domingo, 27 de abril de 2008

WILLIAN OSPINA

La luna del dragón
Hablábamos de los dones de la tiniebla,/de los amores muertos,/cuando se perfiló sobre el oeste/el oro espeso de la media luna./"Mira: es la Luna del Dragón" - me dijiste./Y los dos la miramos/como si algo terrible pesara sobre el mundo.
William Ospina.


En estos momentos el autor más prolífico y leído en Colombia, se llama William Ospina. Es poeta, ensayista, novelista y excelso columnista. No es Fácil abordar en esta pequeña reseña la multiplicidad de una obra rica en matices. Nació en Padua, Tolima, en 1954. Estudió Derecho en la Universidad de Santiago de Cali y Literatura Francesa en la Universidad de Nanterre (Francia). Es miembro fundador de la revista Número. Ganó el Premio Nacional de Poesía Colcultura en 1992 con El país del viento. Algunos de sus libros de poemas son: Hilo de arena (1986), La Luna del Dragón (1992), y Con quién habla Virginia caminando hacia el agua? (1995). Dentro de sus libros de ensayo más reconocidos están: Es tarde para el hombre (1994), Esos extraños prófugos de Occidente (1994), Los dones y los méritos (1995) y Un álgebra embrujada (1995). En 2005 publicó Ursúa, su primera novela. Cada texto deja ver un respeto obsesivo por la frase bien escrita. Cada palabra responde a una arquitectura prefijada que reflejan al poeta, preocupado por la oración, la sonoridad y la armonía, incluso en los ensayos más serios y lucidos se decanta esta caracteristica.Nunca ha ocultado la ensoñación que le produce Borges, de hecho es un acucioso estudioso de su obra y de alguna manera sus escritos tienen el sello y la influencia del gran escritor Argentino. Hay algunas columnas magistrales y los que escribimos sabemos que no es fácil realizar esta tarea semanal sin caer en las aguas de la mediocridad y repetición insulsa. No es el caso de William. Alguna vez refiriéndose a uno de sus poetas consentidos, el Colombiano Fernando Denis, escribía “Borges declaró que en este mundo la belleza abunda tanto, que a veces es posible encontrarla hasta en los versos de los poetas. La verdad es que a pocos poetas les es concedido el don de embrujar las palabras casi sin proponérselo.” Cita que parece definirlo, aunque es preciso establecer que William es un estudioso de la literatura, con preferencias muy claras. En sus libros se decanta esta universalidad, escribe como un artesano, en todo el sentido literal de la palabra, sin dejar nunca de lado la vena poética, lo que le da a los ensayos una belleza que los diferencia de los libros acartonados y complejos tan en boga ahora. “Aquellos náufragos de occidente” es un libro lúcido, cargado de notas y conclusiones que se salen del lugar común. El ensayo sobre Rambaud es de los textos más profundos y hermosos publicados en los últimos años. En la casa de Poesía Silva de Bogotá está la conferencia dictada en su voz y escucharla realmente constituye una experiencia vital. “la auroras de la sangre”, sobre la poesía de Juan de Castellanos, es un estudio fuera de serie, profundo, devela a un poeta inconmensurable, al cofundador de la lengua Española después del encuentro de los mundos, en esa sinergia misteriosa entre América y España que aun mantiene influencias reciprocas. “La franja amarilla” es la carta de vuelo de muchos pensadores y lectores para este país atribulado y trágico que nos toco por patria. En el texto existen descripciones de una claridad impresionante: “La historia de Colombia es la historia de una prolongada postergación de la única aventura digna de ser vivida, aquella por la cual los colombianos tomemos verdaderamente posesión de nuestro territorio, tomemos conciencia de nuestra naturaleza -una de las más hermosas y privilegiadas del mundo-, tomemos conciencia de la magnífica complejidad de nuestra composición étnica y cultural, creemos lazos firmes que unan a la población en un orgullo común y en un proyecto común, y nos comprometamos a ser un país, y no un nido de exclusiones y discordias donde unos cuantos privilegiados, profundamente avergonzados del país del que derivan su riqueza, predican día y noche un discurso mezquino de desprecio o de indiferencia por el pueblo al que nunca supieron honrar ni engrandecer, que siempre les pareció "un país de cafres", una especie subalterna de barbarie y de fealdad.” Ursua su primera novela, ha cautivado más lectores y ha pasado la prueba. Se deja leer, tiene una estructura novedosa y tiene el sello indiscutible de William: Poesía, coherencia, sonoridad y mucha seriedad………Esta claro que Colombia cuenta con un excelente exponente de las letras. Esperamos con avidez la publicación de la segunda novela que hace parte de una trilogía que ojala mantenga la calidad estética acostumbrada