Recuerdo que Gabriel García Márquez siempre dejó en claro que
pese a ser un escritor reconocido, leído y laureado, simplemente era un
reportero y que su verdadera pasión era el periodismo al que le debía gran
parte de su dotes de escritor. Traigo a colación la cita, pues las crónicas de
Gabo son caso aparte, en ellas está todo el magisterio de un genio inigualable.
Me encuentro en el periódico "La Vanguardia" de
Barcelona una reseña sobre las crónicas de Bru Rivero de África, es un periodista y cronista fuera de serie, quien ha dedicado varios libros a la tragedia
que viven los marginados y desplazados del mundo. Sus escritos son cuadros dantescos, relatan la
tragedia de gentes que inexplicablemente, pese a lo que viven, no logran conmover al mundo, "Áfricas", para hablar del texto especifico del comentario, es un libro magistral, todos sabemos que este continente ha sido
expoliado por Occidente impunemente. Hay una cita que describe el texto en toda su extensión en la publicación: “Sin la experiencia del sentir-y no sólo del dolor, sino también
del gozo-es improbable que se produzca el fogonazo del saber. Los libros, las
fantasías, los sueños, los ideales, el amor, -la pasión intelectual- se
convierten en conocimiento sólo cuando les acompaña la “expresión física de la
vida”: aunque no es imprescindible viajar en trineo hasta el polo Sur, es
importante salir de casa” (pág. 11).
Áfricas, entre la crónica y el periodismo literario, es el mejor ejemplo
del tipo de periodismo que le gusta realizar a este reportero que huye de ir a
donde van todos y a quien le gusta transitar por “carreteras secundarias“, y es
un libro contado desde las entrañas[1].
El trabajo de este periodista es excepcional, ha escrito hechos ocurridos en Rumania, Centroamérica,
África, hasta Asia, son 30 años en el oficio, siempre contando la tragedia de gentes sin voz, sometida a la peor condición: Hambre, violaciones,
niñez vulnerada y vulnerable y como suele pasar en el mundo con estas
situaciones, nada pasa, a nadie conmueve. La calidad literaria de estos
trabajos, hablo de Áfricas, es absoluta, la crónica utiliza recursos
literarios, el proceso de escritura no descuida el orden, el ritmo y la construcción
narrativa. Desde hoy buscare reconstruir todo el recorrido de esta gran
periodista. No me queda más que recomendarlo a mis lectores. "
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