sábado, 22 de junio de 2013

TRÍPTICO UNA MIRADA ALTERNATIVA DE LA EDUCACIÓN EN MEDELLÍN


En la ciudad de Medellín  los problemas sociales graves de violencia,  inequidad y exclusión,  le llevaron a realizar una apuesta muy grande en un plan educativo absolutamente revolucionario, que se ha traducido en la construcción de grandes bibliotecas, colegios con toda la dotación, verdaderos monumentos de la arquitectura contemporánea, un plan general en cobertura totalmente exitoso, que busca formar los jóvenes en el ciclo básico, pero además fomentar una ética basada en valores, en el día a día, generando inclusión, como la única manera real de enfrentar de manera seria este flagelo. Este componente y apuesta institucional ha comprometido a muchos de sus habitantes y líderes comunales en un esfuerzo que amerita darle la relevancia que tiene, pues es un verdadero paradigma para replicar en otras latitudes. Cultura Tríptico, es un ente privado, liderado por una familia, la cual cumple una labor muy bella e importante en la zona de Robledo, con un plan de educación alternativa que, a través de la lúdica le enseña a los niños una manera nueva de Entender, asumir e interpretar la vida desde la exploración artística.
Hay hechos que constituyen un ejemplo para el mundo, pese a su sencillez. En Medellín una pareja, con sus hijos,  deciden trasformar la conducta y la ética de su comunidad desde la lúdica. Aprender jugando. Sabemos que en las localidades es donde está ubicado el problema más grave de  violencia y el conflicto social en su floritura. Enfrentarlo desde su propio entorno resulta emblemático.  Primero nos trasformamos nosotros, después intentamos hacerlo con las personas más cercanas y después ayudaremos a los otros. Así lo ha entendido “Tríptico”. Cuando la gente se prepara para estas pequeñas revoluciones,  estudia y crea un modelo que busca trasformar su comunidad, para ello, se realiza una apuesta social muy grande en sus propósitos, que intenta  cambiar el entorno y con ello atacar desde la raíz un problema que los afecta directamente.
Que es “CULTURA TRÍPTICO”. Es una institución educativa, con un modelo alternativo, centrado en la niñez que desde la lúdica enseña artes y música, fomentando un cambio revolucionario en la mentalidad de los niños de la comunidad de Robledo.  Desde el juego se enseña a vivir con el pleno de las facultades, a pensar con el corazón y a tener una actitud positiva desde una ética centrada en los valores.
CULTURA TRÍPTICO nace del convencimiento que como pareja de esposos y Padres tenemos en la educación a través del Arte y los idiomas con un proceso formativo personalizado e incluyente que puede hacer que cada una de las personas que llegan a nuestra institución enriquezca su proyecto de vida con nuevos horizontes y formas de comunicación. Así como un TRIPTICO es una obra en tres secciones que al mirarla desde lo lejos se ve como una sola, LAS ARTES, LOS IDIOMAS Y LAS COMPETENCIAS CIUDADANAS incorporadas al quehacer y a la cotidianidad de las personas nos permitirán expresar nuestra alegría por la vida y la comunión.
La visión de futuro de CULTURA TRÍPTICO es consolidar un espacio  lleno de calidad humana, que  cada niño que llegue aquí   se sienta en casa, sienta amor. Es  gratificante ver la alegría de los niños, jóvenes y  adultos cuando están en TRIPTICO y lo que ellos hacen y aportan para la consolidación de este proyecto. Definitivamente nuestro futuro es  seguir construyendo día a día la escuela para la "Expresión y la alegría".
El papel de la institución frente a los problemas que aquejan la ciudad va más allá de impartir clases y dinamizar procesos es vivir en la esperanza, en la tolerancia, en el fortalecimiento del carácter y en el deseo de expresar el valor de la alegría y la libertad para darle sentido a nuestro propio proyecto de vida como personas, como comunidades, como países como ciudadanos del mundo que creemos en que vivir por y para el otro si se puede.  
Piaget gran pensador en estas materias, señalaba que la inteligencia es una forma de adaptación al entorno y que el juego es básicamente es una relación entre el niño y el entorno, es un modo de conocerlo, construirlo y aceptarlo.
Diana Fernanda Valencia, Juan Guillermo Taborda y María Isabel y Luciana, es la familia que lidera este proyecto. Lo hacen con una entrega total, con la suficiente formación para abordarlo con absoluta responsabilidad, lucidez y con una calidad humana sin parangón, que les permite  afrontar este reto que implica trasformar desde lo local una ciudad con mucha inequidad y conflictos a granel. Diana es una administradora excepcional, llena de voluntad y encanto, Juan es un artista a carta cabal y sus hijos: María y Luciana son artistas con formación pedagógica,  herederos naturales del don de sus padres. Esta familia realiza una revolución silenciosa atendiendo a la niñez que genera un paradigma excepcional y que es una manera de sembrar futuro verdaderamente revolucionaria. Ahora que buscamos soluciones cargadas de insensatez y costosas desde donde se les mire, deberíamos aprender de ellos, que esperamos perduren con su proyecto. Sobra decir que deberíamos apoyarlos incondicionalmente.




