Donde están los poetas de hoy, como fungen en un mundo absolutamente visual, cuál es la situación de la poesía, cuando las editoriales han decidido
proscribir las ediciones del genero por considerar que hoy nadie lo lee.
Aun así, puedo afirmar categóricamente que esta sigue tan viva como
siempre y en las actuales circunstancias, ha sabido resguardarse de tanta
maldición.
El periódico “El país” de España publicó un excelente
artículo titulado “Poesía moderna para siempre “, escrito por Javier Rodríguez
Marcos, que constituye al final un recorrido por los poetas hispanoamericanos contemporáneos desde el desciframiento de sus influencias, que para mi, siguen siendo las
mismas: Rubén Darío, los poetas del parnaso Francés, la generación del 27, Vallejo,
el gran Pablo Neruda, la poesía inglesa y Americana, trayendo a colación un
número importante de poetas, una especie de antología, que nos viene como anillo al
dedo, en tiempos en que la crítica rigurosa no existe.
El primero que cita es José Manuel
Caballero Bonald ( Jerez
de la frontera ), este español, vivió tres años en Bogotá, ganó el
premio Cervantes en el 2012, es un poeta mayor, consagrado, siempre he querido
leer sus memorias, publicadas hace años, es un hecho que su poesía es una contribución a la
reverberación de un genero desde un estilo muy particular, preciosista, me trae siempre a
Cavafis. Este es uno de los poemas que más me gusta:
Y tú me dices
que tienes
los pechos rendidos de esperarme,
que te
duelen los ojos de estar siempre vacíos de mi cuerpo,
que has
perdido hasta el tacto de tus manos
de palpar
esta ausencia por el aire,
que olvidas
el tamaño caliente de mi boca.
Y tú me lo
dices que sabes
que me hice
sangre en las palabras de repetir tu
nombre,
de lastimar
mis labios con la sed de tenerte,
de darle a
mi memoria, registrándola a ciegas,
una nueva
manera de rescatarte en vano
desde la
soledad en la que tú me gritas
que sigues
esperándome.
La siguiente
poeta nombrada es María Victoria Atencia, Poeta andaluza, de largos silencios:
LLEGUE CUANDO UNA LUZ MURIENTE
Llegué
cuando una luz muriente declinaba.
Emprendieron
el vuelo los flamencos dejando
el
lugar en su roja belleza insostenible.
Luego
expuse mi cuerpo al aire. Descendía
hasta
la orilla un suelo de dragones dormidos
entre
plantas que crecen por mi recuerdo sólo.
Levanté
con los dedos el cristal de las aguas,
contemplé su silencio y me adentré en
mí misma.
Nos Trae a Clara Janes, poeta de Barcelona; en una
entrevista realizada en el mismo periódico Winsion Manrique Sabogal, la
describe con absoluta lucidez: “Hasta llegar al romance actual con la ciencia.
Su poesía es un átomo con tres electrones: lo terrenal-sensorial, lo
místico-pasional y lo científico-racional. Tres fueron también los encuentros
literarios que determinaron su rumbo: el hallazgo de santa Teresa de Jesús, en
su niñez; la lectura de san Juan de la Cruz, en su juventud; y la experiencia
de Vladimír Holan, en su adultez”:
SALÓN
DE PASOS PERDIDOS
La
tecnología carece de autoestima:
hierve
con las preguntas,
le
inquietan las señales
un
par de ventanas más al norte.
Igual
tu nombre, que borra las vocales
y
no impide el divorcio de nuestras maletas.
Una
estación, aperitivo, cinco días.
Con
las muñecas rotas
te
estoy diciendo adiós.
Lus Garcia Montero, es un poeta joven, quien abrevo en
todos los autores que emergieron en el debate filosófico de los 60, de mi
gusto, a una pregunta sobre su primer libro responde: Ese año publiqué Y
ahora ya eres el dueño del puente de Brooklyn. El libro era típico de
universitario de la época: mucha novela negra, vanguardia, Lacan, Foucault y
Althusser. Luego descubrimos a Antonio Machado y su noción de "nueva
sentimentalidad", que defendía que los sentimientos no son eternos sino
que tienen una historia.
Responde a una pregunta puntual de Javier Rodriguez
Marcos:
¿Cómo se traduce eso en poesía?
R. Para mí la poesía es un punto de llegada, no de
partida. Es la consecuencia de un proceso de reflexión moral, no una mera expresión
de sentimientos. Nada hay más falso que la sinceridad espontánea. Bajo la
supuesta espontaneidad suelen esconderse acríticamente valores que uno cree
propios pero que son los de una sociedad homologada. Por eso creo que la poesía
es un género de ficción, una construcción, un asunto de ciudadanos y no de
héroes. Dejar la rebeldía a los héroes es una forma de renunciar a la rebeldía.
