Este año el premio FIL de literatura
lenguas Romances 2012 le fue otorgado a este excelente escritor Peruano. Más
que meritorio. Sus novelas están estructuradas
con fino humor, ironía desbordada, son una burla a la burguesía rancia limeña, con personajes muy
extraños los cuales uno termina indefectiblemente queriendo. Su estilo es muy particular,
directo, me recuerda los cuenteros del Caribe, alguna vez al respecto expresó: “Sí mi estilo es oral, que lo es, la oralidad me cuesta
mucho, porque no es grabación, es sensación de oralidad, de libertad de
expresión, pero en el fondo es fruto de mucho trabajo, de mucha corrección. Y
cada vez más”. La deuda con Cortázar es absoluta y el propio escritor releva lo
que significó en la consolidación de su proceso
creativo, fue como el ábrete sésamo, en un momento crítico de su formación.
Echenique pertenece a una de las familias más emblemáticas
de la burguesía Limeña. Fueron prominentes banqueros y tuvo un bisabuelo presidente de la república. Como corresponde a
su abolengo se educó en los mejores colegios de la capital. Estos aspectos se
reflejan en su obra, que está plagada de personajes extraños, encopetados, un
poco perdidos entre gustos exóticos, siempre
añorando el poder de mejores épocas o
evitando desaparecer como clase.
Al diario el “El país “de España cuando lo entrevistó a propósito del premio,
contestó: "Mi literatura está marcada por la vida. Cuando yo escribí Un mundo para Julius fue una novela
de adiós al mundo que yo había vivido, que se pensaba que no iba ni a caer ni a
desaparecer, un reflejo de algo que ya no existe, de algo que fue. En cambio,
libros como La vida exagerada de Martín Romaña
o Reo de nocturnidad o La amigdalitis de Tarzán se
debieron a una curiosidad artística.”
Este escritor tiene la virtud de
mantener al lector en vela, pegado al texto, su escritura directa tiene efectos
alucinantes y pareciera que uno está escuchándolo y no leyéndolo. Echenique
como Puig, constituye una ínsula gracias a una narrativa por fuera del canon, extraña,
pegajosa, de una factura perfecta, parecemos asistir a una descarga de
acontecimientos contados de primera mano, como cuando un naufrago llega a
contarnos su tragedia y no para, pero con una virtud en el torno de la
escritura: la musicalidad interna que se percibe en el texto, el ritmo de un
prosa hilvanada de para ser escuchada.
“Entre los galardones que ha
obtenido en los últimos diez años están: en 1993, el título de Comendador de la
Orden de Isabel la Católica; nombrado en 1995 Oficial de las Artes y las Letras
de Francia por el gobierno galo; Premio Internacional de la Paz Dag
Hammarskjold (1997); Premio Nacional de Narrativa de España en 1998; Premio
Grinzane Cavour (narrativa extranjera/ Italia) por La
amigdalitis de Tarzán (2002) y también en ese año fue Premio
Planeta de Novela por El huerto de mi amada.
Recientemente ha publicado Dándole pena a la tristeza.”
El jurado del premio FIL 2012 estuvo compuesto por Cälin-Andrei
Mihäilescu, profesor y escritor rumano-canadiense; el novelista y ensayista
mexicano Jorge Volpi; Julio Ortega Ortega, crítico y escritor peruano; la periodista
argentina Leila Guerriero; la crítica literaria, traductora y editora
colombiana Margarita Valencia; Mark Millington, doctor en literatura
latinoamericana por la Universidad de Cambridge, y la escritora puertorriqueña
Mayra Santos-Febres.
Volver a leerlo será un placer.