"ROMANTICISMO. UNA ODISEA DEL ESPÍRITU ALEMÁN”
Los libros de este excelente filósofo y biógrafo alemán, son de una factura impecable. Cuando se lee a pesar del rigor académico de sus investigaciones y la riqueza textual, realmente se vive y se siente intensamente el descubrimiento de las claves del pensamiento del autor que trata, desde lo más intimo de su fuerza creadora, nos devela magistralmente la intricada trama de eventos que confluyen sobre la vida y la génesis de un hombre, acompañado siempre del estudio de las influencias intelectuales de cada época, del entorno familiar, no para darnos datos insustanciales, sino las claves de un itinerario vital.. Sus libros se leen con una pasión que desborda el pesado mundo de casi todos los libros de filosofía. El libro sobre Nietzsche, por ello se titula: “Biografía de su pensamiento”. He decidido transcribir una entrevista a propósito de la lectura que vengo haciendo de su último libro sobre el romanticismo Alemán.
Esta entrevista apareció en el suplemento Ñ de “Clarín” de Buenos Aires y otra a proposito de la visita hecha a la feria de Madrid España:
-¿Qué pasaba en su país en el inicio del siglo XIX para que surgiera un movimiento tan particular, interesante y complejo como el romanticismo?
-En ese momento, Alemania no era todavía una “nación” en sentido político, sino una unión cultural, lingüística. De ahí la importancia del arte, la música, la filosofía y la literatura, que ocupaban un lugar privilegiado en el ambiente burgués. Esto dio gran empuje a todo el movimiento literario-filosófico y permitió que la “generación” en torno al 1800 saliera a escena con proyectos audaces. Querían producir una revolución en el terreno del espíritu, despertar la originalidad y la fantasía del individuo. Florecía un deseo renovado del “yo”: en el centro de la atención se encontraba el “sujeto”, con sus sueños, pensamientos, fantasías. Había un gran gusto por la experimentación y un anhelo de lo infinito. Todo eso confluye en una disposición general del espíritu que luego recibe el nombre de Romanticismo.
-¿Cree que fue el momento más elevado de Alemania en cuanto a la producción de ideas filosóficas, literatura, poesía, arte?
-Sí, fue un momento de apogeo. Pero no olvidemos que el Romanticismo se hallaba íntimamente ligado a otras corrientes: el Clasicismo, el Idealismo, etcétera. En Jena, por ejemplo, bastaba con cruzar de acera para que se encontraran el Romanticismo y el Clasicismo. Los románticos eran los más jóvenes y rebeldes, y se disputaban la autoridad con los que eran un poco mayores, con Schiller por ejemplo. Goethe en cambio era admirado y honrado por los románticos, algo de lo que no renegaba pues se sentía halagado. También en la filosofía descollaban figuras que contribuyeron al apogeo del Romanticismo. Fichte, Schelling, Hegel: todos estuvieron inspirados por el espíritu romántico. ¡Y ni qué hablar de la música! El Romanticismo hizo de la música el lenguaje del alma. Durante este período la música devino en un lugar sagrado, cuyos profetas eran Beethoven y después Schubert y Schumann…
-En su libro “Romanticismo”, usted señala que la Revolución Francesa fue “el triunfo de la tiranía de la razón”. ¿Es un triunfo contra el individuo?
-La Revolución Francesa tuvo su origen en el espíritu de emancipación, pero luego terminó desarrollando un nuevo terrorismo del conformismo. La sociedad entera fue sometida a un nuevo tipo de razón y de virtud. La religión quedó mal parada, triunfó la utilidad económica…
-Usted afirmó que “el romanticismo es también una continuación de la religión con medios estéticos”. ¿Cómo considera el romanticismo a la religión?
-El presupuesto del Romanticismo fue una crítica abierta, ilustrada a la religión, es decir que cuando el Romanticismo entra en escena, la religión ya está debilitada. El Romanticismo considera la religión oficial, con sus dogmas e instituciones, muy limitada. Pero a diferencia de la Ilustración, no persigue el desencantamiento liso y llano de lo misterioso, sino que quiere conservar lo enigmático, lo infinito, lo misterioso, y no como una manifestación autoritaria impuesta desde afuera, sino como una “manifestación del alma”, esto es, una subjetivación de lo religioso. Lo que les preocupa a los románticos en primer lugar no es la moral sino las percepciones estéticas, ya sea en el arte, la literatura, la filosofía, la música. Por eso podemos decir que el Romanticismo sustituye la relación dogmática-moral con la religión por una unión estética-perceptiva con lo trascendental, es decir, es la continuación de la religión con recursos subjetivos, estéticos. En este punto podemos observar algunas similitudes con el tipo moderno de religiosidad…
-¿El Romanticismo jaqueó al cristianismo al ampliar la oferta de lecturas? La Biblia deja de ser la lectura por excelencia…
-Sí, el gran filósofo de la religión durante el Romanticismo, Friedrich Schleiermacher, considera que la Biblia es un buen libro, pero que en realidad cada uno puede hacerse su propia Biblia, encontrar su religión en su alma. Para Schleiermacher la religión es “sentido y gusto por lo infinito”.
-¿Cómo se puede entender la presencia del Romanticismo en el nacionalsocialismo?