No se trata de romper el lenguaje, sino de apropiárselo:
CABO
SOUNION
Al
pasar de los años,
¿qué
sentiré leyendo estos poemas
de
amor que ahora te escribo?
Me
lo pregunto porque está desnuda
la
historia de mi vida frente a mí,
en
este amanecer de intimidad,
cuando
la luz es inmediata y roja
y
yo soy el que soy
y
las palabras
conservan
el calor del cuerpo que las dice.
Serán
memoria y piel de mi presente
o
sólo humillación, herida intacta.
Pero
al correr del tiempo,
cuando
dolor y dicha se agoten con nosotros,
quisiera
que estos versos derrotados
tuviesen
la emoción
y
la tranquilidad de las ruinas clásicas.
Que
la palabra siempre, sumergida en la hierba,
despunte
con el cuerpo medio roto,
que
el amor, como un friso desgastado,
conserve
dignidad contra el azul del cielo
y
que en el mármol frío de una pasión antigua
los
viajeros románticos afirmen
el
homenaje de su nombre,
al
comprender la suerte tan frágil de vivir,
los
ojos que acertaron a cruzarse
en
la infinita soledad del tiempo.
El siguiente es Juan Antonio Gonzales Iglesias, nació en
Salamanca, España, en 1964. Es doctor en Filología Clásica, completó en
Florencia y en Parias su formación en teoría de la literatura y del arte.
Traductor de Ovidio, dejemos que hable su poesía:
ELEGIA 2
No sé por qué no puse este amor en silencio
sobre tu piel como uma catenária de plata
que rodeara las tersas artérias de tu cuello.
No sé de mí siquiera si estaré tatuado
en los hondos momentos de tu melancolia.
No sé por qué me cuesta escribir que te quise
tanto que a veces lloro las letras de tu nombre,
que al recordarte siento el dolor verdadero
de lo irrecuperable. La tristeza infinita
de que tu el más radiante muchacho de la tierra
viniste desde lejos a dormir a mi lado,
te quitaste las ropas del verano con torpe
normalidad (tu cuerpo era más rubio y fuerte
de lo que yo soñara), y, mirándome puro
con aquellos dos ojos, cuyo color declaro
que se ha desvanecido de mi pobre memória,
en un sencillo anuncio de la noche inconsciente
“He traído un pijama de boxeador”, dijiste.
De America empieza con la poeta Guatemalteca Claribel
Alegría, Ulises Huete en una entrevista alguna vez le preguntó:
P. ¿Qué significa para usted la poesía?
R. Como dice Pessoa: “Yo escribo poesía porque es mi
manera de estar solo”. La poesía es mi mejor manera de dialogar conmigo, de la
única manera que me puedo conocer un poco más.
ESE BESO
Ese beso de ayer
me abrió la puerta
y todos los recuerdos
que yo creí fantasmas
se levantaron tercos
a morderme.
QUE LASTIMA
Qué lástima que duermas
y se interrumpa el diálogo
y no sientas mi beso
en tus ojos cerrados.
Qué lástima tu infancia
así truncada,
ese tiempo sin tiempo
a medio abrir
por el que ya empezaba
a vislumbrarte.
Mañana todo habrá cambiado:
otra vez hablándonos
de lejos
desde nuestras esquivas
soledades.
Qué lástima
los signos de mi amor,
mis apretados círculos
de miedo
que no sé si entendiste.
En esta antología cita algunos poetas Colombianos,
Empieza con Darío Jaramillo, de todo mi gusto, más poeta que narrador, un verso
libre encantador, lleno de vuelo y ritmo, su poesía alucina. Recuerdo una
novela que me encantó y que se sigue leyendo en todo el país: “La muerte del
Alec” y el libro: “Poemas de Amor”, otro fue “Cartas Cruzadas”, rompe todos esquemas, vuelve al genero pastoral.
POEMAS DE AMOR II
Podría perfectamente suprimirte de mi vida,
no contestar tus llamadas, no abrirte la puerta de la
casa,
no pensarte, no desearte,
no buscarte en ningún lugar común y no volver a verte,
circular por calles por donde sé que no pasas,
eliminar de mi memoria cada instante que hemos
compartido,
cada recuerdo de tu recuerdo,
olvidar tu cara hasta ser capaz de no reconocerte,
responder con evasivas cuando me pregunten por tí
y hacer como si no hubieras existido nunca.
Pero te amo.
APARICIONES
o son de carne o espíritu
tampoco son la confusa mezcla de ambas,
ni bestias ni ángeles
ni su desquiciado promedio.
