“Con un buen guión, un buen director puede hacer una obra maestra; con el mismo guión, un director mediocre puede hacer una película aceptable; pero con un guión malo, ni siquiera un buen director puede hacer una película buena”A. Kurosawa
Alex Martínez Roig escribió para el periódico país de España un artículo interesante sobre la importancia fundamental que han adquirido las grandes series desde la perspectiva de la narrativa. El artículo sin duda, retoma el aparecido en de New York Times, sobre el mismo tema: ¿Quiere usted disfrutar de una buena historia? Cierre el libro, póngase cómodo y encienda la televisión. Sí, la televisión. "Ésta es una edad dorada de la televisión", dice Concepción Cascajosa, profesora de comunicación audiovisual en la Universidad Carlos III de Madrid, "nunca ha habido tantas series de calidad". A renglón seguido establece: “Escritores como Carlos Ruiz Zafón, Juan José Millás, o incluso George Steiner en una reciente entrevista en El País Semanal, coinciden en que si Shakespeare viviera hoy estaría escribiendo guiones para series de televisión”. La categoría del guion como genero literario, no ha tenido para muchos críticos importancia alguna, ya es hora de asumir reconocimientos al respecto, pues el mismo es parte incuestionable de nuestra realidad, se nos ha metido en la casa y resulta imprescindible estudiarlo con sumo cuidado.
El articulo de Martínez es categórico: “"Gente como Aaron Sorkin (El ala oeste de la Casa Blanca), David Chase (Los Soprano), Alan Ball (A dos metros bajo tierra y True Blood), David Milch (Deadwood), David Shore (House) probablemente producen, mal que les pese a muchos, buena parte de la mejor narrativa que se hace en el mundo. Es irónico que sea en la televisión, que a menudo es el escaparate de lo peor que tiene que ofrecer el sistema, donde están apareciendo las mejores propuestas de creación dramática", concluye el autor de La sombra del viento. "Dickens publicaba sus novelas por entregas. Lo mismo hacía Alejandro Dumas con sus historias de aventuras", explica Concepción Cascajosa. "El público las esperaba con pasión cada semana, como ahora las series en televisión". El artífice de esa revolución fue Chris Albrecht, presidente de HBO hasta mayo de 2007, que apostó por Los Soprano, Sexo en Nueva York, A dos metros bajo tierra o The Wire. Según Albrecht, las cuatro razones del éxito de HBO son: "1. No hagas caso de lo que digan los estudios de mercado, sino de tu criterio; 2. Sé original; 3. Respeta la inteligencia de tu audiencia. 4. Los valores de HBO son literarios; cultiva el talento, la libertad creativa y atrae a los mejores". Bertha Fréitez escribía sobre el guion: “Saber escribir guiones significa dominar un tipo de escritura particular que tiene su arte y su ciencia. Un guión no es una mera herramienta – aunque también lo sea en gran medida – sino un texto donde se debe poder “leer” una película de la manera más clara y amena posible”. Un guion es en síntesis una narración propuesta para ser traducida en imágenes y retroalimentada por una banda sonora, a fin de convertirse en mensaje audiovisual. Es el punto de partida para la realización de un filme. Su estructura se fundamenta en tres elementos que se entrelazan: El personaje, la acción y el conflicto. Eliseo Altunaga al respecto decía: "Me gusta definir el guión cómo el gusano de la crisálida". De buenos guiones esta plagada la televisión y son las series gringas las que nos han brindado este plato exquisito. Es indudable en el cine la fuerza dramática está enfocada más en los efectos especiales que en otra cosa, el cine espectáculo, en la televisión son los personajes y los diálogos encubiertos en grandes historias, donde la narración centra su fuerza narrativa.
Juan José Millás
Me he convertido en un espectador de series de televisión en un proceso semejante al que en otra época de mi vida me convertí en lector. Ambos placeres tienen puntos en común. Así, del mismo modo que entonces leía a escondidas (y a menudo contra alguien), ahora veo las series a horas que no son, rompiendo mi propia disciplina de trabajo, como el que empieza a beber al mediodía.
Por José Manuel Sánchez Ron
Al igual que en la actualidad las ciencias biomédicas ocupan, por su pujanza, un lugar central en el universo científico, también protagonizan esas disciplinas varias de las series de televisión de más éxito: House, CSI y Bones. Ahora bien, nada puede atraer grandes audiencias manejando únicamente profesiones, ideas y técnicas; son necesarias las personas, los Grissom, Temperance Brennan, Seeley Booth o Gregory House.
