sábado, 30 de agosto de 2008

LA METAFORA

Esta figura es harto estudiada en la literatura como herramienta imprescindible de la poesía y el relato y por los poderes inconmensurables en la comunicación humana, aun asi, no deja de suscitarnos inquietudes por la grandeza del recurso. Wilkipedia, la defina de manera muy simple: “La metáfora es un recurso literario (un tropo) que consiste en identificar dos términos entre los cuales existe alguna semejanza. Uno de los términos es el literal y el otro se usa en sentido figurado”. Borges, siempre escribió apuntaciones muy serias sobre esta figura. Álvaro Salvador, en el portal del centro virtual Cervantes[1], realiza una síntesis puntual del tema en manos de este autor: “Desde «Apuntaciones críticas: la metáfora» (Cosmópolis, Madrid, 1921), hasta «La metáfora» de 1953 (Historia de la eternidad), Borges dará vueltas y vueltas en torno al fetiche de la metáfora, en una serie de trabajos como «Examen de metáforas», «Después de las imágenes», «Página sobre la lírica de hoy», «Las Kenningar», etc. Desde el primer artículo ya advierte las limitaciones que presenta esta estructura poética: su capacidad para reducirse a arquetipos, el hecho de que las metáforas excepcionales —«aquellas que escurren el nudo enlazador de ambos términos en la intelectualización»— son prácticamente inasibles, etc.” Lázaro Carreter nos habla de "metáfora lingüística, léxica o fósil, es decir, la palabra que originalmente fue metáfora, pero que ya ha dejado de serlo y se ha incorporado a la lengua (pluma estilográfica, hoja de papel) y metáfora literaria, que pertenece al habla, como modalidad individual de un escritor o un hablante". En otras palabras, cuando una metáfora llega a ser de uso popular, a lexicalizarse, pierde también su frescura metafórica para convertirse poco a poco en "el sentido correcto de la voz"; tal sería el caso, por ejemplo, de cabeza de ajos, cuello de la botella, la pata de la silla, etc.”[2] El psicoanálisis fundamenta gran parte de su teoría en una expiación de la subjetividad a través de las metáforas: “La metáfora es un recurso que toma Lacan de la retórica para dar cuenta de la represión freudiana, la cual es metafórica, se trata de sustitución. Sin embargo, la teoría freudiana no se agota en la teoría de la represión. Freud va a plantear, a partir de La interpretación de los sueños, de el chiste..., que las operaciones del inconsciente son de cifrado, de sustitución de representaciones, donde hay representaciones que se reprimen y la carga de afecto pasa a otras, sea en el cuerpo, sea en el pensamiento”[3]. El hombre es palabra, pero de igual manera, esta le sirve para ocultarse de sus más esenciales misterios, lo agota en el intrincado rizoma de sus contradicciones. En la literatura, la metáfora constituye una herramienta sine quanon, el vehículo natural que sirve de apoyo de relatos, expresiones poéticas, que siempre buscan describir lo más esencial de la naturaleza humana en la infinita gama de posibilidades. Ahora, cuando aparece el hipertexto como recurso, del cual este artículo es un buen ejemplo, se habla de metáfora viral. Adolfo Vázquez Rocca, analizando la obra de William Burroughs, establece para su caso que “El lenguaje es un virus que se reproduce con gran facilidad y condiciona cualquier actividad humana, dando cuenta de su intoxicada naturaleza. Los textos de Burroughs proliferan sin principio ni fin como una plaga, se reproducen y alargan en sentidos imprevisibles, son el producto de una hibridación de muy diversos registros que no tienen nada que ver con una evolución literaria tradicional”. Este mundo previsto con mucha anticipación por Borges con absoluta lucidez, fundamenta una nueva plataforma desde la cual el mundo virtual, el entrecruzamiento entre textos y metáforas, muy facil ahora con la red, posibilitan un mundo infinito de metáforas al alcance de todos en el ciberespacio.
Dice al respecto el autor citado, “El lenguaje es un virus que se reproduce con gran facilidad y condiciona cualquier actividad humana, dando cuenta de su intoxicada naturaleza”. Andrés Holguín, excelso ensayista y poeta Colombiano, alguna vez escribió un ensayo memorable sobre la “poesía del silencio”, que es un análisis del silencio, del poder de evocación que suscita la pausa, esa comillas que suspenden la palabra y nos traen metáforas cargadas de expresiones donde prevalecen las emociones. Borges al respecto decía: La única posibilidad de ir más allá de los límites de la poesía es el silencio
[1] http://cvc.cervantes.es/actcult/borges/espaarge/06e2.htm

[2] http://www.ensayistas.org/antologia/XIXE/castelar/esclavitud/metafora.htm

[3] http://psicoanalisislacaniano.blogspot.com/2007/05/la-clnica-y-los-nombres-del-padre.html

viernes, 29 de agosto de 2008

SUITE FRANCESA DE IRÉNE NEMIROVSKY

La historia de la publicación de esta novela y la biografía misma de la autora son de antemano cautivantes, otear estos avatares de por sí es una indagación a una saga de escritores perseguidos por las dictaduras Europeas de mitad del siglo pasado, rescatados por la labor incasable de algunos curiosos. Su familia, después de la revolución Rusa del 17, huye hacía a París e Irene, única hija, inicia un periplo fatal entre creación y tragedia que termina con su muerte en Auschwitz. Su primera novela enviada a un editor sin el nombre ni la dirección, casi no puede ser publicada por la imposibilidad de comunicarse con la autora. Este es el principio de un periplo exitoso en lo literario, de un reconocimiento unánime de la crítica Francesa de su tiempo. Ahora, que se han publicado varias novelas inéditas por los avatares de algunas dictaduras posteriores a la revolución Rusa, como en el caso de Grossman, en España y América se ha despertado un interés por la calidad de las mismas. Suite Francesa, es una novela inacabada, es la historia de una actitud, de la dignidad en medio de lo momentos más deplorables de la humanidad. Aquí, se relatan la convivencia entre el invasor opresor y los miembros de un país impotente, que describe lo vulnerable de la naturaleza humana. Esta novela, por alguna razón, me recordó el cuento de Cortázar, “Autopista del sur”. Me parece, que al igual de Cortázar, Irene logrará a partir de un hecho concreto, describir el universo de expresiones de la naturaleza humana, en momentos absolutamente tensos, que los hacen aflorar de la peor manera. Sus dos hijas salvaron este manuscrito de las manos de invasor Nazi, Elisabeth y Denise, quienes lo llevaron de “un refugio precario fugaz a otro” (Así lo describe Myriam Anassimov). Recomiendo su lectura, que como cosa curiosa, cuando se termina, genera un pesimismo desesperanzador, una impotencia fatal, frente al inconmensurable misterio que resultan ciertas actitudes del hombre. Después es preciso leer de la misma autora “ La vida de Chéjov".
En esta pagina se encontrará una biografia crítica excelente de la autora.