jueves, 23 de abril de 2020

NADA SERÁ IGUAL


A Propósito del virus coronavirus, que nos ataca implacablemente, un gran número de analistas han expresado que nada será igual después de esta cuarentena obligatoria en casi todo el mundo. Los optimistas piensan que el mundo atenderá con más cuidado variables que a la fecha se habían convertido en un lastre: La concentración de la riqueza, debemos pensar en una redistribución  más justa, evitar que el mundo siga manejado por una élite, egoísta y sin ninguna sensibilidad, menos del 1 %, de la población es dueña de casi todo el dinero y bienes de valía, quienes al final toman las decisiones políticas, eso que los sociólogos y politólogos llaman concentración del poder; evitar el cierre de las fronteras; volver al reconocimiento de los acuerdos multilaterales que el señor Trump desconoció unilateralmente; debe acabarse de una vez por todas la guerra comercial  entre China y los Estados Unidos. Los pesimistas pronostican más xenofobia, un nacionalismo exacerbado y el final de la apertura, por lo menos habrá más restricciones en términos de movilidad. Pienso que no nos moveremos en extremos, no se dará ni lo uno ni lo otro, viviremos en una amalgama de factores graves que se irán mitigando, empezando por la salud. Las tareas serán varias: En materia de salud es pertinente crear protocolos y acuerdos inaplazables.  Entendimos por fin, que el mercado no maneja todo y que el estado tiene que asumir el control de variables vitales para el buen funcionamiento de una sociedad, concentradas en los particulares inexplicablemente. Hablo de la salud, el desarrollo sostenible, la educación y la redistribución de la riqueza. Esta crisis demostró que el estado tiene mucho dinero, hay infinidad de fondos, que podrían tener mejor uso, la política social está ausente de la agenda de gobierno por falta de voluntad política no por falta de recursos. Poco le ha importado a la clase dirigente los cordones de pobreza. Es un hecho, la gente no necesita que les regalen plata, necesita oportunidades, esto ya generaría un cambio.
Varias cosas tenemos que reconocer. La familia cambió totalmente. La familia tradicional de una madre, un padre e hijos tiene hoy que compartir su rol histórico con otras realidades: Todas aquellas que nacen de la comunidad LGTB. Hay un cambio de paradigma con esta generación, a los jóvenes poco les importa la historia, atiende a otras realidades, el presente es lo vital, esta generación realmente es muy diferente a la nuestra. Muchas concepciones cambiaron, actitudes, formas de relacionarnos y prioridades. No estoy diciendo que sea malo, sino que hay un cambio y que es preciso reconocerlo para poderlo entender esta sociedad. Está crisis, me refiero a la que nos impuso el virus, nos enseñó que el mundo digital se estaba desaprovechado. La red y las TIC son vitales para el desarrollo social, en todo caso nunca debemos olvidarnos del contacto humano directo, de la importancia de la vida social como tal.
Las relaciones laborales se vendrán de otra manera, más flexibles, pero en detrimento de los derechos del trabajador. Abra más trabajo, el salario y la contratación cambiará de sobremanera, se desconocerán muchos derechos adquiridos por la clase trabajadora en cien años de lucha.
Las falsas noticias, la manipulación de la red, la estadística mentirosa, constituyen un peligro, quedó demostrado con la última elección de presidente de los Estados Unidos. Se gana más frente a un candidato creándole falsas noticias, que asumiendo una discusión política sería, esos debates que antes podían cambiar un voto, dejaron de ser importantes. Hoy el voto es absolutamente emocional, las redes sociales cumplen un papel perverso en esta materia. Curioso, en la era de la información muy pocos se enteran de la verdad. Esto quiere decir que la manera de hacer política está cambiando sustancialmente.
 Debemos fortalecer la democracia liberal, no renunciar a la participación política y asumir nuestros compromisos y derechos políticos como necesaria atribución, de esta actitud depende que tengamos una clase dirigente diligente y responsable.
Abra más cupos y la educación saldrá de los claustros educativos, la virtualidad fortalecerá esta variable en favor de la comunidad que tendrá más opciones a menos precios.  El acceso a internet debe tender a ser gratuito, esto sería un aporte del estado a un derecho fundamental, el acceso a la información y el conocimiento.
En Colombia, se hace necesario que el estado garantice la paz y la buena convivencia. Después de la firma de los acuerdos de la Habana con la FARC, que despejó grandes extensiones del territorio nacional, el estado no ha podido asumir las responsabilidades en estos territorios.  Hay más territorio que estado. Esta crisis ha demostrado que, cuando hay voluntad política, el estado puede con todo. Esto refleja una solo cosa, la guerra es un negocio y por eso tiende a perpetuarse, la corrupción es un verdadero flagelo en nuestra sociedad. No basta que la constitución establezca la vida como un derecho fundamental, necesitamos que eso sea una realidad incuestionable.
