El poeta Colombiano Darío Jaramillo, alguna vez dijo que solo leería
novelas del siglo XIX por un tiempo. Parece que se quedó gratamente en este
siglo. Hoy, gracias al aniversario se ha dicho todo sobre este excelente
escritor Ingles. Solo quiero hablar como
lector y de una obra especifica. Es
preciso advertir de principio que sus novelas, describieron a cabalidad las
injusticias sociales de la época victoriana Inglesa, cargada de inequidad, que la
mayoría de las veces fueron publicadas por entregas, se anticiparon a lo que
serian las actuales telenovelas de tanto éxito. Cuando las leemos, desde el
principio estas nos atrapan, no queremos soltarlas y son varias las razones, que expondré
con respecto a su primera obra, claro está, descontada su calidad literaria.
Dickens empezó sus primeras novelas sin ninguna planificación. “Los papeles póstumos del Club Pickwick” fue escrita a los 24 años y ella según el autor carece
totalmente de algun estudio previo. Es una de mis predilectas.” Fue publicada por
entregas. Esto permite que cada palabra este pensada solo para cautivar al lector,
dentro de las responsabilidades típicas de un periódico de la época en la
ciudad victoriana de Londres. La novela
gira en torno al señor Pickwick “una especie de filántropo-filósofo que, junto
con tres adeptos a su hermandad, inicia un viaje por Inglaterra en el que les
suceden un sinfín de anécdotas.”
Cada personaje representa un
estilo: “el señor Pickwick (gran pensador, pero cascarrabias y meticuloso),
Tupman (un viejo verde que tiene momentos verdaderamente divertidos con algunas
damas), Snodgrass (un poeta cobarde y asustadizo) y Winkle (un deportista con
un gafe irreversible), son figuras sin desperdicio.”
Yo leí este libro en la
vieja edición de Bruguera. Recuerdo un
libro que recoge ensayos hechos por grandes novelistas sobre Dickens, algunas
apreciaciones son magistrales: Alvaro Mutis dice sobre nuestro autor: Dickens, es como en
el caso de Balzac, pero por otras razones completamente diferentes, un monstruo.
Lo primero que asombra es la libertad absoluta en que empieza a moverse en un
mundo construido por el mismo. Cortázar en el prologo que escribió de esta obra
expresó: “Los papeles póstumos del Club Pickwick, valen como uno de esos raros
reductos donde el humor se concentra hasta lograr su máxima tensión y una
jubilosa eficacia”. Igualmente habla de
un tema que siempre me suscita inquietudes, como es el de la traducción. Dice: “Comprendí
los problemas insolubles de la traducción, de un mensaje como el de los Weler
padre e hijo y el de los espasmódicos discursos como Alfred Jingle, entre
millares de otras dificultades. Pero a la vez me di cuenta de que la enorme y
constante ebullición que emana de los
personajes Dickensianos, era capaz de saltar cualquier barrera idiomática y
llegar al lector con una fuerza apenas disminuida.” Recordemos que esta obra
fue escrita a partir de un libro de aventuras cómicas, camisa de fuerza que
venció Dickens.
Otro matiz de esta obra es
el humor. Desde el principio aparece en cada página la cuota necesaria de
humor, que en todo caso no empalaga. Siendo una novela de personajes, está
llena de historias que se entrecruzan, sin perder la coherencia.
Este también es un recorrido
por los lugares y las estancias, por las descripciones detalladas, es una descripción
de la Inglaterra Victoriana. Su lectura siempre es fresca. Como siempre el mejor homenaje es volverlo a
leer. En este caso será todo un placer.
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