Hace poco en el blog “Letras
y política” cite al historiador Israelita Harari, cuyo texto “De animales a
dioses” cuenta la historia de la humanidad desde una perspectiva absolutamente
innovadora, ratifica de nuevo que todo depende de la óptica en que se narren y
se interpreten los hechos, la constante es que al final la historia constituye un
desciframiento desde el modelo elegido, es un acto de interpretación del pasado que nos permite entender mejor el presente. Para Harari
el hombre es un inventor de ficciones. En
una entrevista se le pregunta: “Dice que la fuerza motriz (De la historia) fue,
primero, la capacidad de cotillear. Y después, de inventar historias. A lo que
contesta: Cotillear te permite crear sociedades de 150 o 200 individuos. Para
crear grandes redes de cooperación política, la clave es la imaginación, la
capacidad de crear y difundir ficciones. Realidades que existen porque nosotros
nos las inventamos. El poder se basa en la ficción: la religión, evidentemente,
pero también la economía y la política. La nación es una ficción. El dinero
también. Pero sirve para que personas que no se conocen colaboren, porque ambas
creen en una misma historia. Dos chimpancés de grupos distintos no sabrán
intercambiar un plátano y un coco. Nosotros sí sabemos cambiar un trozo de
papel en el que ambos creemos por una botella de agua”.
Cito este artículo porque
Chile vive un momento excepcional con dos textos de historia que han despertado un interés inusitado en toda la población. Son escritos sobre la historia del país Austral, que
no corresponden a la épica y nacionalismo acostumbrado por los textos oficiales. No son escritos
propiamente por historiadores. Uno es de Daniel Mansuy, un filósofo. Se titula “Nos fuimos quedando solos, la agonía de Chile de la transición” parte
de una realidad, “ estudia el momento crítico que vive Chile, sin que exista un acuerdo
sobre el diagnostico de la enfermedad”. Su indagación se sale del canon, “la ventaja
del trabajo de Munsay es que no interroga el pasado y al presente desde
aspectos exclusivamente prácticos, sino que indaga en las raíces intelectuales
de los cambios, ocupándose de una compresión propiamente política de Chile, su
trayectoria, indagando el estado actual y sus perspectivas” a partir del pasado. Hace una mirada exhaustiva de
la transición, develando el cumulo de hipocresías encubiertas que se tradujeron
en el encumbramiento de unas élites nuevas quienes terminaron compartiendo el poder con los
sectores tradicionales. Este es un recorrido amplio por la historia del país
austral, trata el mito fundacional, los periodos de consolidación de la república,
la política internacional en sus diferentes épocas y hace un crítica a las
políticas de desarrollo.
El otro libro es el de
Jorge Baradit, se ha vendido como salchichas, va en su tercera edición con más de
un millón y medio de copias. Se llama “Historia secreta de Chile”. Ha dejado al
descubierto una cantidad de hechos que nadie entiende como se pasaron por alto,
desde el nacimiento de la república hasta la época actual. Queda al descubierto el hecho que hasta la fecha la
historia ha sido escrita por quienes detentan el poder, la cual nunca deja ver
los acontecimientos en su dimensión real y está contada de acuerdo a sus
intereses. Revela aspectos de suma importancia pasados por alto perversamente en la
historia oficial, que van desde la independencia hasta la dictadura de Pinochet. Demuestra por ejemplo, como la guerra
del pacifico fue una guerra de las élites Chilenas ofendidos por un impuesto, cuidando
sus bolsillos, todo el carácter patriótico de la misma es una mentira
perfectamente camuflada pese a que los hombres humildes ponen los muertos y los
actos heroicos, al final las consecuencias fueron nefastas para Chile y sus vecinos.
Estos textos indagan y
rumean en las historias nacionales, se leen
como novelas, en Chile despertaron un interés por el pasado que definitivamente
ayuda a comprender el presente desde una perspectiva novedosa. Su virtud, han
puesto de moda la historia y pusieron a los lectores a pensar en su país.
En Colombia desde hace un tiempo ocurre algo parecido con sus escritores y los libros de ficción. Enrique Serrano
es un escritor de ficción que siempre ha encontrado en la historia el pretexto
para sus novelas. Las últimas novelas de Gabriel Vásquez se han soportado en hechos históricos. Juan Esteban Constain
también ha recurrido a este recurso para sus novelas.
Hubo un escritor Colombiano
que investigó seriamente una historia Colombiana, que se salió de la óptica oficial y reveló hechos que nos sorprendieron a todos. Su texto se llama “Lo que lengua
decir no pudo” de Alfredo Iriarte. Siempre la historia nos brindará un buen
pretexto para narrar el pasado y entender el presente desde ópticas diferentes
al canon oficial.
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