Siempre que pienso en este
excelente escritor Colombiano, recuerdo
este poema compuesto por 61 decimas escrito en 1855 la segunda etapa creativa. El
ritmo y la temática se
anticipa al existencialismo filosófico de la literatura de mitad del siglo XX.
La desesperanza que se decanta en sus versos, la posición intensa de un escéptico y
desesperanzado hombre de letras, “propia del más genuino espíritu romántico”, lo traigo a colación a propósito de su aniversario
que se celebra a todo timbal en Latinoamérica:
Oh, qué misterio espantoso
Es este de la existencia!
¡Revélame algo, conciencia!
¡Háblame, Dios poderoso!
Hay no sé qué pavoroso
En el ser de nuestro ser.
¿Por qué vine yo a nacer?
¿Quién a padecer me obligue?
¿Quién dió esa ley enemiga
De ser para padecer?
La obra completa de Pombo se
publicó por vez primera en 1916, en cuatro volúmenes. El primero y el segundo
contienen su obra poética; el tercer tomo lo constituyen sus traducciones, y el
último encierra sus Fábulas y verdades, Cuentos pintados y Cuentos morales para
niños formales, entre los que se halla relatos como Simón el bobito, La pobre
viejecita, Mirringa y Mirronga 39 y Fuño y Furaño, que aún hoy en día son
leídos por niños y adultos. Pombo dejó también numerosos artículos de crítica
literaria.
Es un fabulista de tiempo
completo. Su portal lo define a cabalidad: “En sus Cuentos pintados y Cuentos
morales para niños formales, crea y recrea historias en verso que sobresalen,
dentro de la literatura infantil hispanoamericana del siglo XIX, por su
humorismo, desenfado e imaginación. Pombo es no sólo el gran clásico de las
letras colombianas para la niñez, sino uno de los grandes iniciadores de esta
modalidad literaria en la región”.
Algunos han señalado la falta de
originalidad de sus fabulas e incluso lo tildan de copiar los temas, más no del
plagiarlos que es diferente. A estos
críticos habrá que recordarles que la literatura se repite incansablemente. Pombo
nunca intentó ocultar que algunas de sus composiciones infantiles provenían de
popularísimos ritmos y melodías inglesas y norteamericanas. La misma sentencia
persigue a Shakespeare y su grandeza crece con el tiempo simplemente por la
calidad de sus obras.
Muchos recitan sus fabulas sin imaginar
que son de Pombo, están tan arraigadas en la memoria colectiva que poco importa
quién las compuso, lo que dice de su popularidad y el papel moralizante y ético
que cumple entre el pueblo, descontando aun de su atributos literarios, que son
suficientes.
Estudió ingeniera para cumplir con un anhelo de sus padres, nunca ejerció seriamente su profesión.“El único puesto público que desempeñó fue el de Secretario de la Legación
en Washington, que estaba a cargo del General don Pedro Alcántara Herrán.
Cuando éste se retiró, Pombo actuó como Encargado de Negocios. Al caer el
gobierno legítimo, se quedó sin ocupación oficial, pero permaneció muchos años
en los Estados Unidos dedicado a trabajos literarios. A esta circunstancia se
deben Los Cuentos Pintados, pues fue contratado por la Editorial
Appleton para hacer unas traducciones de las que surgieron sus libros para
niños. Luego regresó al país y se instaló en Bogotá, en donde permaneció hasta
su muerte, ocupado en trabajos de arte y literatura. Fue Secretario Perpetuo de
la Academia de la Lengua. Pombo fue también periodista. En su juventud,
redactó, con Vergara y Vergara, un periódico literario: La Siesta.
También publicó los periódicos El Cartucho y El Centro. Fue
coronado en 1905 en el Teatro Colón. Cuenta Antonio Gómez Restrepo, uno de los
críticos más conocedores de su obra, que después de la coronación, se recluyó
en su lecho hasta su muerte en 1912. "Encerrado en su cuarto lleno de
libros y de cuadros, pasaba sus días dedicado a la lectura, a escribir versos
en minúsculos trozos de papel y a mantener una activa correspondencia con sus
grandes amigos don Rufino y don Angel Cuervo”.
El poema que encabeza esta nota es de todo mi gusto por la vehemencia con
que le reclama al creador por la existencia, por el sentido de esta vida y se
siente “agobiado viendo pasar la gente en tumultos delante de sus ojos”. Al
igual que Guillermo Valencia, este fue un poeta popular, un icono de la
literatura que cayó inexplicablemente en el olvido.
Beatriz Helena Robledo describe su
personalidad: “Era un hombre nervioso, apasionado, con una extrema
sensibilidad, sobre todo hacia las artes, angustiado por los asuntos
trascendentes de la vida, la muerte, el amor, Dios, la naturaleza”. Como buen romántico bebió en las páginas de Lord
Byron. “Durante los diecisiete años que estuvo en Nueva York tuvo contacto con
Ralph Waldo Emerson y Wadsword londfelow poetas muy reconocidos”.
En Bogotá, propiamente en el barrio la Candelaria se encuentra una
fundación dedicada a conservar y mantener vigente su memoria y obra, función
que cumple decorosamente. Este hombre que en sus últimos días me recuerda a
Proust, encerrado y negándose a cualquier contacto social, volverá a revivir
gracias a su aniversario. El mejor homenaje: la lectura de su obra, junto con nuestros
hijos.
1 comentario:
cantico primaveral aplaude al blog que se interesa por los poetas que hemos olvidado. Habrá que volver a recoger en una antología esas plumas de los siglos 18, 19 y 20, que parece ser, no volverán.
El aniversario de Rafael Pombo por día, será el 5 de mayo; en esa fecha, canticoprimaveral.blogspot.com, también hará su homenaje a este destacado de la literatura Colombiana y mundial.
Felicitaciones Ludimia.
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