Estoy leyendo con juicio y absoluto encanto la biografía de
Reiner Stach sobre Kafka. Son dos extensos tomos que pretenden descifrar la
relación entre biografía y obra, con todas sus articulaciones y
representaciones, de alguna manera es una interpretación de su mundo creativo, pretende
encontrar las claves más relevantes del autor, las que sin lugar a dudas se decantan
a partir de su biografía. Recordé el trabajo de Citati sobre el mismo autor, de
una absoluta lúcidez y la infinidad de ensayos de importancia publicados en los
últimos años sobre la obra de este excelente escritor. Traigo a colación el
tema porque a los que nos apasiona la lectura, con la infinidad de textos que
se publican, con la disponibilidad de trabajos y libros en la red, frente a la
escases de tiempo, establecer prioridades de acuerdo a nuestros gustos se
volvió una absoluta necesidad y de hecho nos genera cierta ansiedad. El texto
de Stach es de más de tres mil páginas, el texto de Citati no siendo tan
extenso es denso y rico en referencias que nos llevan a otros libros. Pese a
que mi lectura es la de un apasionado sin mayores pretensiones, traigo al tema
para tocar un tópico: Como leer en estos tiempos de sobre-oferta…como no caer
en la dispersión y peor, en una especie de paranoia. Siempre estoy leyendo
además de una novela, o más de una, dos o más ensayos académicos y por su
puesto mucha crítica. En los dos últimos años he asistido a las ferias del libro solo para
disfrutar de los conversatorios y el intercambio de experiencias críticas, tengo la adquisición de nuevos textos parada, son
muchas las lecturas aplazadas. Por ello siempre hablo de la necesidad de
establecer prioridades, más cuando tenemos por rigor estar haciendo relecturas.
La experiencia de leer, eso que tanto nos apasiona, no puede convertirse en una
angustia más. De hecho, no he citado la cantidad de buenos blog, de revistas académicas,
de artículos de periódicos que conllevan mucho tiempo. Revistas como “Especulo”
y “Letras Libres”, blog de calidad como los de “Boomerang literario” del país
de España, son un bocado que difícilmente descartaría de mis lecturas. A propósito
de Citati, se acaba de publicar “Un único Crimen / “La muerte de la mariposa.
Zelda y Francis Scott Fitzgerald de su autoría, por la calidad profundidad
indiscutible de sus libros, se convierten en una tentación. Patricio Pron trae
unos apartes que me dejan expectante e incitan a empezar su lectura: “"Toda
la vida de Fitzgerald fue una grieta", sostiene Citati. "Ya desde su
infancia había vivido una serie continua de reveses: carencias, pérdidas,
desengaños amorosos, renuncias, abandonos, fracasos, humillaciones, heridas
tremendamente sangrientas o, por lo menos, presentimientos de pérdidas y de
heridas. [...] De niño, soñaba que no era hijo de su padre, sino un huérfano de
sangre real; de adolescente, sus compañeros lo detestaban, por lo que se
convirtió en una especie de chivo expiatorio; en la universidad nunca llegó a
conseguir un papel protagonista en los clubes de estudiantes; no fue a la
guerra para morir como un héroe, e incluso cuando se casó con Zelda y llegó a
ser un escritor de enorme éxito, vio en el triunfo la sombra de las futuras
catástrofes". Lo mismo me pasa con el libro de Roberto Calasso sobre Baudelaire.
Repito, prioridades y un orden, pese a reconocer que somos simples lectores sin
ninguna bitácora de compromisos.
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