domingo, 18 de julio de 2010

VARIABLES SOBRE LA NOVELA CONTEMPORANEA

Hace más de cuatro años trabajamos en una tesis de grado sobre la novela “La balada de Don Francisco Sañudo” del escritor Antioqueño Jaime Antonio Vélez, quien intentó en este texto integrar todas los géneros. Busco que su novela fuera a la vez ensayo, poesía, memoria. Jaime, quien escribió un libro excelente sobre el ensayo, desde hace mucho tiempo asumía que integrar en un solo cuerpo la infinidad de géneros, constituía una nueva forma de expresión literaria, que le daría una aire nuevo a la novela, una especie de resurrección. Teresa Gómez Trueba, de la universidad de Valladolid España, publico un artículo sobre el tema, habla de algunos títulos emblemáticos al respecto: Enrique Vila-Matas tituló a uno de sus libros, Recuerdos inventados (1994), Antonio Orejudo tituló su primera novela Fabulosas narraciones por historias (1996), Javier Cercas recopiló sus artículos periodísticos bajo el título de Relatos reales (2000), César Antonio Molina, subtitula su obra Regresar a donde no estuvimos (2003), “Memorias de ficción” y Juan Bonilla acaba de publicar una recopilación de todos sus cuentos bajo el título Basado en hechos reales (2006). La autora del artículo toca en esencia el momento en que vive el género creado por Cervantes. Dice la autora:



Ese hibridismo que denotan los títulos mencionados ha resultado ser uno de los rasgos estéticos más llamativos de la literatura contemporánea y, efectivamente, de un tiempo a esta parte, críticos y novelistas parecen tomar conciencia de que estamos asistiendo al triunfo y la consolidación de un nuevo tipo de escritura, cuya razón de ser radica en una ruptura de las artificiales fronteras entre géneros. Algunos cultivadores de dicha modalidad de escritura, incluso ya la han puesto un nombre: Rafael Argullol la ha llamado “escritura trasversal” y José Carlos Llop “literatura anfibia.” Para otros, esta tendencia acusada al hibridismo genérico de la literatura actual ha traído consigo el triunfo de un nuevo tipo de novela. Claudio Guillén, en un excelente trabajo titulado “La plurinovela”, analizaba una serie de novelas españolas contemporáneas que se ajustaban a su modo de ver a “cierta índole de pluralismo entendido como condición o ámbito en que se sitúa en ciertos casos, minoritarios pero creo que valiosos, el arte de escribir novelas; y que, como tal consciencia de la multiplicidad, no deja de entrar en tensión con las exigencias formales de la narración literaria” (1).

Habría que agregar a estos modelos, el éxito de la autoficcion, que le ha permitido a los autores más importante a través de esta herramienta, hablar de lo humano y lo divino entre la trama ficcional, mezclado con alusiones autobiográficas. El Mejor ejemplo de la mezcla de géneros en un híbrido excelente es el libro “Experiencia” de Martin Amis, que es una especie de autobiografía novelada, denuncia de las atrocidades de la Rusia de Stalin, es un  ensayo sobre las dictaduras y la hipocresía histórica de mitad siglo pasado…pero en esencia este texto sigue siendo una gran novela.

El periodismo le aportó a la novela en los cincuenta del siglo veinte un aliento, con las aplicaciones de sus tecnicas  la novela. " A sangre fria" de truman capote, es un jemplo vital de como la realidad, los hechos de carne y hueso son el material que más tarde e convertirá en grandes novelas. En una entevista con "Clarin" el periodista expreso: "Cazando la Bestia de un Mil Millón de Pies", publicado en 1989 en la revista Harpers– fue devolver la novela estadounidense a la tradición del realismo: "En este momento débil y pálido y desgastado de la historia de la literatura americana necesitamos que un batallón de Zolas se lancen a este país salvaje, barroco y desopilante y que lo reclamen como propiedad literaria". Pero los nuevos novelistas no solo se han limitado a describir estos paisajes en excelentes tramas, sino que han mezclado en la novela todos los generos.

La definición clásica de la novela, aquella que asumimos elementalmente, en apariencia parece quedarse corta, con todo lo que está sucediendo actualmente: Obra de ficción, no histórica, en prosa, que crea un mundo cerrado (que atrapa al lector por su interés) a imagen de la vida (se inventa un mundo imaginario parecido al mundo real pero no pretende ser éste, i.e., no es una trascripción, registro, o fotografía de la vida) en la que va envuelta una visión del mundo y de la vida (cosmovisión o Weltanshauung). “Esta imagen de la vida es generalmente más ordenada, coherente y ordenada que la vida real. O sea, el novelista escoge los materiales que le parecen más significativos y los organiza de una manera nueva (Hegel, Estética). El novelista puede establecer su propia lógica en su mundo ficticio, pero este mundo de invención debe ser coherente estéticamente. La función esencial de la novela es describir dinámicamente una atmósfera cuya misión es referir una acción concreta llevada a cabo por ciertos personajes. Debe producir también múltiples impresiones (peripecias) y no sólo una (como el cuento). Como estructura debe atraer irresistiblemente al lector (José Ortega y Gasset). Según Lukas, la novela debe ocuparse de la vida del hombre que vive cargado de problemas y que busca valores a que asirse para solucionarlos”(1)

Lo que sucede suele confundirse con el concepto de novela total, tan trabajado en una época. Ilan Stavan, refiriéndose al proceso creativo de “Cien años de soledad” escribía: En 2002, García Márquez publicó el primer volumen de su autobiografía: Vivir para contarla. Contiene claves —la casa de García Márquez en Aracataca como el modelo para la casa de los Buendía, él y sus amigos como inspiración del grupo literario de Barranquilla al final de la novela, una famosa masacre de trabajadores que encuentra su lugar en el libro— para descifrar el origen de sus imágenes y motivos. Pero ¿Debería uno buscar esas explicaciones en una novela que ruega ser leída de manera autónoma, como una puerta a una realidad paralela? Mi sugerencia es dejar la biografía a un lado. La novela siempre será autónoma, encubre un mundo total, se sostiene per se a los datos autobiográficos de su creador y mas a sus compromisos intelectuales. Vargas Llosa, en el ensayo sobre Titanc o Blanch, Defiende la autonomía del genero: A imagen y semejanza de la realidad: la idea que el autor, es el carácter tan ambicioso de la novela, su “voluntad deicida”, su pretensión de “novela total”. Debe ser autónoma, poseer su propio mundo, parecido, pero diferente del real, mostrando una gran cantidad de facetas de esa “realidad” de la novela. Una novela que no consiga esto no es una gran novela. En Tirant lo Blanch como en las novelas de Balzac, Dickens, Flaubert o el propio García Márquez, el autor es un suplantador de Dios, que crea su propio mundo.

No importa si a través de una novela se escriben verdaderos tratados de genética, se exploran posiciones políticas determinadas, se enfrente el tema religioso, el texto seguirá siendo autónomo, encubrirá una realidad total, paralela, esto hace parte de la magia que implica el genero: en síntesis siempre será una novela.

Lo que queda claro es la capacidad de la novela, la versatilidad en la que lo mantienen una camada de escritores jovenes, en pleno auge de teorías apocalipticas sobre su extinción.  Aconsejo la lectura de "Dublinesca" la última novela de Enrique Vila Matas, esta es una muestra de historia, ensayo y trama ficcional, alrededor de las tribulaciones del último editor. Su lectura será un refresco frente al tema que tocamos y que esperós seguir tratando más adelante. 

http://faculty-staff.ou.edu/L/A-Robert.R.Lauer-1/Novela.html