jueves, 26 de marzo de 2015

ESTANISLAO ZULETA


Debido a una asesoría prestada a un estudiante en una tesis de doctorado, sobre la obra y el pensamiento de este pensador colombiano, he tenido que volver a la totalidad de su obra. Zuleta fue un hombre su generis, un intelectual  a carta cabal, quien forjo una camada de lectores y escritores gracias a sus magistrales conferencias y al papel que le dio a la lectura como ejercicio de elucidación y aprendizaje en una sociedad abierta.
Aún no aparece el biógrafo de Zuleta, hace tres años se editó un texto sobre su vida, que realmente nunca me convenció: “La rebelión de un burgués”, apenas fue una tenue mirada de su itinerario intelectual, creo que su vida da para una excelente novela, está llena de capítulos trágicos, pero siempre rodeada del texto, del libro como compañía imprescindible de su vida.
Se podrá decir, que Zuleta es el mejor lector que ha tenido este país, con connotadísimas excepciones: Gómez Dávila, Alfonso Palacio Rudas, Fernando González, Gutiérrez Girardot, Cruz Vélez, para solo citar algunos,  pero a diferencia de todos ellos, el pensador antioqueño recabo siempre sobre la lectura como ejercicio intelectual  y  el papel del lector frente al texto.
En algún escrito periodístico, sobre su vida, la revista “Semana” señalaba: Este filósofo y pedagogo de origen antioqueño vivió rodeado de ideas y libros, también de desorden y alcohol. Fue un autodidacta, siempre vivió acompañado de un sequito de jóvenes, quienes al final recopilaron buena parte de su obra.
Estudió profundamente la obra de Nietzsche, de Freud, leyó a Thomas Mann, Fiador Dostoievski, Marx.
La diferencia con Zuleta es que sus disertaciones fueron verdaderos tratados desde perspectivas muy particulares, siempre a partir de otras lecturas donde el autor había abrevado profundamente. Sus conferencias son una reelaboración, bien sea desde el psicoanálisis, del Marxismo o desde alguna relevancia particular extraída del mismo texto.
En la conferencia sobre la lectura, toma el texto de Nietzsche, “De leer y el escribir” sobre las significaciones de lo que denominamos una buena lectura: "Acaso ningún escritor haya hecho tan conscientemente como Nietzsche de su estilo, un arte de provocar la buena lectura, una más abierta invitación a descifrar y obligación de interpretar, una más brillante capacidad de arrastrar por el ritmo de la frase y, al mismo tiempo de frenar por el asombro del contenido.  Hay que considerar el humorismo con el que esta escritura descarta como de pasada lo más firme y antiguamente establecido y se detiene corrosiva e implacable en el detalle desapercibido: hay que aprender a escuchar la factura musical de este pensamiento, la manera alusiva y enigmática de anunciar un tema que sólo encontrará más adelante toda amplitud y la necesidad de sus conexiones. Este estilo es la otra cara, el reverso de un nítido concepto de la lectura, de un concepto que a medida que se hace más exigente y más quisquilloso libera la escritura de toda preocupación efectista, periodística, de toda aspiración al gran público y de esta manera abre al fin el espacio en que pueden consignar se las palabras del Zaratustra y elaborar se la extraordinaria serie de obras que lo continúan, comentan y confirman. Al final del prólogo de la Genealogía de la moral Nietzsche dice que requiere un lector que se separe por completo de lo que se comprende ahora por el hombre moderno”.
William Ospina de quien Zuleta fue mentor, reconoce que este pensador marcó su vida y aduce que fue uno de los pocos hombres que dialogó con los grandes novelistas y filósofos europeos sin ningún complejo y desde sus particularísimos puntos de vista fruto de infinitas lecturas. El dialogo, con sus alumnos e interlocutores le inspiraba, constituía un verdadero conjuro, quienes le conocieron sabían del poder de seducción de sus extensas elucidaciones.
Zuleta fue pupilo de Fernando Gonzales otro gran pensador colombiano, muy original, radical en sus puntos de vista, con una ética poco común en estos tiempos tan permeables. De este hombre extrajo la mayoría de herramientas intelectuales que le servirían en el proceso de desciframiento de la naturaleza del hombre, siempre de la mano del psicoanálisis.
Son muchos los textos de este pensador, que ameritan ser traídos a colación, pero presentare la conferencia sobre la lectura el mejor ejemplo de su capacidad de interpretación y análisis a partir de sus lecturas y la mirada acuciosa de otros textos, que resulta ser un justo homenaje y que espero lo lean, pues incita a otras lecturas, como siempre sucede con sus disertaciones:
http://www.mineducacion.gov.co/cvn/1665/articles-99018_archivo_pdf.pdf