viernes, 21 de enero de 2011

BABELIA MIL APARICIONES


Historia de Babelia por Ángel S. Harguindey




De verdades, puños y perogrulladas

Los 20 años de información cultural en Babelia con el objetivo de tomar el pulso a la creación y el pensamiento

ESTE EXTRACTO de las 1.000 portadas posibles de Babelia permite deducir varias consideraciones generales y evidentes. En primer lugar, el carácter multidisciplinar del suplemento. Son portadas de literatura,música, arte, fotografía, arquitectura, diseño,moda, teatro, cine y pensamiento. Remiten en la mayoría de los casos a individualidades, a nombres propios que por una u otra razón estaban en ese momento en la cresta de la ola. Naturalmente, también hay homenajes a una vida y una obra al margen de su actualidad inmediata y las hay con contenidos temáticos. En resumen: hay de todo como en botica.

Un suplemento cultural de un diario de información general tiene poco que ver con una revista especializada de libros. En el primer caso se pretende opinar sobre los temas y novedades del ámbito cultural con un criterio flexible y sin desdeñar los fenómenos de masas, desde grandes éxitos editoriales a exposiciones en las que las inmensas colas se convierten en sí mismas en noticia, de Elias Canetti a Stephen King, o de Cole Porter a Camarón. Las revistas especializadas, por su parte, pueden ser inflexibles en su canon, alardear de un criterio coherente al margen de las modas y éxitos del mercado, incluso aplicar un cierto dogmatismo. Es su riesgo y su privilegio. Y pese a que esta distinción es casi perogrullesca, probablemente es la que ha generado más críticas y polémicas respecto a Babelia. En un país en el que se publican en torno a 15.000 novedades bibliográficas de ficción al año (más de 40 diarias), es imposible siquiera dejar constancia de su aparición en el mercado. Se impone, pues, una radical selección y, como toda selección, es discutible y con frecuencia injusta. A lo largo de estos años es probable que se hayan dejado de comentar libros, exposiciones, discos, edificios y películas que no se merecían el silencio. Incluso es posible que se hayan comentado hechos culturales que sí se lomerecían, pero lo que se ha tratado de evitar es el sectarismo y la arbitrariedad.

Aceptar las sinergias de un grupo vinculado a la industria editorial desde su fundación (EL PAÍS tuvo a José Ortega y a Jesús de Polanco como sus primeros presidente y consejero delegado, respectivamente, es decir, a los creadores de Alianza Editorial y Santillana) es tan de recibo como el soportar las múltiples presiones de la industria editorial en favor de sus novedades. El marketing se ha convertido en una pieza fundamental del lanzamiento de un libro y ello porque hace tiempo que la galaxia Gutenberg ha entrado de lleno en el territorio del libre mercado y sus implacables leyes hasta el punto de identificar lomás vendido con lomejor. Son, ciertamente, verdades de Perogrullo que un suplemento cultural de un diario de información general debe tener en cuenta constantemente, y los que hemos trabajado en Babelia durante años así lo hemos intentado hacer. Éxitos y errores, intuiciones acertadas y torpezas, de todo un poco, pero con el ansia de ser honestos, flexibles, rigurosos y veraces. Ángel S. Harguindey




martes, 18 de enero de 2011

HENNING MANKELL

He leído el género policiaco de la mano de Borges y Byo Caseres. Borges en una conferencia sobre el tema decía: “Hablar del relato policial es hablar de Edgar Allan Poe, que inventó el género; pero antes de hablar del género conviene discutir un pequeño problema previo: ¿existen, o no, los géneros literarios? Adelante agrega inteligentemente, tratando de resolver el interrogante: “Pensar es generalizar y necesitamos esos útiles arquetipos platónicos para poder afirmar algo. Entonces, ¿por qué no afirmar que hay géneros literarios? Yo agregaría una observación personal: los géneros literarios dependen, quizás, menos de los textos que del modo en que éstos son leídos. El hecho estético requiere la conjunción del lector y del texto y sólo entonces existe”. Desde hace muchos años he visto como crece la afición por el género negro, la novela policiaca, sobre todo en Europa y concretamente en España.

Wilkipedia define la novela con mucha precisión: La novela policíaca o novela detectivesca es una clase de textos o género literario dentro de la novela, que es a su vez un género de la épica o narrativa. Su principal móvil lo constituye la resolución de un caso. Por tanto, se trata de una estructura novelística cerrada. El protagonista, un policía o detective, resuelve el caso usando la razón (siglos XVIII - XIX), basándose en la indagación y observación, o usando la intuición, los sentimientos y la deducción (siglos XX - XXI).

La inquietud, por los personajes excéntricos de la novela policiaca, algunos libros emblemáticos del género y la popularidad de algunos autores, me llevaron a leer a Henning Mankell. Lo mejor, para un lector, son los propios textos. Esto que parece de Perogrullo, no están evidente, si se mira por ejemplo el contubernio constante entre el cine y la literatura, muchos autores son más conocidos por las películas hechas con sus libros que por los libros propiamente.

Leí “la quinta mujer”, con cierto escepticismo. La verdad, comprendí a cabalidad el por qué de la popularidad de este autor. Existen ciertas reglas fijas del género y dentro de las características principales está la frialdad del policía, su inhumano proceder, su exacerbada lógica. Mankell, rompe con todas las reglas. Sus libros son impecables, literatura pura, bien escrita y estructurada con pulso de relojero: No le falta ni le sobra ningún capitulo, sus argumentos son hechos, como si llevara una cámara en sus manos. El protagonista Kurt Wallander, un anacoreta de tiempo completo, con una sensibilidad que no corresponde al estereotipo del policía clásico, se constituye realmente en el centro del libro, muchas veces por encima del caso que pretende resolver. Este es un hombre que no entiende los cambios de la sociedad posmoderna, que no acepta la tecnología que le imponen los nuevos tiempos y que interroga a través de sus pesquisas, la intrincada naturaleza humana.

Mankell, divide su vida entre Suecia y Mozambique. Es un dramaturgo reconocido, ensayista y con algunos libros infantiles importantes. Es un hombre de izquierda, defensor de la causa Palestina y que hace poco decidió apoyar la “Flotilla de la libertad”, no con palabras sino con hechos. En una reseña del periódico el mundo de España, nos recuerdan que “Antes de publicar la primera novela sobre Wallander, en 1991, Mankell convirtió a Maputo, la capital de Mozambique, en su segundo hogar. Allí vive hasta hoy en día la mitad del tiempo, cuando no está en Suecia, y dirige el Teatro Avenida por él fundado. "No sé por qué, pero cuando me bajo del avión en África tengo la extraña sensación de que llegué a casa", escribió Mankell en su página de Internet. "Entiendo más del mundo desde que vivo con un pie en la nieve y con otro en el polvo", dijo en una entrevista con el 'Times'. Tiene cuatro hijos y está casado en terceras nupcias con Eva Bergman, una hija del director sueco Ingmar Bergman. Su pasión por África y las personas que viven allí quedó plasmada en novelas como 'Comedia infantil', acerca de un niño de la calle. Asimismo, escribió un ensayo sobre el sida en Africa titulado 'Moriré, pero mi memoria sobrevivirá: una reflexión personal sobre el sida'”.

Tomare otra de sus novelas, espero tener la misma experiencia. Como siempre, algunos autores, que hemos rechazado pese a su popularidad, muchas veces resultan sorprendentes. Esperamos volver a comentar sobre sus libros.