domingo, 27 de enero de 2019

DIARIOS Y APUNTES DE TRES GRANDES DE LA LITERATURA


Leer textos que fueron escritos sin la intención de ser publicados, sin ninguna pretensión, desde el desasosiego, la soledad o el simple desahogo, a través de esos mecanismos de trasferencia que se dan desde la escritura, es un lujo, más cuando vienen de Elías Canetti, Adolfo Byo Casares o Robert Musil.
Desde su publicación, supe que los diarios de las conversaciones entre Byo y Borges constituían un tesoro invaluable. Cada anotación es una huella de lucidez de dos escritores que solo vivieron para la literatura. En las primeras entradas: 1931-1946  nos va mostrando el itinerario de una amistad que abrevaba en los buenos libros, una crítica excelsa y una búsqueda de sentido de sus lecturas más próximas. Entre caminatas, casitas de barrios del viejo Buenos Aires, quintas de Adrogué y “de interminables, exaltadas conversaciones sobre libros y argumento de libros”, comidas todos los día en la casa de Byo, se fueron construyendo estas páginas que no son otra cosa que un recorrido por la literatura universal y una radiografía del mundo creativo. Expresa Byo: “Por dispares que fuéramos como escritores, la amistad cabía, porque teníamos una compartida pasión por los libros. Tardes  y noches conversábamos de Johnson, de De Quincy, De Stevenson, de literatura fantástica, de argumentos policiales, de L”Ilusion Comique, de teorías literarias, de las Contrerimes de Toule, de problemas de traducción, de Cervantes, De Lugones, de Góngora y de un Quevedo, del soneto, del verso libre, de literatura China, De Macedonio Fernández, De Dunne, del tiempo, de la relatividad, del idealismo, de la fantasía metafísica de Shopenhauer, del neo criol de Xul Solar, de la crítica del leunguaje de Mauthner”.
En el prólogo de los diarios de Robert Musil existe una aclaración pertinente y puntual sobre los mismos que es sificiente para relevar su importancia: “Estructurados en grandes círculos concéntricos que en ocasiones se entrecruzan o interpolan temáticamente sin voluntad de culminación resolutiva alguna, lo que hace de ellos una genuina obra abierta. Estos diarios son más que viruta  del taller en el que tomó cuerpo literario decisivo “El hombre sin atributos”. Por qué más allá del pretexto puntual de estas anotaciones a las que el autor dedicó parte del esfuerzo durante cuatro cargadas décadas- reelaboración narrativa de muy diversos hechos y ocurrencias,  temas de posición sobre acontecimientos históricos o cosas y personasque en algún momento pudieron cruzarse en su camino, lecturas, reflexiones sobre una gran novela o trance,  no menos largo y complejo de gestión-, lo que realmente adensa aquí,  página tras página, su presencia son los grandes temas/problemas cosmovisionales, teóricos-literarios, filosóficos y artísticos de ese gran escritor doblado de pensador o pensador doblado de escritor que fue Robert Musil”. Realmente este es un viaje hermoso desde la esclerótica de una mente perspicaz y enciclopédica, que tomaba posición y escribía sobre lo divino y lo humano. Aquí encontré unas notas sobre Husserl excelente, pedagógicas, que nos devuelven a temas de suma importancia  y que olvidamos sin explicación alguna. Estos diarios son una buena compañía.
Los apuntes de Canetti, los que realmente nunca quiso que se publicaran, poderosos vislumbres, sobre la historia, sobre el arte de narrar, sobre los mitos, sobre los caracteres, sobre la guerra. Son “esbozos ensayísticos, tropismos, apólogos, citas, sentencias, epigramas, juegos verbales, impromptus, etcétera”.
Hablar consigo mismo constituye el eje de estos apuntes, esto nos permite conocer al escritor desde lo más íntimo de su mundo creativo. Son libros para leer sin ningún orden, para tomar cualquier página y conversar con estos grandes autores, son operas primas abiertas. Realmente es un deleite.