La crisis de la democracia liberal me ha puesto a leer libros que tenía engavetados. Pienso que la teoría de la acción comunicativa de Habermas tiene más vigencia que nunca. De igual manera los textos de Michel Foucault, de Marx, Zizet, Raymond Aron…en fin. Stevan Pinker, al igual que Habermas afirma que el proyecto de la ilustración no está aún terminado, el estado, la gobernanza, la racionalidad política a través de los partidos o las modernas organizaciones política tienen un papel inaplazable en este momento. Pensar de nuevo las relaciones entre el estado y la sociedad en términos de igualdad y equidad resulta ser una prioridad. En un portal llamado “Razón y palabra”, Luis Garrido Vergara publicó una síntesis muy lúcida de lo que se propuso el filósofo con esta teoría: “ aborda la teoría de la acción y su fundamento racional, a partir de tres pretensiones fundamentales: desarrollar un concepto de racionalidad más allá de los postulados subjetivistas e individualistas de la filosofía y teoría social moderna, elaborar una nueva concepción de la sociedad en dos niveles integrando los paradigmas de sistemas y mundo de la vida, y por último, desarrollar una teoría crítica de la modernidad buscando las respuestas necesarias para retomar su proyecto original”[1].  Había leído de este filósofo perfiles filosóficos, es un texto excelente, es una reflexión sobre los principales filósofos alemanes, su pensamiento es ordenado, pedagógico, lo difícil lo vuelve fácil, explica con una claridad absoluta cada pensamiento, su labor es muy crítica. Siempre he abrevado en la filosofía francesa, Lyotard, Derrida, Guatary, Foucault, Deleuze, para sólo citar los más emblemáticos. Asesoré algunas tesis, que me obligaron a leer los dos tomos de la teoría de la acción comunicativa de Habermas, la experiencia fue muy constructiva y me incito a otras lecturas y reflexión. “el trabajo de Habermas estuvo dirigido a explicar y superar las contradicciones entre los métodos materialistas y trascendentales en torno a una nueva teoría crítica de la sociedad, a retomar la teoría social marxista contemplando las posturas individualistas propias del racionalismo crítico, en torno al análisis de las relaciones entre los fenómenos socio-estructurales culturales con los psicológicos y de la estructura económica de la sociedad moderna”. Ahora pienso que la humanidad necesita hacer realidad el proyecto de la ilustración de la mano de los nuevos estudios sobre la sociedad, el estado y el individuo. Eso es lo que se conoce como una sabiduría emancipadora. Esto paradójicamente me llevó a leer algunos pasajes de las clases de Foucault en Francia sobre la gobernanza.
Desde hace unos cinco años, en medio de la crítica situación en que se encuentran las democracias liberales, he vuelto a mis lecturas fundacionales, a los grandes filósofos. Leo a Marx con juicio. La necesidad de una reflexión sobre lo que no está pasando, el surgimiento de un fascismo soterrado y asolapado, vestido de nacionalismo y xenofobia, me ha llevado a pensar, cual es el papel de la filosofía en estos momentos. La revolución de las TIC, el papel del mundo digital, la red y las redes sociales han transformado la forma en que nos comunicamos, la sociabilidad ha tenido trasformaciones muy grandes y por lo tanto la política, el comercio, hoy son otra cosa. Los dos últimos textos del sociólogo Steven Pinker: “Los ángeles que llevamos dentro” y en “Defensa de la ilustración”, tocan este tema de alguna manera. El primero analiza cómo ha disminuido la violencia en el mundo, contrario a lo que solemos pensar, la historia de la humanidad está llena de violencia, el segundo es una defensa al proyecto de la ilustración. Los dos textos son investigaciones muy complejas, cada una de 900 páginas. El primer libro arranca con el análisis de las guerras griegas narradas en la Ilíada y la Odisea, expone cada una de las etapas de la humanidad desde la perspectiva de la violencia, los hechos y las cifras, nos hablan de lo violento que hemos sido, hoy vivimos en un paraíso. Los principales hechos violentos del Dios de los cristianos, un Dios duro y riguroso en el cumplimiento de la ley; las guerras del imperio Romano; los Barbaros; el proceso de cristianización de occidente, la revolución francesa, el descubrimiento de América y la conquista, la colonia y la independencia de nuestros pueblos; el caótico siglo XX con sus dos guerras…. La historia de la violencia de la humanidad nos causa rubor, plena de sangre e injusticias. El texto de Harari: De Animales a Dioses, narra el proceso de monopolización y hegemonía del Homos Sapiens sobre todas las especies, la consolidación como rey de la tierra desde la perspectiva del género, llena de violencia por su puesto. Los libros de Pinker son visión muy positiva de la humanidad, nos dice tajantemente, 7500 millones de seres vivimos con mucha paz, realmente los conflictos son pocos.



[1] http://www.razonypalabra.org.mx/N/N75/ultimas/38_Garrido_M75.pdf

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