jueves, 9 de enero de 2014

LA LISTA DE RECOMENDADO DE LA REVISTA ARCADIA



Arcadia es una revista de literatura y arte excelente, cumple a cabalidad con el papel de divulgar lo que está pasando en esta materia, tiene columnistas de mucha calidad, desde allí se incita a las buenas lecturas, informando y haciendo pedagogía en cada número.  Todos los años publica   una lista de los libros que según su juicio, ameritan ser tenidos en cuenta, por condiciones del mercado, aceptación del público y por su puesto por consideraciones estéticas. La revista realiza una encuesta muy minuciosa a los principales libreros, todas condiciones que hablan con justicia de esta antología que se convierte en una buena guía para los amantes a la lectura. Personalmente  estas listas me gustan, pues además de ser muy didácticas muchas veces son verdaderas cartas de vuelo para conocer buenos textos. Hablare de algunos libros de la última lista,  de mí preferencia.

Hay escritores que aun son desconocidos para muchos lectores e inclusive para sectores especializados de la crítica. El primero es el más emblemático, se trata de  Juan Cárdenas  un Payanes que vive en Madrid, distante de los sectores de la crítica acartonada de la capital Colombiana.  No solamente estamos ante un buen novelista, cuentista excelso, sino además un ensayista lúcido. Es autor del libro de cuentos “Carreras delictivas” (Editorial Universidad de Antioquia, 2006), reeditado por 451 Editores, en España. “Sus textos sobre cultura popular, literatura o arte contemporáneo han sido publicados en Letras Libres, Arte-contexto, Número o Revista Universidad de Antioquia. En mayo de 2010 publicó su primera novela, Zumbido, con 451 Editores. Entre sus traducciones más notables se encuentran autores como William Faulkner, Thomas Wolfe, Gordon Lish, David Ohle, J. M. Machado de Assis y Eça de Queirós”.  La recomendación es pertinente. 

Don Carpenter, pertenece a la saga de novelistas suicidas, que suelen darse particularmente en los Estados Unidos, producto de una sociedad esquizofrénica  extrema que se expresa a través de hombres excepcionales, diferentes a todo lo que conocemos y por fuera de todo contexto normal: contestatarios, críticos mordaces de su mundo y sobre todo, prosistas de una calidad indiscutible. “Dura la lluvia que cae” es una novela que se desarrolla desde estos ámbitos.  La lectura de este tipo de novelas es de mi absoluto gusto,  casi nunca suelen desilusionarme, son verdaderas perlas y de hecho la vida atribulada de autores como este,  genera una tensión sin par, cierta complicidad. Poco conocido, en todo caso algunas críticas confirman la calidad de esta novela la cual se publicó hace poco en español.

Otro autor de antología es Richard Ford, su novela “Canadá”   confirma el buen momento de la literatura norteamericana. A partir de un hecho, contundente además, contado con el desparpajo se produce un tsunami de eventos que constituyen la matriz del relato.  Esta novela  atrapa al lector desde el primer renglón, tiene una fuerza impresionante, su prosa es impecable, como suele suceder con los autores americanos, las técnicas del periodismo siguen siendo una herramienta de primer orden.

Hiromi Kawakami, es una escritora Japonesa  que al igual que Harukami  ha venido ganando adeptos en occidente, gracias a una prosa depurada, sin arabescos, lejos de cualquier barroquismo, su éxito está basado en la calidad de sus novelas, que parten de reflexiones y situaciones especiales, los personajes, en apariencia muy comunes y silvestres,  atienden a resolver cuestiones vitales, algunas veces de orden casi metafísico que nos permiten conocer universos urbanos diversos y situaciones intensas.  Leí “Manazuru” y  “El señor Nakano y las mujeres” sobre esta última un lector expresó sabiamente: “Leer a Kawakami es como darse un baño de agua tibia. Lo más importante es el homenaje que se rinde a la melancolía, o a la imposibilidad o, mejor aún, a este estado de indefinición –prerreflexivo- podríamos decir en el que habitualmente nos movemos los humanos”.

Valeria Luiselli, para mí fue de esas escritoras que uno dice Wau, esto que es, dónde estabas, su lectura lo deja a uno impávido, estupefacto. Sorpresas como esta en el mundo literario son reconfortantes.  Sé que hay un mundo infinito de creadores que es difícil conocer, pero no deja de sorprendernos cuando encontramos escritores de una calidad incuestionable como los textos de esta mujer.

A esta corta lista de mis preferencias solo agrego un hombre del cual se hablará mucho. Me refiero a Jeremías Gamboa de Perú quien actualmente tiene mucho éxito con su novela “Contarlo todo”. Este es una novela, sobre el arte de escribir novelas y los diez años que pasa escribiéndola: La voz de Gabriel Lisboa –que al comienzo de la novela no es más que un joven pobre de Lima que vive con sus tíos, estudia periodismo,  trabaja en los oficios más duros para poder pagar su carrera y, claro, se sienta a escribir una novela– cautiva de inmediato al lector. Su prosa limpia y honesta, clásica, crece con la lectura y va construyendo un hermosísimo retrato de juventud con sus amores difíciles, su culto a la amistad y las frustraciones laborales de Gabriel, que quiere ser un buen periodista y que comienza como practicante en la revista política proceso”. Mi consejo, leerla, este autor dará mucho que hablar.

Los textos de ensayo son caso aparte.  El relato de Piedad Bonnet: “Lo que no tiene nombre”, es una crónica personal, contada en primera persona, sobre la tragedia del suicidio de su hijo, es absolutamente hermoso, por la textura de la prosa, la forma como nos va narrando su historia y las conexiones frente a este hecho puntual incomprensible para muchos, por lo injustas. Nos conmueve su lectura.

Otro texto es: “Nabakov y la felicidad”, la reseña lo dice todo: “El encantador mezcla diversos géneros: la biografía, el reportaje, la crítica y la ficción. Pertenece a una categoría que, a partir de Oscar Wilde y  Borges, podríamos llamar crítica artística, para la cual el autor y la obra comentada no constituyen un dique sino una fuente de inspiración. Dice Lila Azam, la joven escritora francesa de origen iraní que vive en Nueva York y que ha deslumbrado a sus lectores con este original primer libro: “Para mí ha sido como bailar un tango con Nabokov. El encantador es un baile, a veces con acrobacias, en un espacio creado con el movimiento en círculos del baile”.

En la próxima entrega tocaremos sobre algunos textos y escritores que se nos quedan en el tintero, en todo caso les entrego el link de la revista.