viernes, 7 de noviembre de 2025

MOMENTOS QUE ANTECEDIERON A NUESTRA INDEPENDENCIA (CLUB DE PRENSA BIBLIOTECA EPM PRIMERA PARTE)

 LA REVOLUCION DE LOS COMUNEROS



Nuestra independencia está antecedida por varios hechos que  constituyen hitos de suma importancia para nuestra independencia y la ruptura total con la península ibérica. Podría primero relevar el nacimiento de una clase criolla muy ligada a la administración de la colonia que ya vislumbraba deseos de desligarse de la corona. A ello se suma las reformas Borbónicas, la expedición botánica, la revolución de los comuneros y una permanente conexión con algunos sucesos por fuera de hispanoamérica que actuaron como catalizadores de nuestra separación, hoy llamada independencia. La principal es la revolución francesa.

Es preciso advertir que España durante la colonia vivió muchas revueltas, para darle un nombre menos contundente, realizadas por etnias y grupos indígenas que nunca estuvieron de acuerdo con el dominio español.  Este es un tema de suma importancia, pero que no lo tendremos en cuenta en nuestro proyecto.

Es de suma importancia empezar por la revolución de los comuneros producida el  6 de marzo de 1781.


LA REVOLUCIÓN DE LOS COMUNEROS


El historiador Orlando Melo señala que “la guerra con Inglaterra que terminó en 1713 mostró que, a pesar de la riqueza de América, España estaba perdiendo poder frente a Inglaterra, Francia y Holanda. Ante las concesiones que hizo en 1713 y que debilitaban su monopolio comercial, España trató de reformar a fondo el sistema colonial. Hasta entonces había buscado ante todo proteger el monopolio de los mercaderes españoles y cobrar impuestos sobre el comercio, principalmente en Sevilla y Cádiz”.

España era intermediaria de un comercio que favorecía las industrias de los países del norte. Para muchos, la riqueza americana había dañado la industria y la agricultura españolas para favorecer al gremio comercial de Cádiz y cobrar unos impuestos fáciles. Como remedio, había que promover la producción de América, reduciendo las trabas al comercio entre las Indias y España y aumentando los impuestos a los bienes que entraran a España. Esto requería evitar las trabas que impedían un comercio ágil entre el continente y la península. De igual manera inspiradas por el pensamiento ilustrado, las autoridades españolas apoyaron cambios sociales y culturales: el crecimiento de las  universidades, el estudio de los recursos americanos para mejorar la agricultura y la minería, la publicación de periódicos, la creación de sociedades de comerciantes o propietarios para fomentar la economía. También tomaron de Francia una posición más monárquica y autoritaria, menos transaccional. 

De hecho Carlos III impuso muchos impuestos a nuestros pueblos, de forma autoritaria. desencadenaron la inconformidad del pueblo granadino, el problema central recae en quién tenía la autoridad para hacer estas nuevas imposiciones fiscales. El gobierno de Carlos III predicaba un discurso de absolutismo francés de Luis XIV y Luis XV encaminado a que los súbditos obedecían ciegamente a la autoridad, chocando directamente con los documentos de la rebelión  comunera donde profesan la creencia en que las leyes injustas no tienen validez, además de no tener una aprobación popular, que también era exigida. Se puede colegir entonces que la revolución de los comuneros (RVC) fue “La crisis de 1.781 fue, en suma, una colisión constitucional entre la centralización imperial y la descentralización colonial”.

Quiero hacer un paréntesis para hablar del por qué se denomina la RV de los comuneros. John Leddy Phelan,  para él, el punto de análisis recae en no concebir la rebelión comunera en términos de sucesos, sino en el análisis de dos expresiones claves: Comunero con el cual se identificaban los inconformes y el lema “Viva el rey y muera el mal gobierno” a cargo de la muchedumbre en las plazas. Para el autor la constitución intelectual y política de la generación de 1.781  provenía de la doctrina teológica clásica española de los siglos XVI y XVII, de los cuales, el más notable era el jesuita Francisco Suárez. Para los habitantes de Nueva Granada sus tradiciones encaminadas al bien común estaban siendo erradicadas por las innovaciones fiscales establecidas por los burócratas del rey Carlos III. Esto entendido por el autor en la medida en que en Nueva Granada no se manejaban los conceptos de “Nación” o “Patria” pero si las de “el común" o “La comunidad”, es decir, el bien común dentro de la comunidad.

Es necesario tener en cuenta que cuando el oro de los indígenas, la riqueza guardada, la disponible, no el de las vetas que requiere una explotación más técnica y sofisticada, se agotó, fueron los impuestos el factor determinante para la época de RVC, el traslado de riqueza a la península, los principales fueron: El tabaco, los naipes, el aguardiente, la sal.

Antonio Garcia expresaba sobre este suceso algo que amerita traer a colación: “La singularidad y trascendencia nacional de la insurrección de los comuneros consiste en que, a partir de ella, la historia de la Nueva Granada cambia de naturaleza y de sentido: deja de ser una parte marginal e inmersa de la historia de España, para ganar la categoría de historia de un país que emerge de la dominación colonial y del vasallaje -  espiritual, económico y político -identificándose a sí mismo en el tiempo y en el espacio.

Por ello en esta historia es importante estudiar este suceso como predeterminante y antecedente vital en nuestra independencia.


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