Admito que me entusiasme
mucho cuando supe la noticia del premio nobel de literatura, Bob Dylan es el
símbolo de una época que nos trae los más gratos recuerdos, no sólo por todo lo
que representó para la juventud, sino por todo lo que se jugó en
pro de un mundo diferente. Sus canciones, su poesía, su actitud iconoclasta fueron una apuesta hermosa por la vida que se perdió entre los entramados de un
realismo lejos de nuestros sueños. Después de traer a colación sobre la época que
marcó su trayectoria, con sus posturas críticas al sistema, con todo lo que implicó el movimiento juvenil que denostaba
de todo del cual fue fiel represente, de escuchar de nuevo su música, de leer alguno de sus relatos, ahora recuerdo que en el primer número de la revista Mito de Colombia de la mano de Gaitan Duran se publicó un relato suyo (1955), de leer lo poco que se consigue,
llegue a la conclusión que el comité Sueco que otorga el premio se equivocó,
que el premio de literatura hizo un giro que aún no termino de comprender.
Empecemos por lo esencial.
Sus canciones están llenas de poesía, son versos hermosos. Los grandes poemas épicos como
la “Ilíada” y la “Odisea” son el ejemplo más emblemático de la tradición oral, se cantaban, constituyen el nacimiento mismo de la literatura. Hace poco se publicó en los Estados Unidos en una edición cerrado toda su prosa. Es un hecho la literatura va más allá de lo escrito. El premio a Bob Dylan representa que el abanico
de posibilidades se amplió, un buen libretista de cine o de
televisión tendrían el mismo derecho, de igual manera los grandes compositores
cabrían en esta bolsa, para no citar otras formas de expresión más
revolucionarias.
Creo que en este punto es
donde empiezo a tener serias dudas sobre el giro de la academia Sueca. No es
que las canciones de Bob no estén llenas de poesía, incluso a escrito relatos, aunque siempre habrá mucha
controversia al respecto como todos los años, pero no es un escritor, no hay corpus, esto quiere decir que el espectro que abrió la
academia en este orden podría terminar en una especie de
desbordamiento que afecta a la propia literatura. Sí uno mira a un compositor
de la talla de Agustín Lara, de Armando Manzanero que aún está vivo, podría
decir que este último es un serio candidato al nobel, lo mismo pasaría con
ciertos compositores Ingleses. Pienso que más bien la academia habría podido
crear un premio alternativo que cubriera estas expresiones tan importantes y
dejar el nobel en las condiciones que hasta ahora lo ha otorgado. Es un hecho que
en adelante en materia de pronósticos la cosa se pone de otro pelambre, pues ya
no sabríamos apostar por tal o cual escritor, ahora hay que pensar en
compositores, yotuber, grafiteros………y por su puesto en libretistas y
guionistas.
Las dudas ni siquiera tienen
que ver con la calidad de su poesía, de la expresión como tal, sino de cómo
evitar una dispersión que le hace daño a la literatura en lo que tiene que ver
con el premio nobel, pues mal o bien cuando se concedía generaba muchas controversias y constituía una puerta para volver la mirada a ciertos escritores olvidados, genera siempre un
reverberamiento crítico, que obliga a tomar posición. Tal vez yo no esté preparado
para este giro, pero en lo que atañe a lo propiamente literario aún me quedan
muchas dudas, creo que el corpus creativo de Bob Dylan no daban para un nobel,
aun así reconozco en este compositor un icono de una época muy bella y un
canta-autor de talla mayor.
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