domingo, 5 de junio de 2011

RICARDO PIGLIA PREMIO ROMULO GALLEGO


Piglia es un excelente escritor. Nunca se ha dejado presionar por la editoriales. Todos sabemos que estas exigen publicaciones periodicas, presionados por el mercado. Este excelente escritor es una  excepción a la regla.. Su trabajo es ponderado y sus novelas son artificios en los que se integran literatura, historia y política, bien escritos y donde decanta un ávido lector. En este caso las palabras del jurado no son una simple adulación: "su gran talento para situar la trama en un mundo preciso", por su "rigurosa observación de hechos y personajes", por "la nitidez de su lenguaje" y por "la sabiduría literaria que le permite cautivar al lector y mantener la tensión del relato con subterránea fuerza poética". También le otorgaron el premio porque "Blanco nocturno es reescritura de la novela de género", según los tres miembros del jurado —los escritores Carmen Boullosa y William Ospina, y un funcionario venezolano— que el jueves firmaron el veredicto. Este premio en los últimos años ha sido muy certero en las obras y autores que ha premiado: Los ganadores de las tres ediciones anteriores fueron el colombiano William Ospina, con El país de la canela; la mexicana Elena Poniatowska, con El tren pasa primero, y el español Isaac Rosa con El vano ayer.

Piglia, es libretista, periodista consumado, ha contribuido a la divulgación del género policiaco: “Blanco nocturna,  es una contundente muestra de su destreza en la materia, este género lo ha cultivado rigurosamente desde sus primeros escritos. Ha desarrollado una tarea de crítico y ensayista, publicando textos sobre Arlt, Borges, Macedonio Fernández, Sarmiento y otros escritores argentinos. En la red, en una página llamada calidoscopio narrativo Ernesto Shoo, hablando de su texto “ Plata quemada” define el trabajo de Piglia con absoluta perfección:

“Si Stendhal aspiraba a una prosa tan reticente como la del Código Civil, Piglia aspira a la de un acta policial. Esto es, a no hacer "literatura" sino intentar "el registro estilístico y el gesto metafórico (como lo llamaba Brecht) de los relatos sociales cuyo tema es la violencia ilegal". Así lo declara en el epílogo de Plata quemada.

Lenguaje llano, entonces, liso de metáforas. Más bien pedestre: el de la calle, el de la gente incapaz de expresar algo más que una demanda de necesidades primarias. Dinero, ante todo, y simultáneamente sexo, que no necesita del habla. También, la jerga del cronista policial, con las muletillas consabidas, y los lugares no menos comunes de las declaraciones oficiales sobre temas comprometidos.

Dice adelante:

Lenguaje llano, entonces, liso de metáforas. Más bien pedestre: el de la calle, el de la gente incapaz de expresar algo más que una demanda de necesidades primarias. Dinero, ante todo, y simultáneamente sexo, que no necesita del habla. También, la jerga del cronista policial, con las muletillas consabidas, y los lugares no menos comunes de las declaraciones oficiales sobre temas comprometidos".

La influencia de Faulkner, Capote, Talase, es evidente, de igual manera autores como Brecht, Benjamin y Lukács, a Erich Auerbach, Szondi y Vernant, a los rusos Tiniánov, Sklovski o Bajtin.

Ojala a propósito del premio se lea con más intensidad a este escritor.