viernes, 31 de diciembre de 2010

LOS ESCRITORES QUE SE FUERON EN EL 2010


No hay noticia más triste que la muerte de un creador. Aun, tengo la nostalgia viva y el dolor, como si hubiese ocurrido ayer, por la muerte de Cortázar, que siempre nos deparó grandes sorpresas en materia de literatura, no solo por la calidad de una obra con un sello absolutamente personal, sino por la innovación constante de sus textos. Este año, se nos fueron escritores muy grandes. La muerte de José Saramago, constituyó tal vez la más grande. Este excepcional escritor, era un militante anacrónico del partido comunista, con una terquedad enconada, enfrentado a todos los poderes y abanderado de causas sociales multiples, que afortunamente, nunca le robaron calidad a sus novelas, la cual manejaba con una destreza y una técnica perfecta,  con una prosa decantada, muy clásica si se quiere, que partía de unos supuestos simples: Que pasará si en una población todos pierden la vista, como cambiaría la historia de Portugal sino hubiese expulsado a los moros…… que le servían de pretexto para escribir novelas inolvidables. Quiero, en este pequeño homenaje, recordarle, por supuesto, su obra está ahí, para ser releída, aunque como siempre ocurre, esperaremos aquellos textos que sacan de la gaveta los editores.

Se nos fue Tomas Eloy Martínez, un icono del periodismo, una reserva moral de Latinoamérica y un novelista excelente, con una obra importante para nuestras letras. Todos los domingos esperábamos su columna, que era un faro para nuestros países y que siempre denunció los excesos del poder. Alguna vez, escribiendo sobre las memorias de Gabo, escribía: GABRIEL GARCÍA MARQUEZ tiene una habilidad para recordar tan prodigiosa que nadie sabe cómo se las ha arreglado para resumir los primeros treinta años de su vida en las seiscientas páginas de Vivir para contarla , que será lanzado en lengua castellana a comienzos de octubre (*). Más de una vez corrigió, con exactitud, los detalles de acontecimientos que habíamos vivido juntos en víspera de la publicación de Cien años de soledad, su novela mítica. "Los hechos no son como fueron sino como uno los recuerda", le he oído decir. En su caso, los hechos son como él los recuerda, pero además tienen el raro privilegio de ser como fueron.” Como lo describió, para el caso del nobel en este articulo, seria bueno volver a leer la obra de Tomas, a partir de su biografía literaria, de la mano de sus artículos que son una bitácora de su mundo creativo, itinerario de sus luchas, desde aquellos con los que inicia su carrera periodística, sus novelas más notables, hasta los cursos impartidos en Norteamérica.

Carlos Monsiváis, está perfectamente definido en Wilkipedia:” fue uno de los escritores más importantes del México contemporáneo. Su capacidad crítica, su estatura intelectual y su peculiaridad estilística lo convirtieron en una de las voces más reconocibles del panorama cultural hispánico. De igual modo, su omnipresencia en múltiples foros (revistas, mesas redondas, programas de radio y televisión, periódicos, coloquios, museos, películas, antologías, prólogos, etc.) lo hizo una celebridad y uno de los personajes fundamentales de la ciudad de México. El escritor Adolfo Castañón, en su ensayo "Un hombre llamado ciudad", lo considera «el último escritor público en México», en el sentido en que "no sólo cualquier mexicano lo ha escuchado o leído, sino que todos pueden reconocerlo en la calle". Lo que más me gusta de su obra, es la preocupación por los iconos populares: Cantinflas, los luchadores, los movimientos feministas, la lucha estudiantil. Debería rescatarse, todos los programas de televisión realizados, recordemos que dirigió y fue conductor de “El cine y la crìtica”por diez años. Vivió acompañado de trece gatos, estos lamentan más que nosotros su muerte.

J. D. Salinger, solo basta citar “ el guardián entre el centeno “ corta, siempre digerible, parece escrita para estos tiempos, debería ser leída por todos los adolescentes, aunque nunca me ha gustado esta visión de esta novela grande las letras americanas.

En Colombia se nos fue el periodista más acido, agudo y lúcido de los últimos tiempos, siempre presto a denunciar, enfrentado a los poderes instaurados y desafortunadamente en el exilio: Fernando Garavito. Murió también Omar Rayo, merece capitulo aparte.