Qué
bien por Patricio Pron, esta reseña que traigo a mis lectores a propósito de
una nueva edición en español de Ubú rey, es importante, no solo por la
importancia del texto en mención, sino por la resonancia de este autor en
escritores del siglo XX. CESAR HERNANDO BUSTAMANTE.
Patricio Pron
Utah se convirtió en el
cuadragésimo quinto Estado norteamericano en 1896; ese mismo año se celebraron
en Atenas los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna y Rubén Darío
publicó Prosas profanas; más importante para la Humanidad, sin
embargo, es que ese año Alfred Jarry (Laval, 1873-París, 1906) estrenó con
escándalo en el Théatre de L'OEuvre Ubú rey, que Catulle Mendés
definió como una crítica "de la eterna imbecilidad humana, de la eterna
lujuria, de la eterna glotonería, de la bajeza del instinto erigida en tiranía;
de los pudores, de las virtudes, del patriotismo y del ideal de las gentes que
han comido bien".
En La época de los
banquetes. Orígenes de la vanguardia en Francia (Trad. Carlos Manzano.
Madrid: Visor, 1991), Roger Shattuck compara a Jarry con "un lunático o un
santo" y recuerda que, al igual que otros "miembros valerosos"
de la escena artística, el creador de Ubú se propuso "ampliar el yo
artístico y creativo hasta que desplazara todos los disfraces del hábito, la
conducta social, la virtud y el vicio". Ubú tiene su origen en una
tradición oral entre los estudiantes de Rennes sobre un histrión que era la
"encarnación de todo lo grotesco que en el mundo hay", pero también
es el resultado de un rechazo a la racionalidad decimonónica que encontró en
Jarry y en algunos de sus contemporáneos (Erik Satie, Guillaume Apollinaire,
Henri Rousseau) a sus principales valedores: de ellos parte una genealogía a la
que pertenecieron (con todas sus diferencias) André Breton, Marcel Duchamp,
Boris Vian, los dadaístas, Raymond Roussel, Bohumil Hrabal, Jaroslav Hašek,
Eugène Ionesco, Samuel Beckett y César Aira. Ninguno de ellos existiría sin el
humorismo salvaje con el que el inventor de la Patafísica pretendió deshacerse
de todas las tiranías posibles, incluyendo la del lenguaje. La editorial
Pepitas de Calabaza publica ahora la edición "definitiva" de su Ubú
en español, la obra de un escritor que deseaba "vivir y no pensar",
que alguna vez narró el calvario de Jesús como una carrera de bicicletas y que
al morir pidió, a modo de última voluntad, que le alcanzaran un mondadientes.
Alfred Jarry
Todo Ubú
Traducción, edición,
prólogo y notas de Julio Monteverde
Pepitas de Calabaza, 2018
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