domingo, 15 de diciembre de 2013

MIS EXPERIENCIAS LITERARIAS EN EL 2013




La lectura es un sucedáneo vital para todos aquellos que vemos en este quehacer la sangre para sobrevivir a tantas vicisitudes de la vida, que no siempre somos capaces de asimilar del todo por razones diversas que, no vale la pena traer a colación. ¿Qué he leído este año: Muchas cosas, aunque realmente algunos autores y lecturas delirantes me vuelven a confirmar que, gracias a las divinas pre figuraciones del azar, los escritores y los libros existen y los tengo a la mano por la red y las TIC.
El momento político que vive el mundo y mi país me llevaron a leer muchos textos y libros alrededor del tema de la violencia y la resolución pacifica de conflictos, que son fundamentales para la convivencia.
Me tocó volver a leer  las memorias de personajes históricos, sobre  hechos  de Colombia en los últimos 100 años. Ordenar e interpretar los diferentes acuerdos políticos alrededor del conflicto interno. Sus tensiones y  documentos relevantes alrededor de este tema tan delicado. Fue una tarea refrescante. Cuando se empieza a leer historia Colombiana desde su formación como república, nos vamos encontrando con los primeros conflictos entorno a la visión de estado que tuvieron nuestros próceres, donde cada uno  quería imponer a sangre y fuego sus ideas, hecho que me permite inferir que, nuestros problemas son ancestrales y responden al mismo contexto enredado de estos tiempos.
Lo confirma  lo  sucedido esta semana al alcalde de Bogotá,  gracias a un procurador ideologizante quien le vuelve a torcer el cuello a la historia, desconociéndola, pero en todo caso ejerciendo una potestad  inexplicable, lanzando sentencias y condenas inquisitoriales, legales en apariencia, no justas, ni ponderadas, ni equitativas desde la perspectiva de la ética y la justicia social.
Hay textos emblemáticos a los que volví de nuevo: “Manual de historia de Colombia”. Este esfuerzo fue un compendio de ensayos publicado por “El instituto de cultura y procultura” hace más de 20 años, que tuvo como director científico a Jaime Jaramillo, quien reunió a un grupo de autores especializados. A esta se sumó el texto de “Henao y Arrubla”, los de Javier Ocampo, Salomón Kalmonovis, Daniel Pecault, Malcolm Deas, Paul Oquist, David Bushnell, James Henderson.
La lectura en todo caso es esclarecedora. Se entiende mejor el presente después de estas lecturas en la medida que la confusión actual  entre ideologías e intereses personales, saqueos, corrupción y apropiación de lo público desde  esferas del poder en procesos donde la usurpación de los privado, sigue presentándose de manera continua, y es consecuencia del pasado nefasto que no hemos podido superar, ni entender.
Leí ademas las memorias de Alberto Lleras, de Andrés Pastrana, Carlos Lleras Restrepo.  López Michelsen en esas excelentes columnas de grata recordación que nos enseñaron gran parte de lo que fuimos, Jorge Childe, el columnista más agudo que hemos tenido de tan grata recordación. Es difícil descifrar por qué no hemos matado tanto, como la sangre ha sido el lugar común desde que nacimos como república y hasta dónde el poder y el amor desmedido por la tierra (Ambición primigenia) que nació cuando Colon habló en nombre de la reina de España y dijo de un solo tajo: esto es mío, sigue siendo lo común en nuestra cotidianidad. Nuestra tierra siempre ha estado en manos de unos pocos, es una verdad de a puño y es nuestro peor problema y la causa conflicto armado.
El texto más lúcido de todos de los que aborde, es “La paz, La violencia: Testigos de excepción” De Arturo Alape. Allí están las claves de todo lo que nos pasó.
Los textos de literatura fuera de la anterior tarea,  siguen siendo el pan comer de mis pasiones. John Katzembach,  lo leo desde hace más de diez años, es un autor de novelas policíacas muy importante, entretenido, además de ser absolutamente importante desde la perspectiva de la literatura, estoy atrapado por “Retrato de Sangre”  novela que me desvelo. Solo queda decirles a mis lectores, aborden su lectura.
Gabriel Vásquez, el escritor Colombiano, volvió a regalarnos una novela formidable: “El ruido de las cosas al caer”, que ratifica todo lo que se dice sobre su obra y la calidad de la misma, que le ha permitido cosechar todos los premios habidos y por haber este año. Queda decirle a este escritor exitoso,  que no se deje llevar por la presión de las editoriales y publique sólo cuando los textos estén listos. Hay una cita en Wilkipédía que quiero traer a colación, porque varias veces he dicho, que Bolaños rompe con el Boom: "Aunque reconoce su deuda con Gabriel García Márquez, su obra es una reacción al realismo mágico; así, a propósito de “Historia secreta de Costaguana” dijo: "Quiero olvidarme de toda esa retórica aburridísima de América Latina como continente mágico o maravilloso. En mi novela hay una realidad desmesurada, pero lo que es desmesurado en ella es la violencia y la crueldad de nuestra historia y de nuestra política. Déjeme que aclare algo con respecto a esa cita, que por supuesto se refiere, en tono de sarcasmo cariñoso, a Cien años de soledad. Yo crecí con esta novela, y puedo decir que la lectura de Cien años… en mi adolescencia puede haber contribuido mucho a mi vocación, pero creo que todo el lado del realismo mágico es de lejos lo menos interesante que tiene esa novela. Yo propongo leer Cien años como una versión distorsionada de la historia colombiana. Ahí está lo interesante: en lo que hace Cien años… con la masacre de las Bananeras o con las guerras civiles del siglo XIX, no en las mariposas amarillas ni en las colas de cerdo. Como todas las novelas que son grandes de verdad, Cien años de soledad exige de los lectores que la reinventemos. Yo creo que esa reinvención hay que hacerla olvidándonos del realismo mágico. Y lo que he tratado de hacer en mi novela es contar el siglo XIX colombiano en una clave radicalmente distinta y me temo que opuesta a lo que los colombianos han podido leer hasta ahora”. Esto ha sido así, sus textos lo confirman.
Qué bien por William Ospina. Sus ensayos volvieron sobre el buen camino y sigue reflexionando sobre Colombia: “Pa qué se acabe la vaina” una recopilación de ensayos sobre diversos temas y un libro puntual sobre educación.
Todas estas lecturas en medio de mis gustos reconocidísimos: Borges, Paz. Steiner., Gadamer, Habermas, Foucault…y uno que otro poeta. Espero en la próxima entrega hablar de un solo libro. Sería mi libro de año.