Son destellos,
huecos de tiempo llenos de luz o sin ella,
galopes sobre la luna,
seres que invento y son mi vida,
entresiviones de un jardín sagrado,
formas de poesía,
milagros en metáfora de cuerpo,
metáfora incompleta sin tacto ni perfumes,
metáfora total, plenitud donde no existe el tiempo
donde no existen los efímeros tactos y perfumes que
están dentro del tiempo.
De Piedad Bonnett, poeta Colombiana, lo he leído casi
todo, sus poemas, sus novelas, sus artículos. Es una mujer totalmente dedicada
a la literatura, sus poemas son de una factura especial, profundos,
meditativos, con ritmo, un vuelo que toca las angustias de la vida desde la esclerótica
de una sensibilidad que está por fuera de la mirada instrumental y mediata de
estos tiempos. “Cenizas al viento fue su primer texto, publicado cuando tenía
39 años, en adelante serían muchos los títulos: “El hilo de los días” (1995), “Ese animal
triste” (1996) y “Todos los amantes son guerreros” (1997). En España se dio a
conocer en 2003 con “Lo demás es silencio” (Hiperión), una amplia antología de
su obra a la que siguieron las novelas, “Después de todo” (2001), “Para otros
es el cielo” (2004) y “Siempre fue invierno” (2007), todas publicadas por
Alfaguara. Al preguntarle cómo es su poesía en una entrevista al periódico el “País
“de España respondió: Cuando se le pide que defina su poesía, Bonnett prefiere
hablar más de intenciones que de resultados: "Intento que sea muy
contenida". Y así es, sobria y seca, a veces narrativa, siempre clara.
"Será por la edad que tengo", añade. De la edad, precisamente, trata
en parte su nuevo libro, Las herencias (Visor). En él conviven los poemas
familiares con una descarnada meditación sobre el amor: "Su belleza / era
la de la luz de los cuchillos", dice. Y también: "alrededor del gozo
vibra el miedo / pues la felicidad siempre husmea su muerte". Si para los
clásicos, allí donde crece el peligro crece también lo que nos salva, para Piedad
Bonnett es, es cierto sentido, lo contrario. No hay claridad sin sombra. Ni
intuición sin reflexión. Ley sin asombro.
LA MUY PERRA
En ciertas ocasiones
la vida nos demanda mezquindad
la vida nos demanda mezquindad
Es -pareciera decirnos-
un acto de justicia
un acto de justicia
una manera sana
de respirar en medio del fastidio
de respirar en medio del fastidio
de no ofrecer la otra mejilla
Pero
¿qué tal si optamos por la benevolencia
¿qué tal si optamos por la benevolencia
por ir limpios y ufanos
celestiales?
celestiales?
Innobles son los tratos que la vida
propone
Escoge
-nos ladra la muy perra-
entre bilis negra y tu soberbia.
Escoge
-nos ladra la muy perra-
entre bilis negra y tu soberbia.
PRECISAMENTE
Mientras escribo este verso
millones y millones de seres respiran todavía en mi
viejo planeta.
prueba aquél una amenaza y descubre un gusano
entre su pulpa.
Una mujer escribe una carta y solloza.
Abre la tierra este otro con sus manos, y transpira y no piensa.
Y en una esquina una muchacha espera a un hombre
que no llega.
Miles de hombres y mujeres abren sus ojos y recuerdan su cuerpo y sus tareas.
Cientos de esófagos, de glándulas, de hígados, hacen su inocente trabajo
y el amoer resicita caricias a un millón por segundo
y alguien se juzga felíz
y un hombre compra una cuerda y la cuelga
del árbol que en su patio florece.
Tosen, cantan, defecan, multiplican, parten su pan, aceitan su paciencia,
bufan, escupen, besan, timan a su vecio,
millones y millones de seres respiran todavía en mi
viejo planeta.
prueba aquél una amenaza y descubre un gusano
entre su pulpa.
Una mujer escribe una carta y solloza.
Abre la tierra este otro con sus manos, y transpira y no piensa.
Y en una esquina una muchacha espera a un hombre
que no llega.
Miles de hombres y mujeres abren sus ojos y recuerdan su cuerpo y sus tareas.
Cientos de esófagos, de glándulas, de hígados, hacen su inocente trabajo
y el amoer resicita caricias a un millón por segundo
y alguien se juzga felíz
y un hombre compra una cuerda y la cuelga
del árbol que en su patio florece.
Tosen, cantan, defecan, multiplican, parten su pan, aceitan su paciencia,
bufan, escupen, besan, timan a su vecio,
mienten, mienten y ríen, mienten
sinceramente y apuñalan
o leen un poema,
o leen un poema,