-Los románticos se iniciaron muy centrados en lo subjetivo y luego fueron descubriendo el sentimiento de comunidad, y finalmente también el sentimiento de unión nacional, de historia nacional. Comenzaron a recolectar canciones y cuentos populares, etcétera. Pero abogaron siempre por la libertad y no eran nacionalistas. Pese a esto, más tarde los nacionalistas, y de hecho también los nacionalsocialistas, gustaron de remitirse al sentimiento nacional de los románticos. Esa instrumentalización posterior llevó en algunas ocasiones al –injusto– descrédito de los románticos. Finalmente, los ideólogos del nacionalsocialismo advirtieron que los románticos no cuadraban del todo con sus conceptos agresivos, racistas, y postularon su propio romanticismo que llamaron “romanticismo de acero” y que poco tiene que ver con el verdadero romanticismo.
-¿Qué marcas dejó el Romanticismo en la cultura alemana?
-La cultura alemana se encuentra atravesada por la tradición romántica. Thomas Mann, por ejemplo, siempre sostuvo ser un hijo del Romanticismo. La montaña mágica es una novela profundamente romántica. La música siguió siendo romántica por lo menos hasta Gustav Mahler y Carmina Burana de Carl Orff. El Romanticismo también se refleja en la cultura política. No es casual que el movimiento “verde”, ecologista haya logrado en Alemania sus primeras conquistas; eso está ligado a la tradición romántica del amor por la naturaleza.
(…)Rüdiger Safranski: "La rebeldía de hoy no necesita filósofos
El filósofo alemán Rüdiger Safranski (Rottweill, 1945) inauguró ayer la 70 edición de la Feria del Libro de Madrid. Safranski, cuya tesis doctoral fue Estudios sobre el desarrollo de la literatura obrera en la República Federal Alemana, es hoy en día uno de los mayores conocedores de la filosofía de Schopenhauer, Schiller o Rousseau. Ayer confrontó sus pensamientos a los movimientos de protesta que se están sucediendo en todas las plazas de España.
Usted ha dicho que las revoluciones antisistema proceden del Romanticismo. ¿Qué impulsa a la conocida como spanish revolution'?
No soy del todo consciente sobre si ese Romanticismo forma parte de lo que está ocurriendo en España, pero si miramos con cierta perspectiva, sí podemos observar que hay una ola de rebeldía y, sobre todo, un deseo de que las cosas pueden ser diferentes. Y esto siempre han sido pilares del Romanticismo.
¿Por qué cree que ha estallado en España y no en otro país europeo?
En Europa estamos todos sufriendo una crisis económica muy fuerte, sin embargo, en España, además, han surgido protestas contra la cultura política que se ha practicado en los últimos años. La gente está resentida con la economía, pero también se han dado cuenta de que los problemas del futuro tienen que ver con la responsabilidad de los políticos. Por tanto, lo que explica estos movimientos es la unión de una crisis económica y una crisis del sistema político.
¿Está naciendo una nueva época idealista?
Yo deseo que el Idealismo domine los intereses de las personas y no sólo las razones económicas, como ha sucedido en los últimos tiempos. El Idealismo siempre es algo bueno. Ahora bien, también debe ser corregido por el Realismo. En cualquier caso, sin Idealismo no hay entusiasmo, ni deseo, ni optimismo, ni autoestima. Al Idealismo o al Romanticismo, como decíamos antes, pertenecen todos estos conceptos.
¿Cuál cree que puede ser el resultado de estas manifestaciones que se están viviendo en España?
El problema es que los partidos políticos se han aislado de sus bases. Si no tiene lugar una reforma del sistema político, en Grecia o en España... Es necesario que el sistema político cambie y vuelva a sentir empatía hacia los ciudadanos. Si ese fuera el resultado de estas revoluciones, entonces habrían tenido resultados.
Qué filósofos se hallan detrás de este movimiento?
Marx estaba detrás de los movimientos del 68. Sin embargo, ahora creo que no hay una gran figura filosófica detrás de estas revoluciones. Es algo que está más en el debate. Yo creo que la rebeldía de los jóvenes de hoy no necesita una figura filosófica importante en la que apoyarse. Quizá la cultura pop está jugando un papel más importante que la "alta filosofía".
Y quizá el humanismo.
Claro. Tanto en España como en Alemania tenemos el problema de que las reflexiones sobre el ser humano han tenido últimamente una perspectiva económica. Y esto lo que consigue es agitar los sentimientos de violencia en el ser humano, porque la vida es algo más que la economía.
Por cierto, en los años 20-30, el paro, la crisis económica, dieron lugar a la aparición del Partido Nazi. ¿Corremos ese peligro?
La diferencia es que los tiempos para los nacionalismos ahora no son buenos. ¿Por qué? La mayoría de los problemas que tenemos no pueden ser resueltos desde el ámbito nacional. Esto es resultado de la globalización. Por eso no existe el peligro del nacionalismo, pero quizá sí pueden reaccionar algunos grupúsculos y puede haber un rebrote de los partidos conservadores.
¿Qué papel ha tenido la globalización en estos movimientos?
La gente joven maneja internet de una forma muy activa. Esto es una gran diferencia con respecto a lo que hizo mi generación. Y es lo que le ha dado un cariz global y diferente a lo que pudimos hacer nosotros en el 68.
No hay comentarios:
Publicar un comentario