jueves, 15 de agosto de 2024

LA ULTIMA VOLUNTAD DE MI MADRE

 “La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es, y cuando la muerte es, nosotros no somos.”Antonio Machado


Recuerdo todo lo que he leído sobre la muerte como una  transmutación, que necesariamente no es la concepción de los occidentales; cito a Yogi Ramacharaka "Nunca está el cuerpo más vivo que cuando muerto." Y ha dicho otro autor: "La muerte no es más que un aspecto de la vida, y la destrucción de una forma material es el preludio de la construcción de otra". La naturaleza es sabia y tiene un ejemplo hermoso: La oruga desaparece y nace la crisálida y esta lo hace para que nazca la mariposa. Otro autor expresa desde la perspectiva cristiana: "«La muerte es lo más trágico de la vida humana. Más, si no queremos sufrir la muerte en torno a nosotros y en nosotros pasivamente, con inerte resignación; si debemos y queremos más bien enfrentarnos con el destino de la muerte como hombres que no sólo somos materia, sino también espíritu, y esperarla con corazón alerta y ojos abiertos, puede ser importante y buena una teología de la muerte, que no se espanta del sobrio trabajo de los conceptos» (Karl Rahner). En la "Invención de la soledad" Paul Auster recibe la noticia de la muerte de su padre: Nunca creemos que nos va a pasar. En todo caso nos pasa.

Creo que mi madre murió con la tranquilidad del deber cumplido hasta el último momento. Me pregunto cuanta verdad contar sobre ella: evoco tres ciudades fundamentales: Bucaramanga, Barranquilla y Bogotá. El centro fue su familia, pero su casa le abrió la puerta a muchas personas. Amó a un solo hombre con una resignación cristiana en  ocasiones incomprensible para muchos. Antes de su muerte, un año atrás, la visite y  constate su fe inquebrantable, pese a sentir que dos hijos no encajaban en la vida, nunca fue altiva con nosotros y menos cruel.  Simplemente no entendía qué estaba pasando.

A mis hermanos les dijo que quería que sus cenizas se llevaran al río magdalena. Fue su última voluntad. Ella se crió en Salgar Cundinamarca, a orillas del río, al frente de la base aérea de Palanquero. Junto con la tia Fabiola fueron las únicas mujeres entre muchos hombres. El abuelo Pedro y Clementina, fueron sus progenitores. Este lugar es el Génesis de su vida: El abuelo, la droguería, el pueblo con todas las connotaciones de la época y su matrimonio muy joven. Pienso que uno siempre evoca sus orígenes y vuelve donde todo inició.

Este fin de semana mis hermanos, sobrinos y la prima Yudi cumplirán a cabalidad su deseo. Cómo la mariposa, ella tal vez estará en otra dimensión. A nosotros nos queda el recuerdo intangible del agradecimiento, del hijo que no cubrió sus expectativas, pero que está lejos de la infelicidad como suponen todos y que ella conocía como nadie. Los libros, la escritura y una memoria de miedo aún están conmigo. Se completará este ciclo y de seguro ella transcenderá dentro del marco de una cosmovisión que nosotros no conocemos pero que de seguro está sintiendo y viviendo, si se puede acotar con esta palabra.

De ella me queda su vitalidad, su risa estridente, el cumplimiento en todo lo que hacía y se responsabilizaba, la capacidad para resolver y su fe en Dios a la que nunca renunció. El periplo que cumplirá por voluntad suya este fin de semana, cierra un ciclo. Siempre nos acompañará el recuerdo de su ser y uno no es sino lo que vive y  lo que recuerda, es una huella intangible. Ahí estará junto a los que quiso, de eso estoy seguro.  Buen río y marcha celestial.