jueves, 20 de junio de 2013

ALBERTO SALCEDO RAMOS CRONISTA DE TIEMPO COMPLETO


ALBERTO SALCEDO RAMOS CRONISTA DE TIEMPO COMPLETO

Muchos fueron los cronistas latinoamericanos que en el siglo pasado  le dieron renombre y realce a este género.  Colombia, empezando por el nobel Gabriel García Márquez, que ha publicado piezas magistrales, es país de grandes cronistas.  La televisión y las TIC,  hasta hace poco pareciera que le daban entierro de tercera a la crónica escrita, pero escritores de la talla de Alberto Salcedo, no solo le dan vigencia diariamente con su trabajo, sino que la reverdecen  por la calidad indiscutible. Hoy la crónica escrita goza de un momento especial en el periodismo.  El premio Ortega y Gasset otorgado a Alberto Salcedo, lo confirma.  Sobra decir, que para este excelente periodista tan sólo es un justo reconocimiento a una labor de muchos años. Sus  crónicas las construye recorriendo el país palmo a palmo, preguntando y oteando cada evento de su interés, entrevistando a los protagonistas directos de las historias que narra, lo que le ha permitido hacer una radiografía del país desde los más intimo de la condición humana.
Alberto Salcedo Ramos “nació hace cincuenta años en Barranquilla, pero creció en el Arenal, un municipio del Caribe colombiano donde no había bibliotecas pero sí mucha gente que hablaba a los gritos y que dibujaba con palabras los primeros cuentos que él no leyó sino que escuchó”.  Periodista de la Universidad Autónoma del Caribe. En la actualidad se desempeña como cronista de las revistas SoHo El malpensante y como corresponsal de la revista Ecos de España.También dirige el programa de televisión Experiencias Significativas, que se emite por Señal Colombia. Ha publicado los libros De un hombre obligado a levantarse con el pie derecho y otras crónicasLos golpes de la esperanza Diez juglares en su patio, este último en calidad de coautor. Su texto Por favor, ni siquiera orquídeas figura en la Antología de Grandes Reportajes Colombianos, de Daniel Samper Pizano. Salcedo Ramos ha ganado, entre otras distinciones, el Premio Internacional de Periodismo Rey de España, el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar (tres veces), el Premio al Mejor Libro de Periodismo del Año (otorgado por la Cámara Colombiana del Libro) y el Premio al Mejor Documental en la II Jornada Iberoamericana de Televisión, celebrada en Cuba. Este año, gracias a su perfil El testamento del viejo Mile, publicado en El malpensante, fue uno de los cinco finalistas del Premio Nuevo Periodismo FNPI-Cemex, entre 470 concursantes de 21 países. La distinción le fue entregada en Monterrey, México.
“recibió este miércoles, en Madrid, el Premio Ortega y Gasset, en la categoría de periodismo impreso, otorgado por el diario El País. El galardón fue entregado a partir de una historia que narra el trayecto de cinco horas que todos los días debe recorrer un niño en el departamento de Chocó para llegar a su escuela. La crónica se llama La travesía de Wikdi y fue publicada en febrero de 2012 en la revista Soho. Alberto Salcedo Ramos fue presentado por el periodista radial Julio Sánchez Cristo durante el acto de entrega, que se llevó a cabo en el CaixaForum de Madrid. A la ceremonia,  asistieron en primera fila el expresidente del Gobierno Español, Felipe González, el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, y la portavoz parlamentaria española, Soraya Rodríguez, fue un homenaje al periodismo de calidad y planteó algunos de los retos a los que se enfrenta la profesión ante los cambios tecnológicos y la crisis económica”.
