Hay un fenómeno muy curioso frente al mundo del libro, se asume que
por efectos del internet y la oferta exponencial de la red, el libro
tradicional está cediendo su espacio, se
reducirá, según algunos analistas, a su mínima expresión. Pero no es cierto,
hoy se venden más libros que antes, lo que no quiere decir que se lea más y curiosamente han
aparecido una infinidad de editoras independientes que empiezan a tener efectos sustanciales en el
mercado, tanto para el público, ampliando la oferta, como para los nuevos
escritores.
En la última feria de Guadalajara y de Buenos Aires
asistieron muchas editoriales
independientes, con negocios muy puntuales, quienes le dan un trato muy diferente al público, presentando
autores nuevos. Han tenido la inteligencia de agremiarse para proteger sus
derechos y de hecho están dirigidas por personas apasionadas, quienes s e enfrentan a los
pulpos de siempre. En Colombia “La Silueta Ediciones”, “La madriguera del
conejo”, “Prologo y Babel ediciones”, “El Icono editorial”, son de las más
connotadas, se le suman a ellas las del sector Universitario y las de provincia,
de mucha importancia.
Medellín, Cali, Barranquilla, Bucaramanga y Manizales, son
ciudades Colombianas que cuentan igualmente con sus propias editoriales
independientes, rescatando autores olvidados por la crítica y promoviendo autores jovenes. Lo mismo pasa en ciudad de México, Buenos Aires,
Santiago, Montevideo e incluso Panamá.
“A estas alturas es probable que cualquier lector colombiano
ya haya escuchado algo sobre La Ruta de la Independencia, una versión nacional
de los casos antes expuestos. Doce editoriales y una librería que le han dado
la vuelta al país desde 2012, proyectando cierta idea de unidad en ferias del
libro. Al frente de cada una, gente que apenas llega a los 40 y un catálogo aún
irregular individualmente, pero diverso y potente a nivel colectivo. No son
opiniones, es lo que también se pudo comprobar en la FIL Guadalajara. A México
viajaron ocho –Destiempo, La Silueta, Luna Libros, Laguna, Jardín, Rey Naranjo,
El Peregrino y Robot– para agruparse en un mismo stand, además de Tragaluz, que
tuvo su propio espacio, y Babel, que se asoció con la editorial infantil
venezolana Ekaré. Las últimas dos merecen una mención aparte porque son más
antiguas y llevan algunos años de experiencia en ferias internacionales, pero
la imagen de las primeras ocho en el Pasillo JJ del Área Internacional de la
Expo fue, con diferencia, el punto más alto de Colombia en la FIL.
Agrega el periódico “El espectador”: Editoriales como las
argentinas Eterna Cadencia y Adriana Hidalgo, y las mexicanas Almadía, Sexto
Piso y Arlequín tienen catálogos envidiables, bien definidos, y en esta FIL
confirmaron su crecimiento individual. Está claro que en La Ruta de la
Independencia aún falta para llegar a ese nivel, pero este espíritu de
asociación va recortando distancia. La primera, en oferta. En Guadalajara
sumaban 110 títulos, suficiente para llamar la atención en las mesas de ventas
de derechos”.
”Los pequeños ven el mundo arder. O en eso creen. En algún
momento entre 2010 y 2011 se volvió cool ser editor independiente en Colombia.
Nadie inventó nada, bastó con ponerse de acuerdo. En la Barcelona de los 70, el
Grup 62 marcó uno de los antecedentes más brillantes en esto de reunir sellos
pequeños y con mucha personalidad para buscar mejores descuentos en librerías,
condiciones de distribución y precios de impresión. Más reciente es el caso del
Grupo Contexto, que también desde Barcelona reúne a Impedimenta, Libros del
Asteroide, Global Rhythm, Nórdica, Periférica y Sexto Piso bajo la misma
premisa. Los editores independientes no usan corbata”.
El 2015 es el año de las editoriales independientes, está
marcado por una oferta ambiciosa y que asume los riesgos que los grandes no
corren. Con la feria del libro de Bogotá, empezarán las sorpresas, se viene
Buenos Aires, Guadalajara y Quito. Esperamos ver con que se vienen al respecto,
pero de antemano sé que la apuesta es muy buena.