Siempre me ha cautivado este autor argentino, por lo innovador de sus técnicas literarias, su extraña narrativa, frente a la dominada por el Boom latinoamericano, las rupturas que produjo y la resistencias que tuvo. Es un hecho que marcó una influencia "en una serie de autores latinoamericanos contemporáneos (Alberto Fuguet, Pedro Lemebel, Alejandro López, Dani Umpi, Mario Bellatin y Alan Pauls) cuyas obras se sitúan en la continuidad de las propuestas innovadoras de Puig, tanto en materia de técnicas narrativas como en la representación de imaginarios fuertemente dependientes de las culturas populares diseñadas por los mass media".
Puig es especialmente conocido por su innovador enfoque del género narrativo, caracterizado por la incorporación de elementos de la cultura popular, el cine, la televisión y la música. Su obra rompe con las estructuras tradicionales, experimentando con el lenguaje, los personajes y las formas de contar historias. Es importante destacar que su obra se sitúa en un momento en que Hispanoamérica buscaba consolidar identidades culturales propias, y Puig aportó a esa búsqueda desde una perspectiva única.
Por ejemplo. En "Pubis angelical" (Tomo la reseña por lo clara) narra una única historia desdoblada en dos planos paralelos correspondientes a dos zonas de la mente de la protagonista. En el terreno de los hechos reales, se nos muestra a una mujer enferma en una clínica, que ilumina, a través de su vida amorosa, no pocas claves de la vida argentina de los últimos decenios. Paralelamente discurren sus fantasías inconscientes, una peripecia imaginaria que empieza en los años treinta en Europa Central, continúa en Hollywood y se prolonga en el futuro, ya en un clima cercano a la ciencia ficción, recogiendo elementos de la novela rosa y de la parapsicología. Las dos narraciones que surcan esta novela responden a una misma realidad: muestran fundamentalmente un amor desdichado y traicionado, y a la mujer como ser a quien se utiliza y posterga.
El estilo de Manuel Puig puede describirse como innovador, dinámico y profundamente influenciado por las técnicas del cine y la televisión. Su narrativa se caracteriza por el uso de diálogos extensos y naturales, que reflejan la forma en que las personas se comunican en la vida cotidiana, en lugar de depender únicamente de la narración en tercera persona o en primera persona tradicional. Este enfoque otorga a sus personajes una gran autenticidad y cercanía. Incorpora referencias culturales diversas, desde películas clásicas hasta canciones populares, creando un universo narrativo rico y multifacético. La intertextualidad es una de sus marcas distintivas, permitiendo que sus obras dialoguen con otras manifestaciones culturales, y enriqueciendo la lectura con múltiples niveles de interpretación. Su estilo también se caracteriza por su ironía y su sentido del humor, que a menudo actúan como herramientas para abordar temas complejos como la sexualidad, la represión, la política y la identidad. La estructura de sus novelas suele ser fragmentada y no lineal, utilizando técnicas como la narración en paralelo, los monólogos internos y los cambios de perspectiva para profundizar en la psicología de sus personajes y en la reflexión sobre la realidad social.
Su novela más famosa, "El beso de la mujer araña" (1976), es un ejemplo emblemático de su estilo y de cómo impactó en la literatura de su país y de la región. La obra combina elementos de la cultura popular, diálogos ágiles, referencias cinematográficas y una profunda exploración de la psicología de sus personajes. La historia narra la relación entre dos presos en una celda en Argentina: uno es un homosexual y el otro un militante político, y a través de sus conversaciones se abordan temas como la sexualidad, la política, la dictadura, el amor y la libertad. La novela fue adaptada al cine en 1985, dirigido por Héctor Babenco, y recibió reconocimiento internacional, consolidando a Puig como un autor de alcance global.
En una tesis sobre su obra de la universidad autónoma de Madrid, escrita por Manuel Guedán Vidal, encontré este aparte como un intersticio necesario y pertinente con respecto a su obra: "Una de las ideas que recorre el corte de entresiglos es la interacción de literatura y mercado, dos placas cuyo roce ha generado tanto elevaciones—el boom— como agujeros negros —la generación de los 80—. Trataré de mostrar aquí las contradicciones, alianzas y oposiciones que muchos narradores desarrollaron para hacerse un hueco en un escenario editorial relativamente nuevo. Con esta idea como telón de fondo, se analizarán los condicionantes del campo literario en los 90: el contexto socioeconómico y el renovado interés de instituciones políticas y casas editoriales por el concepto de lo latinoamericano, así como la creación de nuevos organismos y las numerosas convocatorias de congresos y certámenes, es decir, los cauces para materializar y rentabilizar dicho interés". En esencia, el interrogante sobre nuestra narrativa adquiere nuevos matices. Cómo el fenómeno del Boom y el interés despertado por este movimiento de relevancia mundial, el cual generó una opacidad para muchos autores de la época, trajo por igual, una mirada más atenta de las editoriales por los autores de Latinoamérica en el 80 y 90. Puig es un ejemplo de ello. Además que presentó rupturas de suma importancia. Desdibujó las fronteras entre géneros, combinando elementos de la narrativa, el teatro y el cine, y desafiando las convenciones literarias tradicionales. Su estilo, aunque innovador, fue accesible y cercano, lo que facilitó su impacto en un amplio público y en otros escritores.
He vuelto a su obra. Es cierto que hay un sin numero de autores nuevos, excelentes, pero, relecturas, me las gozo más. Trato de leer toda su obra novelística (8 publicadas). Es un hecho que su obra abrió nuevas posibilidades en la narrativa, demostrando que era posible abordar temas políticos, sociales y culturales con un lenguaje fresco, innovador y popular. Su capacidad para fusionar cultura de masas con alta cultura, y para explorar la psicología y las emociones humanas en un marco social complejo, hizo que su obra fuera un referente para generaciones posteriores. También contribuyó a cuestionar las normas heteronormativas y a visibilizar la diversidad sexual en sus personajes, consolidándose como un precursor en la inclusión de temas LGBTQ+ en la literatura latinoamericana.
Espero generar mucha inquietud entre mis lectores sobre este autor que sigue siendo tema de estudios y crítica importante desde la academia.