domingo, 10 de abril de 2016

REALIDAD Y FICCION

No quiero referirme a los excelentes trabajos académicos sobre realidad y ficción que hay publicados, ni a las disertaciones en conversatorios a lo largo de Hispanoamérica realizadas por los mismos escritores, quiere tratarlo desde lo más coloquial, desde mi experiencia personal.  Esta semana leí como la publicación de unos pasquines en un pueblo de Colombia generó separaciones entre parejas, violencia de parte de los maridos traicionados y la intervención de la iglesia. Gabriel García Marquez, trató el tema en su obra hace muchos años, de manera idéntica, hace cincuenta años, lo hizo en “La Hojarasca”, En "La mala Hora”, y en el “Coronel no tiene quien le escriba”. La ficción trae de manera magistral  sus historias de la realidad, entender y rastrear cómo fueron creadas a partir de ella, así hablemos de la literatura fantástica, es un trabajo fascinante. Julio Cortázar, leyó y recogió todo lo que vivió a favor de sus historias, toda su existencia gravitó a favor de lo que necesitaba y muchas fueron construidas desde su experiencia personal, la cual si leemos cuidadosamente veremos confrontada.
En una conferencia de Piglia, magistral por cierto, expresa que algunos de lo escrito más memorables de Borges vienen de la historia de su familia, esta indagación le llama, escritura de origen. La literatura, la ficción, que es una parte de la realidad, que busca hacernos más humanos, muchas veces se anticipa a los hechos, de manera sorprendente, otras narra lo que a posteriori vemos constatado, como en el caso de los pasquines en Gabriel Garcia Marquez, resultado del conocimiento perfecto que tiene de un pueblo, producto del ojo del reportero avezado,excepcional, como lo fue nuestro nobel.
Todo lo que escribió en sus novelas de espionaje John Le Carré, partió de sus experiencias personales como diplomático. Sus libros de suspenso y espionaje ambientados en la época de la Guerra Fría, muchas veces se anticiparon a los hechos y después me parecía, cuando ellos sucedían, que ya los había visto, no lograba entender por qué lo sabía, se me olvidaba que lo había leído de la mano de este magistral escritor Británico. Tom Clancy, un escritor de Best seller, me enseñó más de geopolítica, que muchos textos académicos, con una virtud, se anticipó a muchos hechos.
En Colombia se están escribiendo novelas históricas, que paradójicamente nos hacen entender mejor el presente caótico que vivimos, nos permiten conocer desde la ficción, la genealogía del conflicto armado y la violencia, desde la experiencia literaria. Gabo decía que la realidad era siempre más rica que la ficción, sus primeras crónicas periodísticas le permitieron comprobarlo.
Todo lo que escribió Cervantes parte de sus experiencias. Leyendo el excelente trabajo de Martin De Riquer, que sigue siendo uno de los más importantes que se han hecho sobre el padre de la novela moderna, se comprueba que Cervantes, abrevo en sus propias vivencias, esta fue el principal material para cada una de sus obras.
Me encontré en la red con una afirmación muy lúcida a propósito de una de las novelas de Javier Marias, que le generó muchos debates, nunca pude identificar al autor, pero me parece pertinente: “Aunque sea válido afirmar que el individuo ficticio no es real, es necesario aceptar que lo ficticio tiene efectividad. Si el vocablo "ficción" se entiende como construcción de mundos todo el discurrir del ser humano sobre la realidad está impregnado de ella. Es ficción la unidad y exageraste un gesto, la justicia es una convención y simulaste no quererle, el tiempo es una invención y fingió creerte. Pero entendiendo "ficción" como falsedad o mentira se debe distinguir la ficción literaria. La mentira sobrepasa la verdad y la obra literaria sobrepasa al mundo real que incorpora ya que como advertía Philip Sidney El poeta nada afirma y, por tanto, nunca miente. Esta forma de sobrepasar la realidad es algo muy distinto a la mentira. La fórmula básica de la mentira y de la ficcionalidad es provocar la simultaneidad de lo que mutuamente es excluyente, soy fiel e infiel, vencí y perdí, estoy en Región y en Barcelona. La condición que separa a las ficciones literarias de la mentira es que descubren su ficcionalidad, algo que la mentira no puede permitirse sin riesgo de interrogatorio y condena[1].
La ruptura producida por la escuela Francesa que empezó con el estructuralismo, que le dio un giro a la crítica clásica, caracterizada por olvidar los aspectos biográficos, lo que conocemos como el giro lingüístico, que concentra su dilucidación de una obra sólo alrededor del texto, la deconstrucción en cabeza de Derrida, hizo olvidar la escuela historicista, que le da mucha importancia a la vida del autor, pues parte de escrutar las experiencias biográficas y establecer como influyeron en su obra, estos datos constituyen las herramientas desde ka cual las desciframos. Lo sorprendente es que a nosotros como lectores, quiero destacar este detalle, en una especie de tras-polación nos parece que muchos de los hechos de la realidad, lo hemos vivido antes y realmente es la ficción quien nos lo ha entregado de manera magistral.


[1] http://www.monografias.com/trabajos13/reayficc/reayficc.shtml#ixzz45TLJUior