La
última novela que leí de este excelente escritor Irlandés fue “El mar”, ha ganado
premios como el Booker, Frank Kafka, Leteo, Nonino, American-Irish Foundation o
el premio Asuríaco de Literatura Europea
Booker en 2005. Este año recibió con todo justicia el príncipe de Asturias según
el jurado reunido en Oviedo, lo premia por "su inteligente, honda y
original creación novelesca" y, "a su otro yo",
Benjamin Black -el pseudónimo que utiliza para escribir novela negra-, por sus
"turbadoras y críticas novelas policiacas". Desdeñó
la academia, viajó mucho regresando a su país para dedicarse de lleno a la
literatura.
Winston Manrique Sabogal,escribe con el tono siempre adecuado de
sus comentarios literarios, acertados y de una textura absolutamente lúcida
sobre su obra: “porque el novelista irlandés es el creador de exquisitos e
inquietantes universos privados y emocionales en obras como Eclipse, El mar
(Anagrama) o Antigua luz (Alfaguara); también el creador de zonas más oscuras
con su álter ego Benjamin Black en la novela policíaca; y no contento con eso,
y bajo el nombre de Black se atrevió a revivir a Philip Marlowe, el célebre
detective creado por Raymond Chandler”.
Bamville
describe los eventos más truculentos de la naturaleza humana, descarnados, asesinatos,
develando las pasiones más bajas: la ambición, la lucha por el poder, la
envidia inscrita en el ADN social de la humanidad desde tiempos inmemoriales,
de la mano de sus personajes, quienes son estereotipos tomados de la sociedad, los que se ocultan sutilmente en su
entramado, pero hacen parte de la cotidianidad urbana, se producen a granel, descifrando
al hombre en todas sus imposturas y describiendo las acciones más bajas, con
una narración depurada, contrario a las novelas de este tipo, su prosa refleja
el cuidado de un escritor riguroso y talentoso, con un lenguaje brillante, en las novelas de este orden sobrepasa los
tecnicismos que el formato exige, su estética corresponde a los textos más
excelsos de la literatura Europea..
El
acta del jurado definió su narrativa de manera muy acertada: "Cada
creación suya atrae y deleita por la maestría en el desarrollo de la trama y en
el dominio de los registros y matices expresivos, y por su reflexión sobre los
secretos del corazón humano".
Hace
más de diez años le vengo leyendo con cierta paranoia, Benjamin Black el hombre
central de sus novelas policiacas, pasará a la historia como uno de los grandes
personajes de la novela negra.
En
la reseña de su texto “Copérnico”, la cual aconsejo leer, establece: “Le interesan los personajes
ambivalentes y obsesivos que procuran aliviar su infelicidad a través del
conocimiento”. La tetralogía se le agregaría “Mefisto” y la “Carta de Newton”, todas
ellas ahondan en los intricados procesos mentales desde la perspectiva del
creador que compite con Dios.
Es
gratificante cuando confirmamos las calidades de lo que leemos a través de
premios cuya seriedad está descontada. No por prurito ni vanidad, simplemente
para confirmar las virtudes de un género literario que está en plena efervescencia.
“Heredero de la literatura de Nabokov, al que admira desde su juventud, de su
estilo destaca la cuidada construcción de cada frase, unidad básica de su
literatura y la narración en primera persona. Todo ello y en muchos casos
aderezado por su humor negro”.
“De su
producción literaria sobresale «El intocable» (1985), «El libro de las pruebas»
(1989), con el que fue finalista al prestigioso Premio Booker, «Eclipse» (2000)
o «El mar» (2005), que muchos consideran su obra maestra y que fue reconocida
con el Booker en 2005 y el Irish Book Award en 2006.
Su
novela más reciente es «Antigua luz» (2012), donde retoma personajes y
narradores de otras historias y donde mezcla sexo, intriga y melodrama”.
El
universo literario de este narrador Irlandés es muy vasto. Se ha preocupado por
hacer buena literatura. En un artículo posterior hablaremos del mismo con el
rigor que este amerita. Solo queda decir que este escritor es de mi total
preferencia.