Alex Martínez Roig escribió para el periódico país de España un artículo interesante sobre la importancia fundamental que han adquirido las grandes series desde la perspectiva de la narrativa. El artículo sin duda, retoma el aparecido en de New York Times, sobre el mismo tema: ¿Quiere usted disfrutar de una buena historia? Cierre el libro, póngase cómodo y encienda la televisión. Sí, la televisión. "Ésta es una edad dorada de la televisión", dice Concepción Cascajosa, profesora de comunicación audiovisual en la Universidad Carlos III de Madrid, "nunca ha habido tantas series de calidad". A renglón seguido establece: “Escritores como Carlos Ruiz Zafón, Juan José Millás, o incluso George Steiner en una reciente entrevista en El País Semanal, coinciden en que si Shakespeare viviera hoy estaría escribiendo guiones para series de televisión”. La categoría del guion como genero literario, no ha tenido para muchos críticos importancia alguna, ya es hora de asumir reconocimientos al respecto, pues el mismo es parte incuestionable de nuestra realidad, se nos ha metido en la casa y resulta imprescindible estudiarlo con sumo cuidado.
El articulo de Martínez es categórico: “"Gente como Aaron Sorkin (El ala oeste de la Casa Blanca), David Chase (Los Soprano), Alan Ball (A dos metros bajo tierra y True Blood), David Milch (Deadwood), David Shore (House) probablemente producen, mal que les pese a muchos, buena parte de la mejor narrativa que se hace en el mundo. Es irónico que sea en la televisión, que a menudo es el escaparate de lo peor que tiene que ofrecer el sistema, donde están apareciendo las mejores propuestas de creación dramática", concluye el autor de La sombra del viento. "Dickens publicaba sus novelas por entregas. Lo mismo hacía Alejandro Dumas con sus historias de aventuras", explica Concepción Cascajosa. "El público las esperaba con pasión cada semana, como ahora las series en televisión". El artífice de esa revolución fue Chris Albrecht, presidente de HBO hasta mayo de 2007, que apostó por Los Soprano, Sexo en Nueva York, A dos metros bajo tierra o The Wire. Según Albrecht, las cuatro razones del éxito de HBO son: "1. No hagas caso de lo que digan los estudios de mercado, sino de tu criterio; 2. Sé original; 3. Respeta la inteligencia de tu audiencia. 4. Los valores de HBO son literarios; cultiva el talento, la libertad creativa y atrae a los mejores". Bertha Fréitez escribía sobre el guion: “Saber escribir guiones significa dominar un tipo de escritura particular que tiene su arte y su ciencia. Un guión no es una mera herramienta – aunque también lo sea en gran medida – sino un texto donde se debe poder “leer” una película de la manera más clara y amena posible”. Un guion es en síntesis una narración propuesta para ser traducida en imágenes y retroalimentada por una banda sonora, a fin de convertirse en mensaje audiovisual. Es el punto de partida para la realización de un filme. Su estructura se fundamenta en tres elementos que se entrelazan: El personaje, la acción y el conflicto. Eliseo Altunaga al respecto decía: "Me gusta definir el guión cómo el gusano de la crisálida". De buenos guiones esta plagada la televisión y son las series gringas las que nos han brindado este plato exquisito. Es indudable en el cine la fuerza dramática está enfocada más en los efectos especiales que en otra cosa, el cine espectáculo, en la televisión son los personajes y los diálogos encubiertos en grandes historias, donde la narración centra su fuerza narrativa.
Juan José Millás
Me he convertido en un espectador de series de televisión en un proceso semejante al que en otra época de mi vida me convertí en lector. Ambos placeres tienen puntos en común. Así, del mismo modo que entonces leía a escondidas (y a menudo contra alguien), ahora veo las series a horas que no son, rompiendo mi propia disciplina de trabajo, como el que empieza a beber al mediodía.
Por José Manuel Sánchez Ron
Al igual que en la actualidad las ciencias biomédicas ocupan, por su pujanza, un lugar central en el universo científico, también protagonizan esas disciplinas varias de las series de televisión de más éxito: House, CSI y Bones. Ahora bien, nada puede atraer grandes audiencias manejando únicamente profesiones, ideas y técnicas; son necesarias las personas, los Grissom, Temperance Brennan, Seeley Booth o Gregory House.
1 comentario:
HECTOR ABAD FACIOLINCE EN SU LIBRO "LAS FORMAS DE LA PEREZA" DICE: "ES CIERTO,HAY ALGUNAS PERSONAS QUE AMAN LA SOLEDAD, EL SILENCIO Y LA OSCURIDAD, PERO ÉSTAS NO PERTENECEN PRICISAMENTE AL TIPO QUE TAMBIÉN AMA LA TELEVISIÓN."
¿SERÁ LA TELEVISIÓN UN MEDIO ELECTRÓNICO EN DONDE SE ESPARCE CULTURA O RELLENO?
SALUDOS,
ELKIN
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