martes, 8 de julio de 2008

CANTICO PRIMAVERAL

"Llego a preguntarme a veces si las formas superiores de la emoción estética no consistirán, simplemente, en un supremo entendimiento de lo creado. Un día, los hombres descubrirán un alfabeto en los ojos de las calcedonias, en los pardos terciopelos de la falena, y entonces se sabrá con asombro que cada caracol manchado era, desde siempre, un poema." Alejo Carpentier

Nos corresponde a nosotros, poetas,
estar en pie ante las tormentas de Dios,
Con la cabeza desnuda,
para apresar con nuestras propias manos el rayo de luz del Padre, a él mismo
y hacer llegar al pueblo envuelto en cantos el don celeste.
Friedrich Hölderlin

Alguna vez hice referencia al poeta excelso que es Elkin Uribe, para quien la escritura es un acto esencial, una pasión sí se quiere. Su trabajo silencioso constituirá con el tiempo un aporte valioso a la poesía Colombiana. Este autor, con una constancia extraña nos entrega poemas, de una impecable factura y con un estilo que recuerda a Quevedo y lo mejor del romancero Español. Martin Heidegger decía que La poesía es la fundación del ser por la palabra. Poéticamente hace el hombre su habitación en la tierra. Esto parece vivirlo Elkin y así lo deja ver en cada poema que nos entrega. Quiero regalarle a mis lectores uno de los últimos poemas y que gracias a la revolución de la Web 2.0 podrá leerse con más asiduidad en http://www.canticoprimaveral.blogspot.com/:


13. ESTE ES EL HONOR

¿Y cómo no poder amarle de corazón,
y cómo no sentirle en el fondo del alma;
y cómo no tararearle una cívica canción
a quienes enseñaron actuación con calma?

Sí tan sólo fuera una de sus fuerzas,
pero todas, cual unidad, estaban adjuntas:
policía, naval, ejército... baterías alferzas[1]
practicaron con brío, las fuerzas conjuntas

demoledor engranaje hacia su objetivo:
horadar[2] a los bandidos alzados en armas,
sisarle[3] patrimonio humano a aquel fugitivo
desraizado de ciudades y ocultado en garmas[4].

Iban por la antepenúltima corona del rey,
lo más granado y espigado por ellos retenidos.
Los comandos encubierto degustaban monterrey[5]
Oteándoles vigilar su botín selecto, entretenidos.

¡Vaya! perspicaz osadía inverosímil
con denodado, puesto a prueba, el valor.
La historia sin sangre no cursa un símil
¡Oh comandos conjuntos, este es el honor!

Medellín, 6 de julio de 2008


[1] f. ant. Figura del ajedrez que originariamente ocupaba junto al rey el lugar que hoy tiene la reina, con los mismos movimientos que esta.
[2] tr. Agujerear algo atravesándolo de parte a parte.
[3] tr. Acortar o rebajar las medidas de los comestibles en proporción al impuesto de la sisa (f. Parte que se defrauda o se hurta).
[4] f. Cantb. maleza (? espesura).
[5] m. Especie de pastel como el fajardo, de forma abarquillada.

miércoles, 2 de julio de 2008

GEORGE STEIRNER

Al mirar hacia atrás, el crítico ve la sombra de un eunuco. ¿Quién sería crítico si pudiera ser escritor? Steiner
Acaba de ser publicado el último libro de este coloso de las letras mundiales: “Los libros que nunca he escrito”, que según el columnista Alberto Manguel del país de España es “una antología de deseos incumplidos. Cada capítulo es un mapa lúcido y erudito de cierto lugar que Steiner dice no haber querido o podido explorar a fondo. Misteriosamente, su cartografía basta.” Steiner nació en el seno de una familia judía de origen vienés en Paris, emigró con su familia a Estados Unidos en 1940, huyendo del régimen nazi. Vivió una infancia políglota por lo que domina varios idiomas, afirma talves por esta razón, que es la existencia de una gran diversidad lingüística, lo que ha permitido al ser humano obtener la libertad para reescribir el mundo en una multiplicidad de libertades. El primer éxito fue La muerte de la tragedia (1961), una obra ambiciosa en la que proclamaba la incapacidad de la literatura para humanizar a los lectores. El lenguaje, una de sus constantes preocupaciones, es el eje sobre el que giran muchas de sus obras posteriores como Lenguaje y silencio (1967), En el castillo de Barbazul (1971) y Presencias reales (1989). Su gran obra humanística, Después de Babel (1975), se centra en los misterios de la traducción y la comunicación. Otras de sus aportaciones son Nostalgia del absoluto (1974), Antígonas: una poética y una filosofía de la lectura (1984), Pasión intacta (1996) y su autobiografía Errata: el examen de una vida (1997). En 2001 publicó Gramáticas de la creación. El mismo año fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. Este hombre es sinónimo de erudición y un apologista impenitente de la lectura como ejercicio de descubrimiento alucinante. Sus ensayos despiertan una pasión por la lectura como actividad creadora y su ejercicio aporta interpretaciones novedosas y eruditas que nos incitan a relecturas y paralelos hermeneuticos infinitos. Recuerdo con absoluta claridad el ensayo “presencias reales “donde desde un perspectiva clásica, atendiendo casi al sentido común, refuta la escuela estructuralista y deconstructivista Francesa a partir de presupuestos profundos, con un conocimiento de las escuelas filosóficas y de la fenomenología, que son presentados con una claridad lapidaria frente autores hasta la fecha intocables. Steiner, es a la vez de filósofo, matemático y científico, lo que le da a sus escritos un rigor alejado de los malabarismos lingüísticos tan de moda en los 60 y 70. Es de los pocos críticos que están a la altura de Borges y que con Harold Bloom, constituyen iconos de una crítica en vía de extinción.