domingo, 15 de enero de 2017

LA LITERATURA AFRICANA

He leído muy poco de la literatura Africana, este año me propongo dedicar la mayoría de lecturas a sus autores más emblemáticos,  el universo creativo es extenso, original, rico, pese a seguir buscando imponer una voz propia, recurriendo al cumulo de reservas en el inconmensurable bagaje de su tradición milenaria, que parecía perderse para literatura en el proceso de occidentalización del último siglo, lastre de un colonialismo harto traumático, paradójicamente este factor le ha dado un corpus muy particular, el amalgama de estas dos miradas generaron una literatura valiosa, que el mundo empieza a reconocer, leer y estudiar con rigor. España es un país que siempre ha estado muy comprometido con los escritores Africanos.
Como lector itinerante, aquel que le saca tiempo a la vida para estos menesteres, es difícil estar al tanto de todo lo que se produce en el mundo. Ahora que los países escandinavos están en momento creativo explosivo, que tienen en su haber una gama de escritores valiosos, lo mismo que la literatura Irlandesa, para sólo hablar de algunos países, es complicado seguirle el paso a tanta publicación.  Seleccionar y priorizar se vuelve una actitud necesaria. Al final ayudados de la prensa y de las buenas revistas, vamos leyendo lo más afín a nuestros gustos. La literatura Africana de hecho está en boca de los especialistas, está pasando algo parecido al boom latinoamericano de los 70, pero este continente extenso y variopinto hay que abordarlo en principio desde las obras más importantes, una especie de antología. En todo caso no estoy tan alejado de su producción, he leído algunas obras, la labor apenas comienza.   
El callejón de los milagros de Naguib Mahfuz, me parece una obra de suma importancia no sólo para la literatura Africana sino para el concierto mundial, las historias entrecruzadas de un Barrio egipcio en una narración polifónica, escrita en 1947, el escritor quien abreva en la más antigua tradición ( Por ejemplo, las mil y una noche) para describir la sociedad moderna en que se crió, el Cairo en el caso concreto, narrando como la gente enfrenta no solo  la sobrevivencia, sino a la más ancestral tradición cargada de radicalismos en medio de retos nuevos, inimaginables, desde el callejón, lugar del barrio donde ocurren la mayoría de hechos, el cual termina siendo un personaje más,  describe un mundo completo, de la mano de una prosa cercana al realismo mágico nuestro, exaltada, entretenida, atrapa al lector desde la primera página y por supuesto atiende a la naturaleza humana en toda su complejidad.
He leído mucho a John Maxwell Coetzee, para mí es un escritor de culto, tiene una cofradía y lectores que le seguimos y esperamos con cierta pasión paranoica, sus temas siempre escrutan la naturaleza humana en sus más corrientes y complejos conflictos, siendo los mismos históricamente hablando, en cada personaje suyo vuelven a ser abordados con una mirada novedosa y sorprendente, terminan dominados por cierta impotencia frente al peso de ciertos hechos, derrotados.  Cuando un hombre cae en “Desgracia”, la existencia se desflora en sus más caóticas consecuencias, se le cae toda la estantería, su caos, el caso del profesor de esta novela, empieza con la decisión de una meretriz con la que tenía encuentros sexuales muy puntuales y quien decide encauzar su vida y abandonar esa penosa forma de ganarse la vida.  El corolario de hechos desgraciados del profesor de literatura inglesa nos deja atónitos. Me encanta el tono de la historia, lleno reflexiones muy sabias[1], el personaje (Laurie) a pesar de sus arrogancias, de cierta terquedad que nos saca de casillas, cautiva. Este texto es también una mirada a la vejez, al implacable tiempo.
He leído Wolw Soyinka, Nadine Gordiner, además algunas antologías del cuento  y de la tradición oral, ensayos,  he visto conferencias de los propios escritores, donde se analiza la atribulada  relación y paternidad con occidente, pasado que aun pesa mucho. Hay una África negra, blanca, mestiza, subsariana, el espectro es amplio y complejo
Ahora que he comenzado a realizar una mirada completa de la literatura Africana: Chimananda Ngozi Adichie, Mia Couto, Chinua Achebe, Wole Soyinka, Nadine Gordiner, Alain Macbankou, Ndalu De Almeida, para sólo citar algunos, empiezo el proceso de búsqueda, oteo entre bibliotecas y librerías. Esperaremos como me va en esta virtuosa intromisión.













[1]
 Como ella lo complace, como el placer que le da es inagotable, él ha terminado por tomarle afecto. Cree que, hasta cierto punto, ese afecto es recíproco. Puede que el afecto no sea amor, pero al menos es primo hermano de este. Habida cuenta del comienzo tan poco prometedor por el que pasaron, los dos han tenido suerte: él por haberla encontrado, ella por haberlo encontrado a él.