Hay momentos en que las
coincidencias te remiten a libros que tocan temas paralelos sin habérnoslo
propuesto. Me encontré en una biblioteca pública de Medellín, el libro de Virginia
Woolf, "Horas en una biblioteca", reúne todos los textos críticos de la autora y
ciertos relatos, se devela su capacidad de apreciación literaria, el itinerario
de sus lecturas, y algunas claves sobre su relación con autores de su predilección que resultan importantes para entender su obra.
El primer artículo, pese a lo corto parece un ensayo, es sobre la lectura, aquella
que se hace desde el simple placer que representa esta actividad, frente a esa otra que está
sustentada en un interés específico.
El hombre que lee por erudición
se diferencia de aquel que lo hace desde la simple condición estética, desde
una pasión incontenible, que se acrecenta en la medida que reconocemos su valor, por los grados de intromisión especiales
que nos da la lectura de ficción, llámese poema, novela o teatro.
Este libro tiene piezas
críticas sobre Kipling, Melville, Dostoievski, Conrad, la poesía inglesa, los
autores de su predilección, muchas veces desconocidos para mi y sobre
aspectos concretos del mundo creativo y la literatura, del arte de escribir.
Hay un texto en este libro que se
llama “El arte de la ficción”, todos los amantes de la literatura deberíamos leerlo, nos acerca a la
escritora de manera especial, nos muestra el ADN creativo
de Virginia Woolf. Libros como este, son un dialogo inteligente con una escritora cuya vigencia es indiscutible, son realmente una oportunidad de conocerla a fondo. El libro de 364 páginas es una
joya, fue editado por Seix Barral.
El otro texto es de
Terry Eagleton, se llama: “Cómo leer literatura”, es un verdadero tratado de cómo
abordar la literatura, es una guía para lectores de ficción. Pese a que no lo reseñan como un manual para
principiantes, constituye una escrutación rigurosa sobre la
lectura, el lenguaje y como debemos abordar las obras de ficción, los mínimos
presupuestos que debemos tener en cuenta en este tópico.
Abarca autores como
Shakespeare, Jane Austin, Samuel Beckett y JK Rowling. La relación entre la funcionalidad
y el lector, los ámbitos de esta articulación, por lo tanto aborda la
imaginación creativa, y “la tensión entre lo que la obra dice y muestra”.
Hay un capítulo
referido al personaje y se remite a las grandes obras, estos seres, que son más
inmortales, diferente a los propios autores, siempre requieren una mirada e interpretación
rigurosa, cada personaje se debe a su lector, pero hay premisas críticas que
nos ayudan a entenderlos desde una perspectiva estética más lucida, este texto es una buena guía al respecto.
El capítulo final,
habla del valor, que hace a una obra mala o buena. Este es un verdadero bocado
de cardenal que nos obliga a abordar este excelente texto formativo. Las claves
del éxito de un libro son muchas. Solo aconsejo a mis lectores su lectura