Elkin es un excelso poeta de Medellín. La poesía para algunos es una manera de interpretar y asumir la vida, resulta, como en este caso, esencial para sobrevivir, bálsamo de la existencia. No es el primer libro de este poeta. Como lo explico en el prologo, cuando Elkin se encontró con el Haiku, de súbito, halló una forma nueva y hermosa para expresarse, con la poderosa síntesis que le permite articularse sabiamente con su naturaleza. Este prologo lo escribí hace un año y pienso que amerita publicarse.
PROLOGO
El
Haikú para Elkin de Jesús fue una implosión, le llegó en un momento creativo
muy importante de su trayectoria como poeta, en sus luchas continuas y anodinas
con el mundo creativo, la obsesión en la creación de un corpus poético
inherente a una fuerza que no se transa, que obliga, desde una óptica muy
particular expuesta magistralmente en cada uno de sus versos, constante en su
vida, se fortaleció con este hallazgo formidable, se convirtió en una manera
sabia de hacer visibles sus elucidaciones. “La
tarea de desacralizar el ejercicio poético, restituyendo sus vínculos con las
necesidades populares sin mengua del amoroso cuidado orfebre del lenguaje”[1], ha sido el
quehacer del último año, una pasión desmedida y lúcida.
El Haikú en su más connotado sentido
histórico adquirió en el español mucha importancia a partir del modernismo, se
hizo visible y constituyó para los poetas una manera novedosa y sabia de
expresar su mundo. Nuestro idioma responde a una tradición con muchas
afinidades: “Ha habido muchos poetas
españoles y latinoamericanos que escribieron haikús”. Lo llamativo es que no se
hayan remontado hasta la tradición antiquísima de la – seguidilla -, sobre todo
la seguidilla – simple – de la Edad Media, esto es 7-5-7-5 sílabas, muy
parecida a la medida 5-7-5 del haikú japonés. La razón es cien por ciento
comprensible. La seguidilla es de carácter popular y su finalidad es ser
cantada y hasta puede que sea acompañada por el baile, mientras que el Haikú
pone más énfasis en el aspecto estético de la mente humana, aunque esta
peculiaridad no quita que haya muchos haikús una tanto jocosos”[2]. Para la poesía hispanoamericana este instrumento ha sido renovador
y refrescante, constituye una manera de crear a partir de una regla precisa,
ritmo y musicalidad en muy pocas palabras, todo un bonsái creativo. comprensible.
La seguidilla es de carácter popular y su finalidad es ser cantada y hasta puede
que sea acompañada por el baile, mientras que el Haikú pone más énfasis en el
aspecto estético de la mente humana, aunque esta peculiaridad no quita que haya
muchos haikús una tanto jocosos”[1]. Otros
autores han sido puntuales al respecto: “El
Haikú en particular Se viene desarrollando en español desde los primeros años
del siglo XX y se atribuye su introducción en el mundo hispanohablante al
mexicano José Juan Tablada (1871-1945); nacido en Ciudad de México; Tablada
además de poeta de talante modernista, fue de profesión periodista y crítico de
arte y entre sus amigos contaba con pintores de la talla de José Clemente
Orozco y Diego Rivera”. Elkin expresa con respecto a esta figur:
“Es obvio que no me he puesto a imitar
a poetas japoneses, ni siquiera a incorporar sus imágenes y temas preferidos. Apenas he tenido la osadía de introducirme
en esa pauta lírica, pero no apelando a los tópicos japoneses sino a mis
propios vaivenes, inquietudes y sentimientos, que después de todo no difieren
demasiado de mis restantes obras de poesía”.
El libro saldrá dentro de poco en medio digitales y esperamos también se edite.
El libro saldrá dentro de poco en medio digitales y esperamos también se edite.
1. DEFINICIÓN DE HAIKÚ
¿Qué es el Haikú?
Haikú es
armonía entre:
ver
y decir.
23 de marzo
de 2014
1.
SOY
Para
todo acto
sediento
de dolor:
Hecho
de facto.
Vaya
misterio,
para
ser lo que se es,
no obstante, soy.
23 de marzo
de 2014
- LEJANIA
Lejos de todo,
pero cerca de ti.
Eres cercana.
La lejanía
nos separa a los dos.
No, lo lejano.
25 de marzo de 2014
- LEJANIA
Lejos de todo,
pero cerca de ti.
Eres cercana.
La lejanía
nos separa a los dos.
No, lo lejano.
25 de marzo de 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario