He rendido un homenaje de
Julio Cortázar no solamente contando mi experiencia como lector, sino haciendo
una pequeña antología de los mejores artículos a propósito del mismo. Este es el escrito de Sergio
Ramírez gran escritor Guatemalteco.
ALGUIEN
ANDUVO POR AHÍ
Estamos en el mes del
centenario de Julio Cortázar, y es la hora de evocarlo. Contar cómo lo
conocimos, dónde nos encontramos con él por primera vez. Para mí esa primera
vez fue en abril de 1976 en San José, Costa Rica, donde yo vivía para entonces.
En su cuento Apocalipsis
en Solentiname relata el viaje que en esa ocasión hicimos a
Solentiname, en el Gran Lago de Nicaragua, donde Ernesto Cardenal tenía su
comunidad campesina, no muy lejos de la frontera. Nuestro otro acompañante era
Óscar Castillo, actor y director de cine:
"Sergio y Óscar y
Ernesto y yo colmábamos la demasiado colmable capacidad de una avioneta Piper
Aztec, cuyo nombre será siempre un enigma para mí pero que volaba entre hipos y
borborigmos ominosos mientras el rubio piloto sintonizaba unos calipsos
contrarrestantes y parecía por completo indiferente a mi noción de que el
azteca nos llevaba derecho a la pirámide del sacrificio. No fue así, como puede
verse, bajamos en Los Chiles y de ahí un yip igualmente tambaleante nos puso en
la finca del poeta José Coronel Urtecho, a quién más gente haría bien en
leer..."
Eso fue un sábado. Julio
había llegado a Costa Rica invitado a dar unas conferencias en el Teatro
Nacional. Desde la finca Las Brisas, donde vivía Coronel Urtecho, cercana al
río San Juan, se llegaba en bote hasta el puerto de San Carlos, y de acuerdo al
santo y seña acordado entre la familia Coronel y los guardias del puesto
nicaragüense, se hacía un giro con el bote y así se podía seguir hacia el Gran
Lago sin necesidad de bajar en el muelle para los trámites de migración. Julio
entró a Nicaragua sin que la dictadura de Somoza se enterara. Clandestino.
Con alguna frecuencia yo
iba a Las Brisas, en vuelos más azarosos que el que describe Julio, pues
tomaba, a veces en compañía del poeta Carlos Martínez Rivas, un viejo bimotor
DC-3 de tiempos de la segunda guerra mundial, de esos que mientras están en
tierra parecen insectos gordos sentados en sus patas traseras. Un ruidaje de
las latas del fuselaje al despegar, y cuando iba a aterrizar en la pista
de barro rojizo de Los Chiles, el piloto debía pasar rasante y volver a
elevarse en señal de que las vacas vagabundas debían ser ahuyentadas.
Llegamos a Solentiname al atardecer, y al día siguiente asistimos a la misa de
Ernesto. Después de la lectura del Evangelio se iniciaba un diálogo con los
feligreses; las conversaciones se grababan, y luego se editaron en un libro, El
Evangelio de Solentiname. Ese domingo tocaba el prendimiento de Jesús en el
huerto, y allí están las intervenciones de Julio al comentar ese episodio de la
pasión de Cristo. El evangelio según Cortázar. También tomaron la palabra
los muchachos campesinos que en octubre del año siguiente participarían
en el asalto al cuartel del puerto de San Carlos al iniciarse la insurrección
contra Somoza; en represalia, fue incendiada la casa comunal, y destruida la
iglesia.
Pasada la misa, Julio
decidió fotografiar los cuadros primitivos pintados por los campesinos:
"...Sergio que llegaba me ayudó a tenerlos parados en la buena luz, y de
uno en uno los fui fotografiando con cuidado, centrando de manera que cada
cuadro ocupara enteramente el visor..."
Luego cuenta que ya de regreso en París, cuando proyecta una noche las
diapositivas a colores, en lugar de los cuadros empiezan a aparecer escenas del
terror de las dictaduras militares, prisioneros encapuchados, cadáveres mutilados.
Pero entre esas imágenes
hay una en que aparece la escena del asesinato del poeta salvadoreño Roque
Dalton, ejecutado por sus propios compañeros de armas acusado de ser agente de
la CIA, una acusación que iba más allá de la ejecución física porque pretendía
la ejecución moral.
Esa fue la primera vez que
nos encontramos. Y con el paso de los años, hasta su muerte en 1983, quedarían
muchas otras cosas que contar. Como para un libro.