miércoles, 30 de marzo de 2022

LITERATURA Y FILOSOFIA

 La filosofía argumenta sus conclusiones; la literatura expresa emociones y pensamientos. La filosofía se dirige sobre todo a la inteligencia; la literatura interpela a la persona integralmente. La filosofía utiliza ejemplos; la literatura, metáforas. Concepto encontrado en la red.


La relación de la literatura y la filosofía es de vieja data y puedo decir que en los mínimos conceptos trabajados desde la novela, con argumentos disímiles, historias y disertaciones alrededor de cualquier tema donde siempre pretende descifrar la naturaleza humana, igual con la poesía y los aforismos, se da una relación imprescindible que, es preciso dilucidar.

Desde los diálogos de Platón  esta relación es notoria, escritos con un lenguaje exquisito, de una factura impecable, preparados de principio a fin para dejar una enseñanza o abrir interrogantes de tipo existencial y por supuesto filosófico, diálogos que se pueden leer desde ópticas muy diferentes, como literatura de muy alto vuelo o como filosofía imbricada en temas especiales. Muchos filósofos escriben sus obras con un cuidado y sindéresis que, fácilmente se pueden interpretar desde ópticas cercanas a la narrativa de ficción, por el orden, la calidad de la prosa y el nivel de los argumentos, de un rigor adamantino. Evelyn Galizo Expresa sobre Nietzsche: 

"En Nietzsche, la palabra «literatura» no designa tan sólo al objeto de la crítica literaria; es, como «fábula» y «ficción», una categoría epistemológica y ontológica donde se sedimentan concepciones del mundo y formas de acceder a él. Para quien rechaza las esencias, la literatura es una apuesta estratégica".

El mismo autor plantea como apertura al tema esta cita muy puntual:

"Cuando se creía que la discusión acerca de la muerte del autor se acercaba a su propia muerte, Roland Barthes le dio otra vuelta de tuerca al inventar la categoría de «biografema» para volver a pensar la doble cuestión de la escritura de una vida y de la vida como escritura.2 Habiendo rechazado una idea de la literatura centrada tiránicamente en la persona del autor, Barthes permitió que su figura regrese al texto, pero «como invitado».3 En sintonía, Derrida planteó la existencia de un borde autobiográfico donde la vida y la obra se con-funden. Esa membrana porosa –que Derrida llama «dynamis» a causa de su potencia virtual y móvil– no es ni activa ni pasiva, ni exterior ni interior, y sobre todo, no es una línea indivisible entre el recinto de los filosofemas, por un lado, y por otro, la ‘vida’ de un autor ya identificable bajo un nombre. «Atraviesa los dos ‘cuerpos’, el corpus y el cuerpo, de conformidad con leyes que apenas comenzamos a entrever» ( Derrida: La enseñanza de Nietzsche y la política del nombre propio.)".

La relación entre lector y texto en el caso de la filosofía recurre a las herramientas de interpretación aportadas por toda la teoría del lenguaje, necesarias en la construcción de las obras literarias. Ciertas obras de Foucault se leen también como narrativas muy cercanas a la literatura. Todo el corpus textual de Barthes esta estructurado con el cuidado de las grandes obras de literatura, no solo por el rigor con que lo hace sino por el orden de las mismas.

Nietzsche se cuidaba en "Zaratrusta" que se leyera desde la óptica literaria, denostaba de esta lectura de su obra. " Porque, si bien se ha repetido hasta el cansancio que la crítica de Nietzsche a la metafísica se sitúa en el terreno del lenguaje, quizás no se haya insistido suficiente en lo que implica tal crítica para la práctica que hace del lenguaje un fin en sí mismo. En la obra de Nietzsche, la palabra «literatura» no designa tan sólo al objeto de la crítica literaria; como «fábula» y «ficción», «literatura» es una categoría epistemológica y ontológica donde se sedimentan concepciones del mundo y formas de acceder a él. Para quien rechaza las esencias, la literatura es una apuesta estratégica" (Evelyn Galizo).

Es un hecho que toda obra de ficción implica pensamientos, interrogantes de tipo existencial, los mismos que son tratados por la filosofía, es imposible escribir un buen tratado filosófico sin recurrir a las herramienta aportadas por la literatura(1).  Elucidar todo el contexto de esta relación requiere de un texto más largo y de más hondura, esperaré insistir en este propósito.

1.- fray Luis de León. En su poesía se nota un fino neoplatonismo que admira la armonía de las esferas celestes, de la música y, en especial, la que tiene ocultamente el lenguaje. Paso después a fray Luis de Granada. No fue poeta, pero sí excelso prosista. Nos habla de la creación como un libro, el de la naturaleza. Fue teórico de la retórica, insistiendo en que la filosofía tiene que ser pensamiento adornado con el sentimiento.

No hay comentarios: