lunes, 4 de octubre de 2021

EL INFINITO EN UN JUNCO

 

Es preciso en referencia a este excelente texto de Irene Vallejo, precisar a qué genero responde el mismo.  Es evidente que estamos ante un ensayo, de carácter histórico, alrededor del libro, de la escritura, de las bibliotecas y por supuesto de la lectura y el conocimiento.

En el club de lectura de la biblioteca la Floresta de Medellín, la lectura de este texto fue el ejercicio del último conversatorio, el director dividió las disertaciones en tres secciones, escribiré sobre la primera que empezó por definir qué entendemos por ensayo.

Tomaré algunas características plasmadas en el texto sobre el ensayo de Jaime Antonio Vélez. Empieza con un título que constituye por antonomasia una definición: “El más humano de los géneros”.  “Montaigne fue el primer escritor en emplear esta palabra para nombrar una forma peculiar de escritura”. 1598, dio a conocer una serie de escritos a los que denominó essais y en los cuales no se proponía fin alguno. El diccionario lo define de esta manera:

El ensayo es un tipo de texto en prosa que explora, analiza, interpreta o evalúa un tema. Se considera un género literario comprendido dentro del género didáctico. Las características clásicas más representativas del ensayo son las siguientes: Es un escrito serio y fundamentado que sintetiza un tema significativo, desde una óptica personal y muy subjetiva pero que a la vez está soportada en información veraz y rigurosa.

Varios fueron los aportes en el conversatorio al respecto: El ensayo permite ciertas libertades, es personal. Dice al respecto JAV: “Lo perdurable no reside, pues, tanto en lo que dice, como en el punto de vista y en el tono que asume para decirlo. Y en eso radica, justamente, una de las claves del gran ensayo en todas las épocas”.

El texto de Irene Vallejo es una investigación rigurosa, seria e histórica alrededor de los libros en sus diferentes formatos. Empieza con Alejandro Magno, concretamente sobre el proyecto de la Biblioteca de Alejandría, narra la historia desde su concepción, construcción, hasta su terminación, estudiando a la vez los proyectos anteriores a la misma que sirvieron como experiencia. La tarea fue encomendada a Tolomeo, quien creo un cuerpo selecto de asesores, traductores y trajo a Alejandría los royos de papiro del mundo,  en una búsqueda de conocimiento irrepetible en la historia antigua.

 

Hay personas que durante su vida anhelan saber más porque cuanto más saben mejor comprenden a los demás, más facilidad tienen para convivir y, por lo tanto, disfrutan más del día a día, son más felices. Y lo transmiten. Creo que es lo que le sucede a Irene Vallejo, destila amor y felicidad. Y la contagia. Leer “El infinito en un junco” es dar un paseo por la Historia para comprender la necesidad del hombre de comunicarse con los demás, la necesidad de no olvidar lo que otros dijeron antes que él y la necesidad de compartirlo. Y así, haciendo gala de un humor exquisito, Irene Vallejo nos abre las puertas de la Historia. El lector asiste con absoluto placer a los comienzos del libro, a la dificultad de plasmar con símbolos, en la piedra, el papiro o el papel, los sonidos rítmicos que con tanta facilidad producimos, a la necesidad de hacerlo. Y queda admirado (una vez más) al descubrir que, gracias a la escritura, sabemos que los grandes hombres, y los despreciables, renacen cada cierto tiempo. La autora nos recuerda cómo hace 25 siglos Alejandro Magno ya concibió lo que hoy llamamos globalización a partir del helenismo. Esta empresa ha sido llevada a cabo en varias ocasiones a lo largo de la historia, pero por cuestiones políticas o religiosas se ha destruido otras tantas. Y puestos a aniquilar, lo pulverizamos todo. Leyendo “El infinito en un junco” razonamos las consecuencias de destruir los libros escritos por filósofos, científicos, ¿lingüistas? La cultura de esa sociedad queda devastada, por lo que se impide a quienes vengan después que la conozcan, es un atentado al propio ser humano. Imagino a los habitantes de la antigua Alejandría o de Irak en 2015 al ver sus tradiciones, sus pensamientos pisoteados, ninguneados, despreciados, quemados.

Uno de los asistentes al conversatorio comparó este libro con el de la “Trilogía de New York”, en lo que respecta a las referencias. Le parece que las referencias literarias e históricas sobre personajes y obras de la literatura de la novela de Auster son demasiado difíciles, que constituyen un juego que complica su lectura y que en cambio en este ensayo son enriquecedoras y corresponden al genero que mejor las recibe, hacen la lectura agradable y lúcida.

Esta claro que en la auto ficción y la metaficción en la novela son recursos literarios, muy de la posmodernidad, permisivos, no se usan por un prurito de elocuencia o las imposturas intelectuales tan de moda, sino que corresponden al mismo corpus de la historia, hacen parte del relato.

También se relevó algunos aspectos en relación con el tiempo. En todo ensayo supone una relación especial entre el tiempo en que se escribe y los hechos históricos traídos como referencia. El libro de Irene Vallejo, pese a empezar su historia por la antigüedad, empezando por el proyecto descomunal de la biblioteca de Alejandría, hace referencias explicitas a la revolución de las TIC y las redes, las que permiten tener acceso a una biblioteca inconmensurable en el mínimo espacio, gracias a la electrónica.  Es el sueño de la biblioteca universal que tanto rememora Borges. La autora siempre realiza articulaciones puntuales con lo que sucede hoy frente a la revolución digital. Hay referencias implícitas al proceso de tener en un solo sitio todo el conocimiento de la humanidad, aludiendo que es un propósito muy antiguo y el progreso intelectual desde la perspectiva histórica realmente responde a esta bitácora esencial. Según la propia autora también es la historia de como el libro sobrevive a tantas catástrofes, de la pasión por la lectura y por ende del conocimiento, del amor a los libros como objetos de memoria, de la otredad. 

En la medida en que se vayan dando los siguientes conversatorios sobre este texto, iré haciendo las relatorías de los mismos. Espero mantener los aspectos más interesantes de los conversatorios alrededor de este excelente texto.