Placebo es un Bar que
queda en Santa Elena, una vereda muy pequeña
a 2200 metros sobre el nivel del mar, situado en el pico de una montaña
desde donde se divisa Medellín como una postal inasible y bella. Llamó
y me dijo: Me acompañas a Santa que estoy un poco
triste…puedes? Al poco tiempo estábamos subiendo hacía la cresta de Llano
Grande, oyendo música de mi celular, cerrados en el universo de nuestra
química, esbozando teorías y comentarios sobre lo divino y lo humano con una
complicidad hermosa por la gracia de una amistad construida a
fuerza de mucha honradez y afinidades cargadas de tolerancia y respeto. Veía su
hermoso rostro, el pelo crespo, abundante, complexo que le cubre todo el
torso, parece un cuadro realizado por un pintor abstracto que resalta un denso
universo indescifrable, lleno de mensajes intraducibles que ahora disfruto de sobremanera, la
define en su totalidad, está claro que algunas cosas no requieren
interpretaciones ni alusiones. Cuando canta cierra los ojos, recuerdo una
escena de la película de Frida Khalo con
Salma Hayek, bailaba y disfrutaba un bolero en una meditación
profunda, la intimidad de sus rememoraciones eran evidentes. Mi amiga, canta y maneja al
tiempo, entregada totalmente, cada
verso, cada metáfora, como gotas de un pasado y una intimidad inenarrable las
sentía con fervor y pasión, su voz nos abarca; las letras siempre
son mensajes cifrados que se confunden con nuestra existencia, nos traen momentos que están ahí repicando por alguna razón, saudade especial y sublime, exaltan al más frío de los mortales; los ritmos se entrelazan, por segundos la vida es otra, ya nada importa, mi felicidad es absoluta, se desplazan todos los espacios, se siente una alegría infinita a pesar del poco tiempo en que nos abraza
tan particular estado; el carro remonta la cresta de la montaña entre un aroma
vegetal exuberante. Llegamos rápido a Santa, sacamos el perro y el gato, dos
hermosos animales que son el hogar, esperaban desesperados, se alegran, saltan. Después atendió
el orden de la casa, todo deberá estar en su puesto, era de noche, helaje infernal, dejamos la casa y salimos a buscar el sitio escogido por ella. Se llama
placebo……las palabras son como cajas de
herramientas… Sustancia que carece de acción curativa pero produce un efecto
terapéutico si el enfermo la toma convencido de que es un medicamento realmente
eficaz… La mayoría de veces en la vida, actuamos buscando placebos ante la
poca incidencia de nuestras decisiones importantes, la vida siempre parece prestada,
cargada de servidumbres, paradójico el nombre de este bar, psicología invertida. El sitio es hermoso,
de madera, más ancho que largo, parece un rancho rural del viejo oeste, los
colores naturales se sobreponen a la niebla que oculta en su densa atmósfera
las formas y las siluetas, un gris de fondo, el encanto es total: La noche, el lugar, la química,
el ánimo, el vino caliente, el baile sensual…su cuerpo se mueve atendiendo una
fuerza interior que me sobrecoge…….las palabras se toman el momento, sólo
hablamos de cosas bellas, de recuerdos….De pronto estamos
bailando salsa, el crepitar de los bajos y las letras que evocan los años 80 son
otra cosa, latinos para siempre, cierta locura nos toma, dejar todo a un lado, danzar…….Se nos
olvidó de pronto que al carro no le cierra una ventana, que la noche es corta, que la vida nunca sale como queremos…recuerdo
a Cortázar:” Las nubes aplastadas y rojas sobre el barrio latino de noche, el
aire húmedo con todavía algunas gotas de agua que un viento desganado tiraba
contra la ventana malamente iluminada, los vidrios sucios, uno de ellos roto y
arreglado con un pedazo de esparadrapo rosa”….la literatura con sus historias
que repetimos en la vida real nos delata…….Maga ese personaje de “Rayuela”
que siempre me acompaña…………el pelo crespo, suelto, la cintura que parece girar
en medio de cortos pasos, arabescos que me crispan, vida plena. Así como una lectura nos llega en el momento justo, hay hechos que esperábamos
se dieran y de súbito nos sorprenden, la magia del destino…Son regalos de la
vida………..El tiempo corre, la noche no se detiene y de pronto el dueño del Bar nos dice: Pese a
la felicidad que expresan…tenemos que cerrar…No va más…..La vida vuelve por su
cauce…bajo solo en un taxi de Santa Elena…Llevo paz y felicidad …Estas
son las sumas de la vida….Dormiré tranquilo, no se sí esta será una pagina literaria o un recuerdo eterno de mi vida.
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