sobre la lectura como
ejercicio intelectual y el papel del lector frente al texto.
En algún escrito periodístico,
sobre su vida, la revista “Semana” señalaba: Este filósofo y pedagogo de origen
antioqueño vivió rodeado de ideas y libros, también de desorden y alcohol. Fue
un autodidacta, siempre vivió acompañado de un sequito de jóvenes, quienes al
final recopilaron buena parte de su obra.
Estudió profundamente la
obra de Nietzsche, de Freud, leyó a Thomas Mann, Fiador Dostoievski, Marx.
La diferencia con Zuleta es
que sus disertaciones fueron verdaderos tratados desde perspectivas muy
particulares, siempre a partir de otras lecturas donde el autor había abrevado
profundamente. Sus conferencias son una reelaboración, bien sea desde el psicoanálisis, del Marxismo
o desde alguna relevancia particular extraída del mismo texto.
En la conferencia sobre la
lectura, toma el texto de Nietzsche, “De leer y el escribir” sobre las
significaciones de lo que denominamos una buena lectura: "Acaso ningún escritor haya hecho tan conscientemente como Nietzsche de su
estilo, un arte de provocar la buena lectura, una más abierta invitación a
descifrar y obligación de interpretar, una más brillante capacidad de arrastrar
por el ritmo de la frase y, al mismo tiempo de frenar por el asombro del
contenido. Hay que considerar el humorismo con el que esta escritura
descarta como de pasada lo más firme y antiguamente establecido y se detiene
corrosiva e implacable en el detalle desapercibido: hay que aprender a escuchar
la factura musical de este pensamiento, la manera alusiva y enigmática de
anunciar un tema que sólo encontrará más adelante toda amplitud y la necesidad
de sus conexiones. Este estilo es la otra cara, el reverso de un nítido
concepto de la lectura, de un concepto que a medida que se hace más exigente y
más quisquilloso libera la escritura de toda preocupación efectista, periodística,
de toda aspiración al gran público y de esta manera abre al fin el espacio en
que pueden consignar se las palabras del Zaratustra y elaborar se la
extraordinaria serie de obras que lo continúan, comentan y confirman. Al final
del prólogo de la Genealogía de la moral Nietzsche dice que requiere un lector
que se separe por completo de lo que se comprende ahora por el hombre moderno”.
William Ospina de quien
Zuleta fue mentor, reconoce que este pensador marcó su vida y aduce que fue uno
de los pocos hombres que dialogó con los grandes novelistas y filósofos europeos
sin ningún complejo y desde sus particularísimos puntos de vista fruto de
infinitas lecturas. El dialogo, con sus alumnos e interlocutores le inspiraba, constituía
un verdadero conjuro, quienes le conocieron sabían del poder de seducción de
sus extensas elucidaciones.
Zuleta fue pupilo de
Fernando Gonzales otro gran pensador colombiano, muy original, radical en sus puntos de vista, con una ética poco común en estos tiempos
tan permeables. De este hombre extrajo la mayoría de herramientas intelectuales
que le servirían en el proceso de desciframiento de la naturaleza del hombre, siempre
de la mano del psicoanálisis.
Son muchos los textos de
este pensador, que ameritan ser traídos a colación, pero presentare la
conferencia sobre la lectura el mejor ejemplo de su capacidad de interpretación
y análisis a partir de sus lecturas y la mirada acuciosa de otros textos, que
resulta ser un justo homenaje y que espero lo lean, pues incita a otras
lecturas, como siempre sucede con sus disertaciones:
http://www.mineducacion.gov.co/cvn/1665/articles-99018_archivo_pdf.pdf