El portal “Novela
Colombiana” cumple una labor didáctica muy valiosa en red, le permite a
cualquier lector tener acceso a un material amplio sobre literatura colombiana que abarca gran parte de la historia narrativa del país, además de trabajos ensayísticos
puntuales.
El manual de
literatura, es un texto de Alejandro, empieza con la colonia y llega hasta el siglo XX: “El
curso ofrece, como uno de sus textos guía, un manual de la novela colombiana
que facilita al estudiante un vistazo por el panorama de la novela colombiana
desde la época colonial hasta nuestros días. La intención fundamental consiste
en invitar al alumno a leer varias de las novelas allí referenciadas, siguiendo
los parámetros que han servido para estructurar el manual”[1].
En su introducción
categoriza: “Cada vez es más difícil sostener la
vieja posición, según la cual la novela fue un género totalmente ausente
durante la colonia. Varios hechos apuntan más bien a probar que, o bien el
género no alcanzó en Hispanoamérica una institucionalización que garantizará su
adecuada recepción, o que no se han valorado suficientemente documentos y
textos de la época. Bajo esta última perspectiva, resulta muy importante, para
el caso de la novela colombiana, destacar tres aspectos que pueden ayudar a
comprender mejor el fenómeno de su evolución. De un lado, la presencia de lo
que podrían llamarse factores adversos para su cultivo y difusión; de otro, la
valoración de elementos novelescos en géneros no canónicos; y, finalmente, la
recuperación que se ha hecho recientemente de un documento tan importante como
el texto del autor santafereño Pedro de Solís y Valenzuela: El desierto
prodigioso y prodigio del desierto, considerada por los expertos como la
primera novela hispanoamericana”.
Considera que
la ausencia de la novela en la colonia solo se explica debido a "Varios aspectos que bloquean tanto la creación misma como su recepción. En
particular, dos factores pueden ayudar a comprender dicha pobreza: las
restricciones de orden religioso, moral y político, mediante las cuales se
ejercía un fuerte control sobre la producción literaria, y la consideración de
la novela como género inferior”.
Otra variable que contribuye a esta ausencia es el hecho que "El sistema literario, tal como estaba
montado en la época colonial, no favorecía al género: no sólo la ausencia de
una masa crítica de lectores o la falta de preparación de algunos escritores,
sino la carencia misma de imprentas y otras dificultades de publicación de las
obras (todo esto ligado a un precario desarrollo económico y social, y a la
singularidad de las condiciones culturales de América) hacen que la novela colonial
no alcance el desarrollo que sí alcanzó en la península”.
En todo caso
hay algunos textos que se acercan al género de la novela en la colonia. El Carnero
es uno de ellos, igual el gran poema de Juan De Castellanos, para citar dos de
los más importantes.
El autor
remata este capítulo con lo que considera la primera novela colombiana e incluso
hispanoamericana: “Pero quizá el hecho más importante para una adecuada
comprensión de la literatura de la colonia en Colombia, lo constituye el
hallazgo reciente del manuscrito de Don Pedro de Solís y Valenzuela, El
desierto prodigioso y prodigio del desierto, compuesto a mediados del siglo
XVII. Se trata de un texto complejo y de gran riqueza narrativa que llena los
requisitos de la novela moderna, lo que demuestra que el género era ya
cultivado en la época”.
En el
siguiente capítulo habla de la novela romántica, aborda “La María” de Jorge
Isaac. Está claro que no es la primera novela romántica, sí la más importante: “El romanticismo en
sus distintas vertientes: desde la evocación escapista, hasta la proclama
revolucionaria, pasando por la efusión lírica y sentimental, tuvo su cultivo en
Colombia, aunque no siempre con afortunada calidad. Las primeras obras de este
periodo estuvieron guiadas, bien por un afán de recuperar un supuesto espíritu
caballeresco de la conquista, bien por una sublimación poética y filosófica del
aborigen de América. En orden cronológico, las primeras novelas colombianas del
periodo corresponden a las escritas por el cartagenero Juan José Nieto:
Ingermina, publicada en 1844 y Los moriscos de 1845, ambas novelas históricas.
La primera es un relato que tiene como trasfondo las sublevaciones de los
indios Calamares, antiguos pobladores de Cartagena en los primeros tiempos de
la conquista, y tiene la particularidad de desarrollar una trama amorosa de
corte caballeresco entre Alfonso de Ojeda, hermano de Pedro, el conquistador, y
la princesa indígena Ingermina, en un intento por rehabilitar la conquista y
poetizar, simultáneamente, al indio. Los moriscos relata los sufrimientos de
una familia mora a causa de su expulsión de España, tras el decreto de 1609”.
Las influencias: Byron, Lamartine o Chateaubriand.
En el siguiente
artículo continuaremos abordando este valioso texto.
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