martes, 25 de noviembre de 2008
JACQUES GILARD
Se nos ha ido un gran estudioso de las letras latinoamericanas y su mejor divulgador en Francia, concretamente de la obra periodística de Gabriel García Márquez, que recopiló minuciosamente y hoy está publicada en su totalidad gracias a una labor de relojero impecable. El escritor Barranquillero Julio Olaciregui, nos recuerda su estampa de típico aventurero intelectual francés en el trópico: “Desde el primer momento fue para mí sinónimo de un intelectual europeo, socialista, orgulloso de sus milenarias raíces campesinas —en su caso occitanas, del sur de Francia— abierto, atento a nuestra mestiza cultura caribeña”, representante de los turbulentos años sesenta, contemporaneo de la entrañable época, del mejor glamur de la razón, del ocaso del protagonismo del pensamiento Francés en el mundo y por supuesto del nacimiento del famoso Boom latinoamericano. Gran parte de su trabajo crítico lo dedicó a los escritores de esta parte del mundo. Fabio Rodríguez Amaya otro de sus amigos lo describe a cabalidad: “agudo de las letras de nuestra América, el implacable y minucioso crítico de literaturas, ideologías y sociedades, el entusiasta animador de proyectos culturales y revistas literarias. La bibliografía de su obra ensayística es interminable: lo sabemos todos aquellos que bebemos de esa linfa que son sus estudios siempre densos y cada día más actuales, así como reconocemos que los nombres de los autores a cuyas obras dedicó lo mejor de su saber crítico son de la más alta alcurnia de las letras contemporáneas”. Desde la universidad de Toulouse trabajo incansablemente por divulgar algunos escritores, desde allí, realizó foros, publico autores, patrocino algunos de los jóvenes que hoy están consolidados y en los últimos veinte años trabajó en la obra de Marvel Moreno. Deberán volverse a publicar los trabajos sobre Cepeda Samudio, Felix Fuemayor, Nicolás Guillen entre otros. Oliciaregui en su reseña, a propósito de su muerte, enfatiza su encomio entrañable por hacer visible algunos escritores del Caribe a través de publicaciones bajo su dirección :” dirigió la revista Caravelle —'Cuadernos del mundo hispánico y luso-brasileño'—, donde había ido publicando los frutos de sus investigaciones, abriendo sus páginas a muchos escritores colombianos, entre ellos Alonso Aristizábal, Santiago Mutis, Roberto Burgos Cantor, Gloria Cecilia Díaz, Miguel de Francisco, Eduardo García, Consuelo Triviño y Ramón Bacca”. Destaco de manera personal el trabajo suyo sobre el sabio catalán Ramón Vinyes: “Entre los Andes y el Caribe”. Es indudable, su muerte constituye una perdida inmensa para las letras latinoamericanas y lógicamente para Francia.
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