lunes, 18 de noviembre de 2024
EL GATO QUE AMABA LOS LIBROS SOSUKE NATSUKAWA
Pero no hay otra librería tan bien surtida como esta… Son raras las que pueden jactarse de tener la colección completa de las obras de Proust en tapa dura. Y fue aquí donde encontré El alma encantada, de Romain Rolland, después de buscarlo durante mucho tiempo. (Aparte del libro)
Esta novela de Sosuke, es un buen acercamiento a la literatura, a los libros memoriales que la conforman y sobre todo a las diferentes formas de leer. Desde una librería del usado, laberíntica en cierta forma, en compañía de un gato atigrado, que es el guardian del sitio, Rintaro quien, bastante distante al principio, con la muerte de su abuelo quien era el dueño de esta misteriosa librería, asume una responsabilidad para la cual no estaba en apariencia preparado. Solitario y en cierta forma apático y escéptico, se encuentra con un universo que al final termina siendo atrayente para sí mismo, por supuesto para el lector y una buena guía de la literatura japonesa y universal.
Rintaro es un hikikomori, se define como una persona que por decisión propia se aleja de la sociedad y se aísla completamente. Es un fenómeno típicamente Japones. Cada capítulo se centra en un laberinto. Esto es: las distintas «misiones» que Rintaro tendrá que afrontar junto a Tora (El gato) y, en ocasiones, también con Sayo, una compañera de clase con la que empieza a entablar amistad. En cada uno de esos laberintos el protagonista es transportado a escenarios que parecen sacados de un sueño.
La prosa es directa, fácil de abordar, sin ningún tipo de barroquismos, cuenta la historia de manera muy simple, entre lo imaginario y lo real, sorprende los diálogos con el gato y la lúcides sobre cada referencia a un autor especifico.
El libro define los tipos de lectores que se dan en esta sociedad de consumo:
1.- El que lee mucho solo por el estatus (o el «postureo» de leer.)
2.- El que sintetiza los libros.
3.- El que vende libros que la gente quiere leer.
4.- El que maltrata los libros.
5.- Una oda al placer de leer y un mensaje optimista final.
Aparte del libro
La librería Natsuki era una tienda pequeña que se encontraba en un lugar de difícil acceso de la ciudad.
Tenía una estructura de lo más peculiar.
Desde la entrada, un pasillo largo y estrecho se adentraba hasta el fondo del local, con las paredes revestidas por robustas estanterías que llegaban al techo y parecían observarte desde las alturas. Varias lámparas retro colgadas del techo reflejaban una tenue luz sobre el gastado suelo de madera.
A lo largo del libro, se habla de lo maravilloso que es leer sin prisa, y degustando cada una de las frases. De hecho, hay un momento en que se compara leer un libro con subir una montaña.
Dice en una aparte el texto:
«-Leer no es tan solo disfrutar y emocionarse. En ocasiones hay que ir línea a línea, releer repetidas veces las mismas frases, y avanzar despacio y con esfuerzo para comprender lo escrito. […] Del mismo modo que, tras un larguísimo sendero, las vistas se abren al llegar a la cima».