En un texto sobre la crónica en Colombia se decía: “la crónica, en su estructura de columna, se convierte en un espacio autobiográfico, donde el autor narra los pequeños o grandes eventos que lo conmueven, la situación cómica o dramática que puede compartir con el lector. Con una filosofía de andar por casa opina sobre los temas más diversos de la vida cotidiana y de la condición humana, y se enfrenta a esta escritura gozando de todas las licencias creativas, con el único afán de cautivar a los lectores y de refrendar un pacto de fidelidad. La crónica, territorio sin fronteras, se convierte así en uno de los géneros de experimentación más fascinantes que existen en el periodismo literario para explorar lo personal y lo universal; para escribir la historia con mayúsculas y la historia con minúsculas”.
Salcedo, de antemano sabía que en Bogotá los costeños son mirados con cierto desdén por la clase intelectual y se dedicó a a borrar con su trabajo este señalamiento y sobre decir que lo logró con éxito, su trabajo le ha permitido ganarse un respeto y un lugar en la historia del periodismo colombiano. Por eso, en una entrevista que le hizo la periodista María Jimena Dussan donde le preguntó sobre su dedicación a la crónica de la violencia, Salcedo explicó con vehemencia sobre el tema, pero a la vez aclaró los problemas sobre que le ocasionaron su origen costeño y que le obligaron a dedicarse a temas más humanos: “Ese cambio tiene una explicación: estaba encasillado por mi origen costeño. Muchos creían que yo estaba pa’ echar chistes y hablar de música. Me costó mucho trabajo quitarme ese estigma de encima. Al principio solo pude hacer crónica de deportistas o de juglares y tuve que dar una pelea profesional ardua para ganarme el derecho de hacer otros temas que me movían. Desde que escribo crónicas sobre el conflicto armado me siento adulto y siento la sensación, quizás un poco mesiánica, de que estoy aportando mi grano de arena. Norman Mailer decía: “No sometas a la duda un tema que tienes ganas de trabajar”.  
Algunas de sus crónicas son un ejemplo de buen periodismo, excelente escritura e historias bien contadas. Este don viene desde su niñez: “Yo nací en Arenal, un pueblo de la costa, y le puedo decir que conocí la historia del país a través de la tertulia en los parques. Yo digo que los primeros libros que leí nunca fueron escritos, sino que fueron las conversaciones que escuchaba en las esquinas. Esa era mi manera de leer. Miguel Iriarte un poeta de Sincé, Sucre, me contaba que en su pueblo había un hombre que vendía horas de palabra. Por eso a mí me encanta una definición del humorista peruano Sofocleto por lo sincera. Le preguntaron por qué escribía y respondió: “Escribir es la forma de hablar sin que a uno lo interrumpan”. Y yo creo que escribo para que no me interrumpan.  
Qué bueno el premio otorgado a este gran periodista. En una próxima entrega publicare una de sus crónicas